«Es asombroso el cambio de humor que una renta fija puede producir”, Virginia Woolf, Un Cuarto Propio.
Aunque pocos profesionales del ramo lo admiten públicamente, la banca privada se encuentra inmersa en una crisis existencial. La flexibilización cuantitativa por parte de los principales bancos centrales ha provocado una caída de los bonos corporativos de alta calidad a niveles próximos a cero, y de muchos bonos soberanos hasta valores negativos. Los instrumentos tradicionales de renta fija son una herramienta básica de la banca privada y han constituido la base de la inversión de activos según la fórmula “bonos/acciones/fondos hedge” durante décadas. Sin embargo, mientras no se produzca una subida de los rendimientos, ni los bonos soberanos ni la deuda corporativa de alta calidad están en condiciones de añadir valor a una cartera de inversión. Al contrario, las inversiones en renta fija de una cartera en las actuales condiciones sólo sirve para añadir riesgo por crédito y por duración, que no se ve compensado en absoluto por los retornos, que pueden incluso ser negativos.
La típica respuesta de gestores de fondos y banqueros privados, cuando se les pregunta por qué insisten en recomendar renta fija tradicional a sus clientes, es simplemente que no hay alternativa, lo que justifica seguir invirtiendo en una clase de activos drásticamente sobrevalorada. No hace falta ser un gurú para advertir que el precio y el valor intrínseco se encuentran en un estado de claro desequilibrio en los actuales mercados de renta fija, provocado por las compras masivas de bonos por los bancos centrales y la búsqueda cada vez más desesperada de retornos por los gestores de fondos de pensiones y empresas aseguradoras con el fin de dar cobertura a obligaciones futuras. Hasta los bonos de alto retorno, coloquialmente conocidos como bonos basura, ofrecen actualmente unos bajos retornos, ya que el deseo de conseguir mejores retornos vence a la prudencia. Desde mi punto de vista, tras veinticinco años de experiencia en el sector, invertir en productos que añaden riesgo a la cartera sin proporcionar retornos satisface la definición de mala práctica profesional.
Estando así las cosas, ¿qué puede hacer un gestor de carteras para conseguir retornos atractivos en el contexto de la actual distorsión de los mercados tradicionales de renta fija? Muchos gestores y family offices en todo el mundo han dirigido su atención al sector inmobiliario como sustitutivo de la renta fija, reemplazando los retornos de los bonos por los ingresos por alquiler de inmuebles. Las inversiones en adquisiciones directas de propiedades inmobiliarias productoras de rentas y las participaciones en fondos de inversión inmobiliarias o instrumentos financieros semejantes constituyen indiscutiblemente una alternativa válida. Sin embargo, en mi opinión muchos gestores de carteras están ignorando una fuente alternativa de retornos atractivos sin los inconvenientes de las compras directas en el mercado inmobiliario o la participación en fondos inmobiliarios, tales como el riesgo por liquidez y la exposición a los ciclos de precios típicos de la propiedad inmobiliaria. Esta fuente alternativa la proporcionan los fondos de préstamos respaldados por bienes registrados y regulados por el Gran Ducado de Luxemburgo.
La experiencia de los equipos gestores activos en fondos sicav-SIFs luxemburgueses de préstamos respaldados por bienes es realmente impresionante. Luxemburgo ocupa tras Estados Unidos la segunda posición mundial en los activos gestionados por fondos de inversión, con más de 3,5 billones de euros en julio de 2016, tal como informa el prestigioso organismo regulatorio de Luxemburgo, CSSF. Aunque la mayor parte de los fondos registrados en Luxemburgo corresponden a la clase de liquidez diaria en la categoría UCITS, existen más de 1.000 sicav-SIFs registradas en Luxemburgo. Estos vehículos constituyen por su propia naturaleza un producto de gestión de carteras apto para los profesionales e inversores sofisticados más que un producto de inversión para los particulares, ya que se dirigen a inversores bien informados y se encuentran sujetos a la Ley de Luxemburgo de 13 de febrero de 2007 sobre fondos de inversión especializados y sus modificaciones. Por ello, están sujetos a un requisito mínimo de inversión de 125.000 euros. La liquidez es variable, pero las liquidaciones y las declaraciones NAV tienen lugar normalmente con periodicidad mensual.
Al no existir un equivalente al Morningstar para hacer un seguimiento colectivo del comportamiento de los sicav-SIFs, este segmento, que reúne unas características sobresalientes en cuanto a análisis de crédito y de inversiones, ha pasado relativamente desapercibido. Así, existen entre los gestores de sicav-SIF fondos especializados en diversos segmentos del espectro de préstamos sustentados por activos, tales como la venta de facturas, los préstamos para las empresas para financiar la compra de bienes de equipo, leasing de aviones, financiación de comercio internacional y financiación puente en el sector inmobiliario. Aunque las características específicas varían en cada caso, todos estos fondos tienen en común el uso del capital de los inversores para financiar oportunidades a corto plazo seleccionadas en la economía real, con garantías suficientes para asegurar el capital prestado y proteger el NAV del fondo en caso de impago. Estos fondos operan normalmente en jurisdicciones con buenas condiciones para los prestamistas, como el Reino Unido o Alemania, donde los activos comprometidos para asegurar un préstamo pueden transferirse con agilidad al prestamista en caso de impago. En resumen, estos fondos operan en el terreno en el que se desenvolvían los bancos mercantiles tradicionales, que se ha visto crecientemente abandonado por los bancos como consecuencia de su restructuración para hacer frente a los requisitos de capital de Basilea III.
Este tipo de inversiones permite obtener retornos positivos de forma consistente, no correlacionados con los mercados tradicionales de acciones o bonos. A la luz de estos resultados y de la facilidad para invertir en sicav-SIFs en Luxemburgo por parte de los clientes de gestores de carteras utilizando sus cuentas de valores, es muy aconsejable en mi opinión el uso de estos productos por parte de banqueros privados, family offices y gestores en general, para evitar las limitaciones e inconvenientes de la renta fija tradicional y de las inversiones en el sector inmobiliario. Los fondos luxemburgueses de préstamos respaldados por bienes ofrecen una alternativa sólida como fuente de retornos atractivos, estables y no correlacionados con los mercados tradicionales de bonos/acciones.
Columna de James Levy, director de Clearwater Private Investment.