Prácticamente, siete de cada diez inversores institucionales europeos aumentarán sus asignaciones a estrategias ESG en 2019, por lo que Europa es, de lejos, la región del mundo en la que más va a aumentar el peso de las inversiones en productos que tienen en cuenta factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Este dato, que se desprende de la Encuesta a Inversores Institucionales elaborada recientemente por Natixis IM, refleja que los inversores del Viejo Continente se toman cada vez más en serio la inversión socialmente responsable.
Este estudio evidencia una tendencia cada vez más consistente en la industria europea de gestión de activos. Pero, realmente, ¿a qué responde esta tendencia? ¿A la búsqueda de más rentabilidad? ¿Al objetivo de reducir el riesgo? ¿A su intención de alinear la actividad de las organizaciones con los principios que abandera?
La respuesta es sencilla: responde a todo lo anterior al mismo tiempo. Los inversores institucionales europeos quieren poner en marcha estrategias que se alinean con sus principios, al mismo tiempo que consiguen un mayor control del riesgo y que obtienen beneficios como una mejora de su reputación, una mayor diversificación o un retorno más elevado de las inversiones.
Este dato, que demuestra el sólido compromiso de Europa -y de las firmas europeas- con expandir las ventajas de la inversión socialmente responsable, contrasta con la intención de los inversores institucionales norteamericanos. Y es que la historia es muy diferente al otro lado del Atlántico, en donde menos de un 40% de los inversores institucionales están dispuestos a aumentar sus asignaciones en estrategias ESG, mientras que prácticamente el 60% restante no tiene en mente hacer ningún cambio en la cantidad de dinero que destina actualmente a este tipo de estrategias.
El resultado de esta encuesta nos permite decir que vamos por el buen camino, ya que el aumento del interés por las inversiones socialmente responsables en Europa también responde al cada vez mayor convencimiento de que estas estrategias ofrecen fuentes adicionales de alfa. Sin embargo, no se puede bajar la guardia y los líderes europeos de la industria tenemos que aumentar nuestro compromiso con el desarrollo de estas estrategias.
En este contexto, las grandes compañías de gestión de activos tenemos que liderar iniciativas que lleven a los inversores a tener la misma consideración por los principios ESG que por los fundamentales financieros. Al igual que tenemos la responsabilidad de realizar las acciones necesarias para difuminar las nubes que ensombrecen la documentación y la transparencia de las empresas. Tenemos que aprovechar nuestra posición como inversores para conseguir que la información sea clara y transparente y que, entre otras cosas, los inversores institucionales europeos dejen de considerar que existe un problema a la hora de analizar el comportamiento histórico de una compañía.
Para conseguirlo, tenemos que aprovechar toda la luz que nos arrojan las encuestas que realizamos y que nos permiten entender en qué punto se encuentra la industria. Estos estudios, que nos acercan a los inversores, se convierten en las balizas que trazan el camino a seguir y que nos permiten aunar en una misma estrategia nuestras mejores capacidades de gestión de activos con la aplicación de los criterios ESG.
Columna de Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latinoamérica y EE. UU. Offshore.