El sismo que sucedió en México en septiembre de 2017 tuvo un impacto muy fuerte en el ánimo de la gente y consecuencias graves en término de pérdidas de vidas humanas. Hay muchas familias afectadas, tanto por la pérdida de familiares como por la pérdida de viviendas. Sin embargo, para analizar el impacto desde el punto de vista macroeconómico se requiere evaluar las consecuencias sobre la capacidad productiva y la actividad económica.
Si bien es un hecho que se derrumbaron muchas viviendas en la Ciudad de México y diferentes poblados de los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Puebla, no hubo ningún destrozo sobre la planta productiva del país. En términos generales las fábricas no se vieron afectadas. Evidentemente que el sismo va a impactar de manera diferente a los sectores económicos y a las regiones. Entre los sectores afectados negativamente está el turismo, particularmente en la Ciudad de México, pero este fenómeno va a durar poco tiempo, porque la infraestructura no se dañó; la baja en la demanda va a ser de corto plazo. El impacto sobre el sector comercio en la Ciudad de México es muy pequeño, a diferencia del sector comercio de los estados afectados, donde sí es mucho más grande y en esas regiones si se va a notar la baja en la actividad económica. También el sector asegurador va a tener un impacto negativo al tener que hacer frente a todos los gastos generados por el siniestro. Todas las viviendas que tenían hipotecas contaban con seguros, la mayoría de las oficinas privadas y las instalaciones propiedad del gobierno, como escuelas, hospitales y oficinas.
El aumento en la demanda en las actividades relacionadas con la industria de la construcción, resultado de la necesidad de reconstruir las viviendas, escuelas, hospitales, etc. afectados, va a compensar esa menor actividad de algunos sectores e incluso, a nivel global, permitirá que el crecimiento del país en el año no se vea afectado. Además, la participación conjunta en el PIB de los estados de Oaxaca y Chiapas asciende a 3,2% y a los estados que generan el 70% del PIB no estuvieron afectados El crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2017 si va a reducirse, resultará menor a lo que se tenía previsto ya que en las zonas afectadas la actividad económica se interrumpió por algunos días y ello va a provocar un efecto estacional, similar al de la semana santa. La zona de la Ciudad de México y el Estado de México representan juntos el 26,2% del PIB nacional. Sin embargo, el proceso de reconstrucción permitirá que en el cuarto trimestre de este mismo año y en los primeros meses de 2018 fomentará la demanda agregada y reactivará a la economía, razón por la cual el crecimiento anual de la producción de 2017 será muy similar a la que se tenía previsto antes de los sismos.
En conclusión, el sismo tiene un impacto social muy grande, por las pérdidas humanas y materiales de varias familias y el ánimo de la población. Sin embargo, desde el punto de vista de la producción global del país, va a ser mínimo, se generará una desaceleración en el tercer trimestre de 2017, se recupera en el cuarto trimestre y a nivel anual no habrá impacto, aunque habrá, como siempre, sectores y zonas perjudicados y favorecidos.
Columna de Francisco Padilla Catalán