El triunfo electoral de Donald Trump ha impulsado el aumento de los tipos de interés a largo plazo. Aunque es probable que los planes del presidente electo para el estímulo fiscal fomenten el crecimiento de Estados Unidos y alimenten al alza el dólar, tal y como están ahora las cosas parece que los tipos a largo plazo podrían estar a punto de dejar de subir.
Los tipos de interés a largo plazo ya estaban al alza cuando Donald Trump fue elegido, pero han aumentado desde entonces. En su primer discurso como presidente electo, el candidato republicano reafirmó las principales características de su política económica: estímulo fiscal (recortes de impuestos, aumento del gasto público) y una tendencia hacia el proteccionismo. Si el comercio mundial se desacelera, la oferta podría verse afectada y la inflación podría resurgir, pero es difícil de medir el impacto potencial mientras no haya propuestas claras. En este punto no se sabe qué acuerdos comerciales podría cuestionar la nueva administración. El estímulo fiscal, por otro lado, podría ser implementado rápidamente y provocar un importante repunte en el crecimiento de Estados Unidos, entre el 0,5% y el 1%. De hecho, el crecimiento ya está apoyando a los mercados y empujando a los tipos a largo plazo y al dólar hacia arriba. En cuanto a los tipos de interés a corto plazo, es muy probable que la Fed aumente el ritmo de sus aumentos de tipos.
Sin embargo creemos, basándonos en los datos actuales, que esta fuerte tendencia hacia los tipos a largo plazo podría estar llegando a su fin. El mercado ya ha revisado sus pronósticos para las subidas de tipos de la Fed hasta finales de 2018, y asegura que habrá de dos a cuatro. Según las previsiones, los estímulos fiscales que añaden un crecimiento del 1% por lo general desencadenan un aumento del 0,25% en la tasa real neutra. Y los inversores ya han puesto precio a la posibilidad de que se lleve a cabo un plan de estímulo sustancial.
Además, creemos que la Fed estará limitada en sus acciones por la subida del dólar, que asumirá el papel de variable de ajuste. Asimismo, si los tipos subieran demasiado rápido, los activos de riesgo terminarían sufriendo. Por último, cabe señalar que los planes se destinan únicamente a medidas de estímulo específicas en lugar de cualquier cambio estructural importante en la economía estadounidense, y su potencial de crecimiento sigue siendo históricamente bajo a menos que, por supuesto, los gastos propuestos fueran realmente aumentar la productividad empresarial a largo plazo.
Nuestro estilo de gestión de retorno absoluto nos permite gestionar activamente las ponderaciones de los segmentos en los que estamos invertidos. Particularmente el crédito investment-grade estadounidense y el alto high yield (a través de CDS), así como la deuda bancaria subordinada. Dado el entorno descrito anteriormente y la inestabilidad política actual, este tipo de gestión de activos es especialmente útil.
Columna de Christel Rendu de Lint, responsable del equipo de Global & Absolute Return Fixed Income de Union Bancaire Privée (UBP)