Europa se ha dado un respiro con el retraso de un año en la aplicación de MiFID II, pero esto no es una excusa para quedarse quieto y no hacer nada. Como RDR fue el precursor de MiFID II, los distribuidores en la Europa continental vuelven la mirada a Reino Unido para entender cómo podría afectar la normativa al panorama de la distribución y qué lecciones se pueden obtener de su experiencia.
En primer lugar, es importante entender una de las diferencias fundamentales entre la RDR y MiFID. En el Reino Unido, hay que pagar por el asesoramiento tanto si es proporcionado por un asesor financiero independiente, como por un asesor vinculado o un asesor del banco. Todo el servicio de asesoramiento debe ser pagado. Este hecho tuvo el efecto no deseado de crear un gap de asesoramiento porque los inversores modestos ya no eran capaces de pagar. Además, los bancos se retiraron de la prestación del asesoramiento porque no podían ofrecer un servicio rentable y para evitar futuros escándalos.
En Europa, la situación es diferente. En virtud de MiFID II, sólo se ha de pagar por el asesoramiento independiente, lo que significa que los asesores vinculados a entidades pueden seguir beneficiándose de retrocesiones, siempre y cuando se le declaren y sean transparentes para el inversor. Esto no va a crear un ‘advice gap’ como ha hecho en el Reino Unido, pero es probable que lleve a los inversores hacia soluciones en las que no tengan que pagar por el asesoramiento (aunque en realidad van a pagar mucho más a lo largo de los años en retrocesiones). Para los países con industrias nacientes de asesoramiento, tal medida podría significar un problema, pero hay un montón de maneras de que los asesores independientes y gestores de patrimonios puedan luchar y garantizar que tengan un futuro a largo plazo en la industria de servicios financieros.
Primera lección: es importante recordar que se trata de una reforma de la oferta. Los inversores siempre necesitarán asesoramiento, pero la forma en que accedan a él va a cambiar. Las personas aún necesitarán asesoramiento sobre sus ahorros e inversiones y planes a largo plazo. La industria no se va a acabar sólo por la llegada de esta nueva legislación.
Lección dos: trabaje en estrecha colaboración con el regulador para asegurar que obtiene el máximo rendimiento de esta legislación en España. No proteste ni sea difícil, asegúrese de que su voz y sus opiniones sean escuchadas y tomadas en cuenta.
Lección tres: no espere hasta que sea demasiado tarde. Las empresas más exitosas de asesoramiento en el Reino Unido comenzaron a trabajar inmediatamente en su modelo post RDR. Se puede obtener una ventaja competitiva mediante la elaboración de su propuesta ahora. Revise sus costos, su base de clientes y entienda cómo se agrega valor. Hay que promover ese mensaje coherente.
Cuarta lección: no trate de hacer las cosas de la manera antigua. Es necesario adaptarse al nuevo entorno. Y utilizar la tecnología e Internet para ofrecer un servicio ágil y rentable. Haga su propuesta lo más atractiva posible a sus clientes.
Lección cinco: No espere al regulador o a la prensa para promover su negocio. Hágalo usted mismo y ahora. Empuje sus asociaciones comerciales para promover el valor de asesoramiento independiente y habilidades de inversión superiores. Sea proactivo. Anuncie. Coloque artículos en la prensa. Haga todo lo posible para convencer a los consumidores de que «atar» el asesoramiento no es la mejor opción.
Y si todo lo demás falla, hay una última cosa que puede hacer … defínase como no independiente!
Columna de opinión de Bella Caridade-Ferreira, CEO de Fundscape
Puede encontrar la presentación de Bella Caridade-Ferreira, realizada en el marco del último evento de banca privada de iIR, en este link.