¿Nos podemos permitir ignorar los dividendos? Las distribuciones de beneficio al accionista han pasado a un segundo plano en plena fase alcista dominada por las 7 Magníficas, pero la historia nos muestra que tales repartos son un importante motor de rentabilidad de la renta variable en el largo plazo.
En los últimos 25 años, casi la mitad de la rentabilidad total (la combinación de crecimiento del capital y renta) de la renta variable estadounidense ha procedido de la reinversión de dividendos, gracias al poder de la capitalización compuesta a lo largo del tiempo. El índice S&P 500 ha generado una rentabilidad total anualizada del 8,0% durante dicho periodo, de la cual un 56,5% cabe atribuirse a la revalorización y un 43,5% a la renta. Los dividendos son importantes para los inversores con horizontes a largo plazo.
Los dividendos también reflejan la calidad de una compañía:
• Disciplina de capital – Los dividendos demuestran el compromiso de la empresa con el valor para el accionista.
• Solidez financiera – El reparto consistente de dividendos solo es posible con el respaldo de un balance saneado.
• Confianza empresarial – Los dividendos son la señal por excelencia de confianza en el crecimiento futuro.
Creemos que los dividendos proporcionan una base sólida para la rentabilidad de la renta variable a largo plazo, con un flujo de ingresos fiable procedente de compañías de calidad.
¿Por qué concentrarse en el crecimiento del dividendo?
Si la renta variable es la principal fuente de crecimiento real, el crecimiento del dividendo ofrece al inversor una manera excelente de protegerse frente a los estragos de la inflación. En los últimos 25 años, los dividendos del índice S&P 500 han crecido a un ritmo anualizado del 5,9%, superando en más de dos veces el índice de precios de consumo (IPC) de EE. UU. (del 2,3%) en dicho periodo.
Este historial de crecimiento superior a la inflación se ha logrado durante periodos complicados, como el reventón de la burbuja tecnológica en 2000, la crisis financiera global en 2008/2009 y la pandemia de COVID en 2020. Además de resiliencia, los dividendos han aportado crecimiento real frente a los caprichos de los ciclos económicos.
El crecimiento del dividendo es importante desde una perspectiva de inversión, ya que ha demostrado ser una estrategia ganadora. El índice S&P 500 Dividend Aristocrats, compuesto de empresas que han implementado subidas de dividendo ininterrumpidas como mínimo durante 25 años, ha generado una rentabilidad total anualizada del 10,4% en los últimos 25 años, superando al 8,0% registrado por el S&P 500 (aunque dicha rentabilidad excedente no ha sido homogénea).
El potente efecto de la capitalización compuesta al reinvertirse el dividendo en crecimiento a largo plazo es uno de los pilares de la filosofía de crecimiento del dividendo en M&G.
¿Por qué ahora?
Tras dos años excepcionales para la renta variable estadounidense, pocos inversores anticipan que en 2025 vayan a repetirse ganancias superiores al 20%. En nuestra opinión, sin embargo, es hora de que los dividendos vuelvan a imponerse. En un mundo de menores rentabilidades, el dividendo podría pasar a representar una mayor proporción de la rentabilidad de las acciones. Además, a medida que aumenta la probabilidad de volatilidad bursátil, las estrategias de dividendo (que tienden a ser inherentemente defensivas) podrían atraer más interés como una manera menos volátil de obtener exposición a la renta variable.
El entorno de tasas de interés a la baja también podría brindar protagonismo a los dividendos, al ser una consideración obvia para quienes buscan nuevas fuentes de renta, no solo por su fiabilidad sino también por su potencial de ingresos crecientes.
Por otra parte, el dividendo aporta seguridad frente a la incertidumbre, en un momento en que temas como el impacto potencial de la imposición de aranceles por parte de la nueva administración estadounidense y las consecuencias de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y en otras regiones todavía son una incógnita.
La persistencia de la inflación es otra realidad incómoda. El crecimiento del dividendo proporciona una cobertura efectiva frente a la inflación y una protección muy necesaria, sobre todo a la luz de la solidez de los repartos en Estados Unidos. El trasfondo de fuertes flujos de caja corporativos apuntala el impulso continuado de los dividendos, reflejando la salud y el inagotable optimismo de las compañías americanas.
Tribuna de John Weavers, gestor de M&G Investments
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.