En agosto hemos asistido a una de las correcciones más fuertes de los últimos años, concretamente la más seria de los últimos cuatro años (desde agosto del 2011 las bolsas europeas no sufrían una caída tan brusca). En el mes, el Ibex-35 se ha dejado un 8,2% y el MSCI Europe un 7,5% y prácticamente todas las plusvalías que se habían acumulado hasta julio se han esfumado en unos pocos días de agosto.
¿Estamos ante un cambio de tendencia o es sólo un susto en el camino? Para tener una respuesta a la pregunta veamos cuáles han sido las causas de la fuerte corrección de agosto.
No hay una sola razón que justifique estas fuertes caídas de la renta variable, sino que se deben a la combinación de varios factores: descenso de las bolsas chinas, incertidumbre sobre la anunciada subida de tipos por parte de la Fed, convocatoria de nuevas elecciones en Grecia y el descenso del precio del petróleo.
En primer lugar, las caídas del mercado chino hay que verlas en perspectiva. Vienen precedidas de fuertes subidas durante los meses anteriores. Además se trata de un mercado dominado por los inversores domésticos, por lo que el impacto directo de las caídas no debería ir mucho más allá de sus fronteras. Uno de los detonantes de la corrección de las bolsas chinas ha sido el temor a la desaceleración del crecimiento económico del país. La devaluación del yuan por parte de las autoridades chinas es una defensa de su competitividad y hay que tomarla como una señal más de la ralentización en la expansión económica que sufre. Si bien el crecimiento del PIB chino no va a superar el 7% en 2015, tampoco pensamos que vaya a frenarse de manera brusca. Todo indica que el crecimiento del PIB mundial estará alrededor del 3%, lejos de representar un enfriamiento económico global.
Sobre la esperada subida de tipos por parte de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), en el actual contexto sería perfectamente posible que la Fed la aplazara, pues hay serias divergencias sobre cuál es su nivel adecuado, dentro del marco general de modesto crecimiento de la economía mundial. La reunión de banqueros centrales en Jackson Hole (EE.UU.) confirma esta impresión, pero, de momento, la decisión no está tomada. Las nuevas elecciones en Grecia, una vez que el Parlamento ha aprobado el programa de ayudas, se realizarán previsiblemente en un entorno de mayor estabilidad que el que había a principios de mes.
La caída del precio del petróleo supone un efecto positivo sobre la mayoría de compañías (excepto las del sector energético), que ven cómo se abaratan sus costes de producción. El hecho de que la caída se deba a un exceso de la oferta no es tan preocupante como si se debiera a un brusco descenso de la demanda.
¿Cómo evolucionan los beneficios de las compañías?
Una vez asumidas las caídas de los mercados, si nos fijamos en los fundamentales de las compañías, éstos no han cambiado. La evolución de los negocios en que invierten nuestros fondos siguen cumpliendo con el crecimiento de ingresos, mejoras de márgenes y de beneficios.
La selección de compañías de calidad que componen nuestras carteras han sufrido descensos en sus cotizaciones de similar magnitud al del resto de compañías (no ha habido discriminación). A nuestro entender, esto supone una oportunidad para invertir, pues las compañías capaces de mantener un crecimiento de beneficios estable y predecible se deberían beneficiar de la recuperación de manera más significativa.
El actual entorno es positivo, especialmente para las compañías españolas y europeas, que ven que el cóctel favorable de tipos de interés reducidos, política monetaria expansiva (QE), dólar fuerte y precios del petróleo bajos supone un viento de cola para el crecimiento de beneficios.
En concreto, para el conjunto de valores del fondo de acciones europeas (EDM Strategy) el crecimiento de beneficios que esperamos es del 12,4% anual para los próximos cinco años, que en el caso de los valores españoles de EDM Inversión es del 10% anual. Para las acciones de nuestro fondo de acciones latinoamericanas (EDM Latam) el crecimiento esperado es del 14,2%.
Mantenemos nuestra convicción en las compañías de calidad seleccionadas en nuestras carteras. Los fundamentales siguen intactos y el crecimiento estable de doble dígito de sus beneficios será el motor a medio plazo de los resultados de los fondos.
Ricardo Vidal es director de Inversiones y socio de EDM