En seguimiento de las normas establecidas por el Presidente Trump para el sistema financiero de los Estados Unidos en sus Principios Centrales, el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha entregado el primero de una series de reportes identificando normas, practicas, regulaciones y leyes que impiden el crecimiento de la economía estadounidense. De manera muy importante para las instituciones financieras extranjeras operando en los el país, se reconoce su importancia y se considera clave su contribución a la liquidez y solidez del sistema nacional. Los bancos extranjeros mantienen 4,5 billones de dólares en activos y representan el 20% del sistema bancario nacional. Un dato adicional: más del 50% de los Primary Dealers de bonos federales son bancos extranjeros.
Aunque el informe de la Secretaría no es reglamento ni ley, sí establece una filosofía y actitud importante para el análisis de las reglas que gobiernan el sistema. Impactando sobre ambos, bancos domésticos y extranjeros, el reporte insiste en la reforma de las normas de Basel III para liberar más capital y liquidez. También pone el énfasis en que el perfil de riesgo de los bancos extranjeros debe tener sede en las operaciones estadounidenses, y no depender de sus activos consolidados globales. Aunque el reporte no llega a rechazar el sistema de Intermediate Holding Company para los bancos extranjeros, sí promueve la subida del criterio a una cifra siempre superior a 50.000 millones y proporcional al riesgo y actividades en Estados Unidos. Igualmente, los planes de disfunción y test de estrés no deben estar basados en las operaciones globales sino en las operaciones estadounidenses, con mas dependencia de los recursos de la casa matriz. La habilidad de utilizar el capital disponible localmente para invertir en EE.UU. sin restricciones forzosas se ve como una eficaz manera de promover la economía a través de la inversión directa y los prestamos. Además, no se puede minimizar el ahorro e impacto sobre la rentabilidad en el propio alineamiento de cumplimiento y riesgo local con los riesgos actualmente incurridos localmente.
Consistente con su lema «America Primero», el reporte pone el énfasis en la igualdad de condiciones para los bancos extranjeros y domésticos. Particularmente, y en una trayectoria muy diferente de la anterior administración, el reporte exige que las normas internacionales de solidez y liquidez sean analizadas para su implementación en EE.UU. con vista a los efectos en el país primero.
El reporte también intenta reformar el concepto de que la junta directiva deba estar involucrada en las operaciones diarias. El mantenimiento de la distinción entre gerencia y directiva forma una parte clave del delineamiento más eficaz de la gerencia bancaria.
En resumen, contrariamente a los miedos de muchos de que la administración del Presidente Trump tenga animadversión hacia los bancos extranjeros, este reporte reconoce su importante aportación a la fortaleza estadounidense y propone reformas para el mas eficaz uso de su capital y la minimización de normas de cumplimiento inapropiadas para las operaciones locales de esos bancos.
Opinión de Sergio Álvarez-Mena, Partner, Jones Day.