Los roboadvisors permiten a los inversores organizar su gestión financiera online, con la elaboración y administración de sus carteras de inversión de forma totalmente automatizada. Las cifras de irrupción actual y futura de esta novedosa herramienta hablan por sí solas: los robo-advisor han venido para revolucionar el mercado.
Según Deloitte, la expansión de los roboadvisors en el mercado de gestión de activos se estima en más de 3,7 billones de dólares para 2020 y más de 16 billones de dólares para 2025. Estas cifras suponen alrededor de tres veces el monto que gestionan las principales gestoras mundiales actualmente.
Las grandes bondades de este revolucionario sistema de gestión son:
- Llegar a nuevos clientes, ya sea por áreas geográficas, o por generaciones, como los millennials
- Reducir los costes de gestión
- Enriquecer la experiencia del cliente gracias a las nuevas herramientas tecnológicas, como vídeo chats
Pero los roboadvisor no deben ser entendidos como un destructor de los sistemas tradicionales de gestión, sino como un avance más en el mercado, que favorecerá el crecimiento consistente a largo plazo aunando tecnología y personas.
Estos sistemas digitales posibilitan a los bancos enriquecer su atención con métodos más personalizados, rápidos y ajustados a sus necesidades del cliente, por ello, hay que alcanzar un modelo integrado que incluya herramientas de inteligencia artificial y también productos manufacturados.
Por supuesto, la seguridad es vital en este mercado. En este sentido, la industria de la gestión y los bancos han avanzado en la implantación de sistemas de ciberseguridad. Actualmente las API, los algoritmos y el big data son la clave y, por ello, una parte integral de las propuestas de valor de las empresas que ofrecen robo-advisors incluye estos sistemas de protección. Pues, abaratar los costes no tiene que implicar renunciar a la seguridad y la protección.
Los gestores más exitosos harán uso de las nuevas generaciones de roboadvisor para obtener más rendimiento con el inversor. Vamos hacia un futuro dominado por la tecnología. No podemos obviarlo.
Columna de Saxo Bank escrita por Matteo Cassina, Global Head of Institutional Business