Los mercados financieros han experimentado algunos movimientos brutales en las últimas semanas. La fuerte subida de los rendimientos de la deuda pública alemana (bunds) fue especialmente violenta. En lugar de buscar explicaciones basadas en los fundamentales, consideramos que este movimiento es la consecuencia de una sacudida en el posicionamiento. Nuestro escenario base sigue siendo que el bache económico dará paso a una dinámica de crecimiento más vigorosa en los mercados desarrollados (MD). A menos que se produzca una pronunciada aceleración del proceso de desapalancamiento financiero en los mercados emergentes (ME), el crecimiento mundial debería contar entonces con unos cimientos más firmes.
En estos días, hemos asistido a gran subida del indicador de datos económicos inesperados de Japón, tal y como puede apreciarse en el gráfico.
Venta masiva en clases de activos tradicionalmente seguras
Los mercados siempre tendrán vida propia. La reciente corrección en el mercado de deuda pública alemana ha sido un buen recordatorio de este hecho. Las principales lecciones que podemos sacar del repunte de los rendimientos de la deuda pública alemana deberían ser que en los mercados no existen las apuestas ganadoras y que siempre deberíamos prever lo inesperado.
La sacudida en los bunds alemanes incidió en otras clases de activos. La corrección presentó un tinte muy técnico y apenas mostró las características defensivas que tradicionalmente acompañan a una corrección desencadenada por una desaceleración (del crecimiento). Esto se tradujo en una cierta corrección “no defensiva”, ya que los tradicionales destinatarios de las inversiones en busca de un refugio, es decir, el dólar estadounidense y los valores de deuda pública de los mercados desarrollados, se comportaron de una manera completamente opuesta a su dinámica normal reacia a asumir riesgos, atravesando por una fase de debilidad en lugar de fortalecerse.
Estos cambios indican que están actualmente larvándose algunos apretones de posicionamiento y señalan claramente la existencia de algún riesgo a corto plazo en las partes del mercado que han gozado de mayor popularidad en los últimos años. Aun así, dado que algunos de esos segmentos del mercado parecen ahora cada vez más infravalorados desde una perspectiva técnica y habida cuenta de nuestra fe actual en una recuperación gradual del crecimiento mundial, nos mantenemos fieles a una postura de asignación de activos proclive a asumir riesgos.
Los datos del primer trimestre indican una ralentización del crecimiento mundial
A tenor de los datos disponibles hasta ahora, el crecimiento mundial parece haberse desplomado hasta situarse en una tasa anualizada inferior al 1,5% en el primer trimestre, la mitad del nivel de 2014. La ralentización fue evidente por la vertiente de la demanda, donde las ventas minoristas y los pedidos de inversiones se han desacelerado. En la de la producción, los datos sobre producción industrial y los indicadores de confianza empresarial y actividad económica también mostraron ciertos signos de debilidad.
Estos datos pueden dar, no obstante, una falsa impresión de la verdadera situación subyacente, al menos a corto plazo. Los datos podrían estar distorsionados por perturbaciones exógenas, como patrones climáticos anormales en EE.UU. y Japón y huelgas portuarias en la costa oeste de EE.UU. Además, indicadores como las ventas minoristas y los salarios suelen ser proclives a revisiones y una parte desproporcionada de los datos se refiere al sector de bienes de la economía, porque es más fácil de medir que la producción en el sector servicios, mucho mayor.
Ciertos signos de fortaleza
Un análisis más detenido de los datos pone de manifiesto que algunas tendencias subyacentes positivas siguen sin verse afectadas. Los mercados de trabajo están resistiendo bien, especialmente en los mercados desarrollados. La confianza del consumidor continúa mejorando. Los flujos de crédito a los desarrollados se han vuelto más favorables. Las condiciones financieras en muchas partes del mundo siguen siendo favorables o han mejorado más si cabe desde principios de año, aunque los países de la zona monetaria del dólar están viéndose lastrados por la fuerte apreciación de esta divisa. Por último, las perspectivas de las condiciones de liquidez mundiales han mejorado desde comienzos de año gracias a un programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) del BCE mayor del previsto y a una reducción del probable ritmo de endurecimiento de las condiciones monetarias en EE.UU. y Reno Unido en un futuro inmediato.
La economía mundial mejorará tras el bache del primer trimestre
Por tanto, seguimos apreciando suficientes razones para que el crecimiento mundial mejore tras el bache del primer trimestre. Los fundamentales siguen apuntando a una reaceleración del crecimiento del consumo privado impulsada por la creciente confianza del consumidor, el crecimiento del empleo, los bajos tipos de interés, la expansión de la oferta de crédito y la mejora de las cuentas de los hogares. Los fundamentales también señalan un aumento del la inversión por parte del sector empresarial en los mercados desarrollados alimentada por los crecientes márgenes de beneficio, el bajo coste de capital, la relajación de las condiciones crediticias y un stock de bienes de equipo cada vez más desfasados.
Marc Behets-Wydemans, es senior investment analyst en NN Investment Partners.