La volatilidad se ha convertido en un síntoma habitual de los mercados financieros y es algo de lo que siempre tienen que ser conscientes los inversores. Además, puede plantear problemas para los gestores de fondos, aunque también proporciona excelentes oportunidades para el tipo adecuado de estrategias.
Dentro de los mercados financieros, la volatilidad hace referencia a subidas o bajadas de precios significativas. Los mercados alcistas suelen caracterizarse por períodos de baja volatilidad y una subida continua en las valoraciones, mientras que los bajistas normalmente presentan una mayor volatilidad y caídas más marcadas, al cundir el pánico. La volatilidad elimina la previsibilidad relativa al valor que pudiera tener una inversión en un momento dado y es un claro indicio de incertidumbre sobre el futuro. Por ello, a los inversores no suele gustarles demasiado. Sin embargo, este es uno de los aspectos que han definido el panorama inversor desde el inicio de la crisis financiera global, y seguramente lo siga siendo en el futuro próximo.
2016 ha sido ya un año extremadamente volátil por las preocupaciones sobre China, el precio del petróleo y las materias primas, y las perspectivas de crecimiento global. Todo ello ha hecho que se disparen los niveles de ansiedad en los mercados, como demuestra la métrica de volatilidad “VIX”, que ha mantenido una tendencia al alza durante los últimos seis meses. Esta métrica sube al volverse más pronunciados los movimientos de los precios, y se considera un útil “indicador de temor” en los ánimos de los inversores. El fuerte pico que tuvo lugar en agosto de 2015 no hizo sino reflejar las dudas sobre China y la devaluación de su moneda, y dio el “pistoletazo de salida” a una serie de problemas macroeconómicos.
Marcando el paso
No obstante, existen ciertas estrategias de inversión que pueden explotar esta volatilidad en el precio de las acciones para convertirla en un flujo de rentabilidad absoluta (positiva) para los inversores. De hecho, cuando los inversores caen presa del pánico, o comienzan a actuar de forma ilógica, suelen ser tiempos de grandes oportunidades para estos gestores. Una de estas estrategias es la de los fondos long/short de renta variable. La función de estos fondos no consiste en sustituir a los fondos tradicionales de renta variable “long-only” (aquellos que compran títulos con la previsión de que aumente su valor), sino proporcionar un enfoque de inversión diferente y, a menudo, complementario. Aparte de asumir posiciones “largas” (comprar títulos con la expectativa de que se incremente su valor), esos fondos pueden tomar también posiciones “cortas” (es decir, que pueden invertir en un título que les permita conseguir beneficios si cae su valor, aunque sufran pérdidas si este aumenta).
Las principales características de un buen fondo long/short de renta variable son:
- Una baja correlación con los movimientos del mercado de valores (es decir, que no imitan la rentabilidad de estos)
- Una baja volatilidad en comparación con los mercados de renta variable (es decir, que se mantienen estables cuando los mercados experimentan fuertes subidas o bajadas).
Al añadir un fondo long/short bien gestionado a una cartera de fondos exclusivamente a largo plazo (long-only), el inversor debería poder incrementar, en teoría, su diversificación general y así obtener una rentabilidad global más estable. No obstante, es importante recordar que estas estrategias tienen como objetivo obtener una rentabilidad absoluta, o positiva, pero que todo dependerá de que los gestores tomen unas buenas decisiones de inversión. Por tanto, no se garantiza que puedan obtenerse resultados positivos, y de hecho pueden sufrirse pérdidas cuando se produzcan unas condiciones atípicas en el mercado.
Aparte de poder beneficiarse por la caída en el precio de títulos concretos, los fondos long/short de renta variable pueden reducir también su exposición global al mercado si el gestor piensa que más adelante va a producirse una mayor corrección del mercado o un período de gran turbulencia. Pueden utilizar ciertos instrumentos y técnicas de inversión para reducir la sensibilidad del fondo a los movimientos del mercado, y posiblemente proteger (o incluso incrementar) el capital de los inversores. Del mismo modo, cuando los gestores consideran que los temores son excesivos, como suele ocurrir con mercados volátiles y presos del pánico, y esperan que se produzca un repunte, pueden aumentar su sesgo a posiciones “largas” y salir beneficiados posteriormente si aciertan.
Un futuro incierto
Las condiciones económicas y de los mercados existentes en este momento, y las previstas para un futuro próximo, hacen que los inversores se planteen cada vez con más frecuencia operar con fondos long/short. En un mundo como el actual, marcado por un exiguo crecimiento económico, limitados ingresos procedentes de los bonos y el efectivo y unos bajos tipos de interés e incertidumbre a nivel geopolítico, puede resultar atractivo el potencial de crecimiento y protección del capital a largo plazo que brindan estos fondos, incluso con mercados erráticos. Al identificar qué gestores cuentan con un sólido historial a largo plazo y con procesos de inversión robustos, los inversores podrán sentirse más tranquilos al saber que el enfoque de rentabilidad absoluta ha sido probado con una gran variedad de entornos del mercado y que los gestores saben perfectamente cómo conseguir buenos resultados.
La rentabilidad absoluta en Henderson
Henderson gestiona dos estrategias long/short centradas en la renta variable europea: Henderson Gartmore United Kingdom Absolute Return Fund, manejado por Ben Wallace y Luke Newman, y Henderson Horizon Pan European Alpha Fund, gestionado por John Bennett. Si bien los enfoques concretos de cada gestor pueden variar, las dos estrategias pretenden obtener una rentabilidad absoluta positiva a largo plazo, independientemente de las condiciones del mercado de renta variable.
Los fondos long/short de renta variable no suelen tener como objetivo superar en rentabilidad al mercado general. Su intención es básicamente generar una rentabilidad continuada con cualquier tipo de situación en el mercado. Por esta razón, quizá no ganen tanto como los mercados de renta variable durante períodos alcistas (que normalmente se producen cuando los inversores se sienten confiados sobre el futuro), pero pueden compensar estas cifras inferiores con su capacidad para generar beneficios cuando los mercados caen o se muestran volátiles (como se ha visto recientemente).
John Bennett es portfolio manager del Henderson Horizon Pan European Alpha Fund y Luke Newman gestiona el Henderson Gartmore United Kingdom Absolute Return Fund.