Desde la crisis financiera global de 2008-2009, las compañías del sector de la tecnología de información han impulsado a los mercados globales de renta variable a niveles récord. Los inversores están buscando mejorar sus exposiciones a futuro, conscientes de cómo ciertos índices de referencia han pasado a estar concentrados en algunas de las compañías más grandes por capitalización bursátil.
El principal beneficio de las exposiciones a los valores “temáticos” altamente focalizados, es que permite a los inversores conectarse con casos emergentes del sector tecnológico en vez de simplemente adquirir una exposición a títulos del estilo de Facebook, Amazon, Alphabet, Apple, Microsoft y otros gigantes tecnológicos.
Ahora, los enfoques temáticos a los mercados de renta variable no son nuevos y las estrategias de gestión activas han existido en Europa desde comienzos de los 2000´. Inicialmente, se trataba de un concepto en el que los gestores activos se movían en torno a diferentes temáticas que consideraban atractivas o mantenían simultáneamente una exposición a temáticas múltiples. Por otra parte, la proliferación de las opciones de fondos cotizados que surgieron a partir de 2015 ha sido transformadora para el mercado, al punto que actualmente son prácticamente ilimitadas las opciones de temáticas disponibles.
Al separar el amplio universo de estrategias temáticas en categorías, nos permite pensar más claramente cómo incorporar en la cartera estos bloques en un contexto más útil. Hemos identificado cuatro grupos amplios, los cuales son: los “cambios demográficos y sociales”, los “cambios tecnológicos”, los “cambios geopolíticos” y las “presiones ambientales”.
La razón por la cual los grupos son importantes, se debe al hecho de cómo se pensaría el “riesgo” para el próximo período. Dado que para estos cuatro grupos sería difícil obtener un rendimiento de la misma solidez en cualquier período determinado, es más probable que las condiciones favorezcan, por ejemplo, a aquellas estrategias en torno a los “cambios tecnológicos”. En cambio, un período a futuro sería más favorable, por ejemplo, a los “cambios demográficos y sociales”. Para nosotros, una cartera de estrategias temáticas tecnológicas solamente diferentes de por sí, podría no ser lo suficientemente resiliente a las condiciones de mercado cambiantes como una cartera que busca diversificar a lo largo del sector tecnológico y en al menos uno de estos grupos.
Incluso dentro de la amplia categoría de “cambios tecnológicos”, los inversores pueden elegir enfocarse en lo que serían subcategorías como el cloud computing, la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la nano tecnología, etc. Estos subgrupos los ayudará a poner 2020 en contexto. Dicho esto, el cloud computing representó en 2020 a un grupo de compañías que proporcionaron soluciones extremadamente efectivas a las necesidades de las empresas y los consumidores durante los confinamientos provocados por la Covid-19. Sin dudas que en esta área se ha obtenido una muy fuerte rentabilidad. Asimismo, hemos transcurrido el primer trimestre de 2021 reconociendo que, si bien la volatilidad en las estrategias de cloud computing puede incrementarse a corto plazo, el foco central debe permanecer sobre el hecho de que buena parte del software comercial, podría ser de nube en 2030 y obtener una valorización de aproximadamente 4 billones de dólares*
Tal vez, para aquellos que piensan menos en el largo plazo y más oportunistamente en 2021, su foco podría virar hacia la variante de la inteligencia artificial con una amplia exposición a los semiconductores. En este sentido, está muy claro que muchas industrias necesitan semiconductores y se ha constatado una escasez en lo que va de 2021. Por su parte, la ciberseguridad se ha convertido en un tema muy interesante en un mundo de trabajo remoto e inclusive, si los precios de las acciones cedieran y fluyeran, la demanda de estos servicios debería incrementarse firmemente.
Dondequiera que un inversor pueda centrarse dentro del universo temático de estrategias de valores, es fundamental que siempre mire por debajo del capó de la metodología y los componentes. A pesar de que estas estrategias podrían parecer enmarcadas en el mismo “tema” o tener las mismas palabras en el nombre de la estrategia, un análisis en mayor profundidad tendería a encontrar exposiciones muy diferentes y empresas subyacentes.
En WidomTree, creemos en la selección de modelos especializados en donde cada componente subyacente tiene una conexión directa con el tema dominante. En algunos casos, esto puede conducir a una lista más reducida y centrada de compañías y en otros, dependiendo del tema, a una lista más amplia con exposiciones variables a la “cadena de valor” del tema.
Dado que en las estrategias temáticas no existe una “correcta” o incorrecta” y nadie sabe qué niveles de rentabilidad serán generados a priori, es más crítico por lo tanto asegurarse que la metodología y la exposición de la estrategia encaje en las creencias del inversor y se alinee con su contexto de cartera. Los enfoques que permiten que la exposición evolucione con el tema, podrían tener un mayor impacto.
Tribuna de Chris Gannatti, jefe de análisis de WisdomTree Europa.
*Loten, Angus. “Software Bots Multiply to Cope with ‘Stretched’ Resources.” Wall Street Journal. 25 de enero de 2021.