Tuaisceart Éireann es el nombre en gaélico para Irlanda del Norte. Este enclave dentro de la isla de Irlanda, que sigue fiel a la corona y a la Casa de Windsor, está en proceso de convertirse en un símbolo del actual punto muerto en las negociaciones entre Reino Unido y Europa para las gestiones del Brexit.
El riesgo está ahora en su momento cumbre en cuanto a las discusiones con directivos del sector empresarial, que confirman la dimensión de la falta de preparación de las autoridades en Reino Unido. Ante el titubeo expresado por el liderazgo europeo en una cumbre informal en Salzburgo, la postura de Theresa May parece aún más frágil ahora.
May deberá tratar de salvar su pellejo en la conferencia del Partido Conservador el 30 de septiembre. Sin embargo, este factor no ha evitado que los mercados de renta variable sigan avanzando, especialmente el de Estados Unidos, que registró un flujo en ingresos récord –14.500 millones de dólares– hacia sus bolsas, pese a que las tasas de interés escalaron: el rendimiento de bonos a dos años alcanzó el 2,8% y la deuda a 10 años está actualmente en casi el 3,1%. Además los índices alcanzaron un máximo histórico.
Rotación hacia value
Desde DNCA, filial de Natixis IM, vemos tres catalizadores potenciales podrían detonar una fuerte rotación hacia las acciones value en el mercado de renta variable: la confirmación del aumento en las ganancias (especialmente en Europa), una tendencia al alza en las tasas de interés a largo plazo (como respuesta a la potencial presión inflacionaria y las tensiones salariales) y las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, con una posible mayoría demócrata en la Cámara de Representes que podría brindar calma entre la retórica proteccionista de la administración de Trump.
¿Y Europa?
Europa se muestra como una entidad dispuesta a otorgar su voto de confianza y lista para imitar al desempeño incentivado por la renta variable en Estados Unidos, a pesar de múltiples obstáculos en las diversas negociaciones que actualmente se llevan a cabo (guerra comercial entre EE.UU. y China, Brexit, la presentación del presupuesto en Italia, el renovado impulso francoalemán por el proyecto europeo).
Sin embargo, la situación sigue siendo preocupante para los inversores, ya que la intransigencia y terquedad de todos los interesados al rehusarse a lograr algún avance en estos temas estratégicos representa una amenaza real para la economía, aunque no sistémica en este punto.
Como afirmara el filósofo francés Montaigne, aceptar enfrascarse en una discusión implica correr el riesgo de cambiar de opinión al término de ésta. Quizá este adagio debería comunicarse al oído de los líderes políticos involucrados.
Igor de Maack es portfolio manager de DNCA, filial de Natixis IM.