La inteligencia artificial (IA) incidirá de distintas maneras en las empresas del sector de semiconductores. El auge de la inteligencia artificial ha sido inesperado y ha generado un enorme interés por parte de proveedores de servicios en la nube, empresas y consumidores. Los inversores aún están tratando de discernir las implicaciones a largo plazo; el equipo del sector tecnológico mundial de MFS® está analizando qué significa la IA para los distintos modelos de negocio y cómo incidirá en las empresas; por ejemplo, si será disruptiva o positiva para los modelos de negocio de las de software.
En el sector de semiconductores, hay muchas empresas que se están beneficiando del entrenamiento de grandes modelos de lenguaje, como los fabricantes de chips, centros de datos y diseñadores de software. Confiamos en que la IA se revelará positiva a largo plazo para las empresas de semiconductores y buscamos empresas infravaloradas por el mercado. Hay un gran abanico de resultados posibles desde el punto de vista de las unidades, los precios, las cuotas de mercado y los márgenes brutos, a medida que aparezcan nuevos competidores que contiendan con los actores existentes. Centrarnos en la valoración nos ayuda a mantenernos alejados del ciclo de la euforia por la IA, y entender cada uno de estos negocios nos ayuda a identificar las oportunidades y los riesgos.
Los riesgos de desglobalización son una de las áreas a las que el equipo sectorial mundial presta más atención desde hace algunos años. Dada la cadena de suministro, la industria de semiconductores es una de las más globalizadas: las empresas que los diseñan están centralizadas en Estados Unidos, las de bienes de equipo están en EE. UU., los Países Bajos y Japón, los fabricantes son principalmente de Taiwán y los productos químicos que se usan en la fabricación provienen de todo el mundo. El motivo de esto estriba en que el sector de semiconductores se presta a orientarse a pequeños nichos, como el diseño de los equipos de fabricación o la tecnología de los procesos.
Este modelo muy especializado basado en nichos ha derivado en una cadena de suministro diversa, pero interconectada, lo que significa que resulta difícil que alguna de estas empresas salga del sistema. Como inversores, tenemos que analizar sus estados financieros y entender el impacto de las tensiones geopolíticas sobre algunas variables como las unidades vendidas y la cuota de mercado. También tenemos que saber en qué medida las empresas fabrican exclusivamente en un lugar o región, cuánto les costaría diversificar y si hay suficiente capacidad en otros lugares para diversificar adecuadamente. A las empresas que utilizan tecnología avanzada les cuesta más diversificar que las que utilizan chips más antiguos. Entablamos constante diálogo con las empresas para evaluar el posible impacto sobre las unidades, los precios, los márgenes y la inversión de capital en cada uno de los negocios, así como la exposición en nuestras carteras.
La energía cobra vital relevancia para las empresas relacionadas con los semiconductores. Por ejemplo, los proveedores de servicios en la nube que desarrollan grandes modelos de lenguaje están limitados por su uso de energía. Esto significa que el consumo de energía les importa desde el punto de la sostenibilidad, además de ser crucial para sus modelos de negocios. Un buen ejemplo del impacto es la creciente demanda de los chips de Nvidia. Las unidades de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés) de Nvidia son más potentes y eficientes que las unidades centrales de procesamiento (CPU) tradicionales, ya que sus GPU aceleran una única carga de trabajo, lo que agiliza el proceso y consume mucha menos energía que una CPU.
Se está observando cómo las empresas de semiconductores se están centrando en la energía, al tiempo que tratan de reducir su consumo y gestionan los flujos de energía de forma eficiente a través del sistema informático. Con una perspectiva de inversión, estamos evaluando la energía tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad como del modelo de negocio.
Tribuna de opinión de Vishal Hindocha, responsable global de estrategias de sostenibilidad de MFS Investment Management, y Genevieve Gilroy, analista de renta variable.
MFS podría integrar los factores ambientales, sociales o de gobierno corporativo (ASG) en su análisis fundamental de inversión y en sus actividades de implicación activa a la hora de dialogar con los emisores. Los ejemplos mencionados anteriormente ilustran algunos métodos que ha utilizado MFS para incorporar históricamente los factores ASG al analizar determinados emisores o interactuar con ellos, pero no se debe extraer la conclusión de que esos métodos garantizan resultados satisfactorios de las inversiones o las interacciones en todas las situaciones o en una situación concreta. Por lo general, las interacciones se componen de una serie de comunicaciones que son constantes y, a menudo, prolongadas, y podrían no traducirse necesariamente en cambios en las prácticas del emisor relacionadas con los asuntos ASG. Los resultados de los emisores se basan en muchos factores, y los resultados satisfactorios de las inversiones o las interacciones, incluidos los descritos anteriormente, pueden no guardar relación con los análisis o las actividades de MFS. El grado en que MFS incorpora los factores ASG en el análisis de las inversiones y en las actividades de implicación activa variará en función de la estrategia, el producto y la clase de activos, y también puede cambiar a lo largo del tiempo. Por consiguiente, los ejemplos anteriores podrían no ser representativos de los factores ASG empleados en la gestión de la cartera de un inversor. La información que se recoge anteriormente, así como las empresas y/o los valores individuales que se mencionan no deben interpretarse como asesoramiento de inversión, recomendaciones de compra o venta ni como indicación de intención de negociación en nombre de cualquier producto de inversión de MFS.
Las opiniones expresadas pertenecen al interlocutor y pueden variar en cualquier momento. Dichas opiniones se ofrecen exclusivamente a título informativo y no deberán considerarse una recomendación para comprar ningún título ni una incitación o asesoramiento de inversión. Las previsiones no están garantizadas. Las rentabilidades pasadas no garantizan los resultados futuros.