Apenas unos meses después de comenzar mi carrera bancaria en 1987, el Dow Jones sufrió la mayor caída porcentual en un día de su historia. Conocido como «Lunes Negro», las pérdidas fueron el doble de las sufridas en el peor día de la crisis de Wall Street de 1929.
En aquel momento, era difícil mirar hacia adelante con gran optimismo. Sin embargo, viéndolo con retrospectiva, las oportunidades estaban en el horizonte.
La prosperidad aumentaba en el mundo desarrollado y la clase media crecía. Después de 40 años de Guerra Fría, las relaciones entre la Unión Soviética y Occidente estaban empezando a descongelarse. China estaba emergiendo como fuerza económica, y el mundo estaba al borde de la era de Internet.
Mis primeras interacciones con clientes en aquel entonces se han quedado grabadas en mi memoria hasta el día de hoy. Me enseñaron que, si bien hay ciclos de vientos a favor y en contra de la economía, las oportunidades nunca desaparecen para aquellos con una visión clara y un enfoque sobre las necesidades de sus clientes.
En nuestra encuesta más reciente de más de 2.500 compañías en todo el mundo (julio de 2019), casi una cuarta parte de las empresas vieron más oportunidades que amenazas en los años venideros. Reconocen que tendrán que transformar completamente su negocio en los próximos dos años para aprovechar estas oportunidades, y están actuando ahora para conseguirlo.
No es de extrañar que la tecnología esté en el centro de sus planes. Entre los que esperan aumentar su inversión global en un 5% en los próximos dos años, dos tercios consideran que la investigación, la innovación y la tecnología son su principal prioridad. Es la clave no sólo para mejorar la productividad y mantener bajos los costes, sino también para proteger a los clientes y proporcionarles el servicio que desean. En particular, las empresas asiáticas son las que más se benefician, ya que reflejan las presiones de la productividad y la oportunidad que ofrece la tecnología de perturbar las industrias establecidas. Se considera que el Internet de las cosas, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático y el 5G ofrecen las mayores oportunidades de crecimiento futuro, mientras que una de cada cinco empresas considera que la ciberseguridad es una de sus tres principales amenazas.
Sin embargo, a pesar de todas las mejoras que aporta la tecnología, los negocios más exitosos serán aquellos que mejor la combinen con las personas. Esto significa no sólo contratar a los mejores, sino también interesarse activamente en el bienestar de los empleados y mantener una fuerza laboral bien capacitada, productiva y feliz. Esto se está convirtiendo rápidamente en un campo de batalla competitivo. Nuestra investigación nos dice que más de la mitad de las empresas tiene la intención de gastar más en habilidades y formación, y el 43% quiere gastar más en el bienestar de los empleados. A medida que el crecimiento se ralentiza y la necesidad de eficiencia aumenta, los empleados sanos y felices se convertirán en un factor cada vez más decisivo para el éxito del negocio.
La importancia de la sostenibilidad medioambiental sigue creciendo para las empresas de todas las regiones, especialmente en Asia. Existen razones prácticas para ello. El cambio climático es un peligro real y presente, con implicaciones para las cadenas de suministro, los clientes y los empleados. Pero hay fuertes razones competitivas para tomar en serio la sostenibilidad. Los clientes y proveedores quieren y necesitan reducir su propia huella ambiental, y eso se transmite a las empresas que utilizan. También los inversores tienen cada vez más en cuenta la sostenibilidad en sus estrategias de inversión, ya que intentan respaldar a las empresas con fuertes perspectivas a largo plazo. La sostenibilidad ambiental es cada vez mayor, por lo que más de cuatro de cada cinco empresas consideran importante que se las perciba como éticas o ambientalmente sostenibles, y el 45% tiene previsto aumentar la inversión en los próximos dos años.
Como banco global que conecta a clientes de todo el mundo, nuestro reto en HSBC es ayudar a nuestros clientes a superar estos desafíos y aprovechar estas oportunidades. Para ello, nos estamos centrando en estas áreas. De este modo, nos mantenemos actualizados con los canales que nuestros clientes eligen para ofrecer el servicio que ellos demandan. Esto significa invertir en nuevas tecnologías, pero también en nuestros empleados. Las personas inspiradas y comprometidas son nuestra mejor defensa y nuestra mejor imagen, por lo que nos tomamos el bienestar de los empleados muy en serio. Finalmente, estamos comprometidos en ayudar a nuestros clientes a manejar el impacto del cambio climático y la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono. Fuimos una de las primeras instituciones financieras en hacer de las finanzas sostenibles una prioridad mundial, y estamos trabajando con gobiernos, reguladores y empresas para acelerar la respuesta internacional a la actual crisis climática.
Las empresas de hoy en día se enfrentan a una serie de retos diferentes a los de hace 32 años, pero la filosofía de centrarse en lo que los clientes necesitan y mantener un ojo en el largo plazo no ha cambiado en absoluto. Las empresas no pueden controlar el entorno externo ni lo que hacen sus competidores, pero pueden actuar según las tendencias que ven y equiparse a sí mismas y a sus clientes para tener éxito en el futuro. Es fundamental que sigan haciéndolo.
Tribuna de Noel Quinn, consejero delegado interino de HSBC