Como inversores debemos reconocer el papel que juega la renta variable internacional no estadounidense en una cartera bien diversificada. En MFS Investment Management, creemos que muchos inversores están por lo general poco expuestos a la renta variable internacional, en un momento en el que hay potencial para la oportunidad.
Los inversores estadounidenses han tenido tradicionalmente un sesgo pronunciado hacia la inversión doméstica, pero cuando se tiene en cuenta el crecimiento de los mercados internacionales de renta variable y las cifras del PIB fuera de Estados Unidos se puede decir que ha habido un desarrollo significativo en los últimos 20 años.
Por ejemplo, los mercados emergentes (ME) contribuyeron con el 20% del PIB mundial en el año 2000. Sí avanzamos hasta el 2017, los ME representan un tercio del PIB global, mostrando un crecimiento superior al 65% (como muestra a la derecha el gráfico 1). Si se ignora este tipo de crecimiento, se está eliminando (o no considerando) activos con unas oportunidades de crecimiento interesantes.
En el año 2000, la capitalización bursátil del mercado de acciones chino alcanzó los 500.000 millones de dólares. Hoy en día, supera los 7.000 millones. El mundo está cambiando y debemos entender cómo se debe participar en este escenario cambiante. En la actualidad, Estados Unidos representa el 50% de la capitalización bursátil mundial, pero esto es una cifra engañosa, porque el índice de Estados Unidos está dominado por megaempresas. Si combinamos las cinco primeras acciones por capitalización bursátil del S&P 500, Estados Unidos tendría el cuarto mercado más grande del mundo. Estados Unidos representa el 25% de las oportunidades de inversión (el porcentaje que representa en el MSCI ACWI Index), lo que significa que el resto del mundo constituye el otro 75%.
El liderazgo del mercado se ha mantenido por ciclos entre la renta variable internacional y la estadounidense. Desde 1971, el índice MSCI EAFE ha obtenido un desempeño superior al índice S&P 500 en 24 de esos años, mientras que el índice S&P 500 lo ha hecho en 23 de estos años, con tan sólo un 1,25% superior (medido en retorno absoluto). Y, una parte importante de ese rendimiento superior se ha dado en los últimos cinco años. Sin embargo, comenzamos a ver un giro hacia los mercados internacionales en 2017 y en 2018. Si se observa el S&P 500, por lo general ha existido una sobreponderación a aquellos sectores que se han enfocado en factores de growth como la tecnología, la energía y la atención sanitaria. Por el contrario, el índice MSCI EAFE, se ha centrado por lo general en los factores value, o aquellos sectores que tienen un buen desempeño cuando el estilo value se ve favorecido, tales como servicios financieros, materiales y sectores industriales. El tamaño medio del índice S&P 500 ha sido históricamente un tercio mayor que sus contrapartidas del MSCI EAFE, lo que significa que un inversor obtiene una mayor exposición a empresas de pequeña y mediana capitalización invirtiendo fuera de Estados Unidos.
Las valoraciones: los mercados siguen a los beneficios
Las valoraciones de las acciones del MSCI EAFE son en la actualidad muy atractivas, tanto en términos históricos como en términos relativos, conforme está cotizando en unos niveles que no se habían vistos en 20 años (como se muestra en la izquierda del gráfico 2). Además, cuando comparas como se ven estos ratios precio-utilidad (P/E, Price-Earnings) cíclicamente ajustados, se puede observar que los ratios P/E de Estados Unidos son relativamente altos para su media a largo plazo. Por el contrario, los ratios P/E no-estadounidenses se encuentran por debajo de su media histórica a largo plazo (como se muestra en la derecha del gráfico 2). Los mercados internacionales no-estadounidenses tienen mucho trecho por recorrer. Incluso si se tiene en cuenta las valoraciones desde una perspectiva por sector, estamos encontrando oportunidades a explotar en algunos sectores infravalorados fuera de Estados Unidos.
Uno de los motivos por los que el dólar ha sido tan fuerte hasta ahora, ha sido la percepción de que era la mejor casa en un mal vecindario. Pero estamos comenzando a ver unos mejores números económicos y unos mejores fundamentales en el resto del mundo. Creemos que los días en los que el dólar era una fuerte divisa a nivel mundial serán menos frecuentes que en el pasado, conforme los datos de la producción, el desempleo y la confianza del consumidor han mejorado notablemente en los mercados desarrollados no-estadounidenses.
Los mercados emergentes: el potencial para liderar el mundo
El caso subyacente para la inversión en mercados emergentes no ha cambiado mucho en los últimos 20 años: estamos tratando de aprovechar el crecimiento de la clase media que cuenta con un ingreso en expansión. La mayor parte de la población vive en mercados emergentes y la mayoría de la gente tiene menos de 40 años. Por lo que, desde un punto de vista del consumo, creemos que estos mercados no han alcanzado su potencial. El mundo está cambiando, y donde están sucediendo la mayoría de los cambios en los mercados emergentes. Las reformas estructurales, políticas y económicas, han aumentado la productividad y mejorado el potencial de crecimiento en estos mercados en desarrollo. China e India representan casi un 40% de la población mundial, y el índice S&P 500 tiene menos del 10% de exposición a estos países.
¿Cuántos inversores están participando en el crecimiento que está teniendo lugar en los mercados emergentes? ¿Están los inversores estadounidenses tomando la exposición necesaria a empresas que mantienen su actividad empresarial en esta parte del mundo? Como referencia, 2007 fue la última vez que hubo un crecimiento global sincronizado, antes de que haya vuelto ha suceder en 2017 (como muestra el gráfico 3). Y vemos que esta tendencia de expansión global continuará en 2018.
Conclusión
En MFS Investment Management, nuestra visión a largo plazo nos permite el tiempo para generar un alfa potencial, optimizar la diversificación y recompensar las ideas de inversión. Buscamos un enfoque de inversión internacional con una diversificación estratégica entre activos, ampliando las posiciones de las carteras entre distintos mercados. Creemos que esto puede ayudar a los inversores a beneficiarse de un fuerte rendimiento en un mercado y ayudar a minimizar el impacto de una caída en otro. Por su puesto, existen riesgos inherentes a la inversión internacional, incluyendo riesgos geopolíticos, económicos y límites sociales, así como la transparencia en la información y la complejidad de la divisa. Nuestro disciplinado enfoque bottom-up en el proceso de selección de acciones busca descubrir empresas internacionales fuera de Estados Unidos con un alto ROE. La manera de diversificar entre las distintas clases de activos puede ser igual de importante para el éxito inversor a lo largo del tiempo. Creemos que diversificar posiciones entre diferentes industrias, geografías, empresas y estilos de inversión puede ser la mejor manera de reducir la exposición a riesgos a la caída.
Columna de Peter A. Delaney, director, Grupo de Soluciones de Inversión de MFS Investment Management, y Thomas Melendez, gestor de carteras de renta variable para clientes institucionales.