El panorama de inversión actual, caracterizado por los bajos rendimientos, ha creado un entorno en el que el potencial de ganancia que entrañan las inversiones en renta fija «seguras» se ha vuelto limitado, al tiempo que la volatilidad del mercado disuade a muchos de asignar recursos a la renta variable al estimar excesivo el riesgo asociado. Ante este panorama, la alternativa que brindan los bonos convertibles representa una proposición de inversión atractiva.
Los bonos convertibles son valores de deuda corporativa cuyo titular puede canjear por un número fijo de acciones ordinarias. Pueden considerarse la combinación de un instrumento de renta fija y una opción sobre acciones, con el bono limitando el riesgo a la baja y la opción confiriendo exposición a valores representativos de capital. Los bonos convertibles se revalorizan al hacerlo sus acciones asociadas en mercados al alza, al tiempo que cuentan con un elemento de protección ante las inevitables caídas del mercado: el valor del bono subyacente proporciona un «suelo» al valor y evita que su precio de mercado caiga más allá de cierto nivel cuando lo hagan las acciones. Esta protección prestada por el bono hace de los convertibles una manera menos «dolorosa» de participar en el capital de una empresa cuando las cosas van mal. Por otra parte, los bonos convertibles se han revelado capaces de ofrecer rentabilidad con una volatilidad inferior a la de la renta variable, y las características que los asemejan a una opción mejoran sus valoraciones en épocas de volatilidad en los mercados de renta variable.
Un secreto bien guardado
Aun así, no pocos han pasado por alto los bonos convertibles a la hora de invertir. Aunque esta clase de activo se ha desarrollado significativamente en los últimos años, persisten temores infundados y confusión. La inquietud por una supuesta falta de emisiones de convertibles no está justificada: el mercado de bonos convertibles se renueva a un ritmo normal de unos 100.000 millones de dólares estadounidenses al año. Otra cuestión es si la inversión en convertibles ha de considerarse como una asignación a renta fija o a renta variable. Lo cierto es que los bonos convertibles deberían entenderse como una clase de activo distinta que aúna esas otras dos clases, por lo que los inversores deberían más bien verlos desde la perspectiva de su potencial contribución a la cartera como un todo.
Por ejemplo, los inversores cuyas carteras han de ceñirse a la renta fija pueden servirse de bonos convertibles para adquirir exposición a la renta variable. En el caso de las aseguradoras y de otros inversores con restricciones en cuanto a solvencia, la rentabilidad no correlacionada de los convertibles ha deparado a estos instrumentos un trato favorable en las normas de Solvencia II de la Unión Europea. Puesto que el tamaño del mercado mundial de convertibles es aproximadamente una cuarta parte del de la deuda de alto rendimiento (high yield) (que cuenta con su propia asignación en casi todos los mandatos institucionales), estaría plenamente justificado reservar una asignación específica a los convertibles. Además, son numerosas las empresas que limitan sus emisiones a bonos convertibles, por lo que aquellos inversores en bonos que no los incluyeran en sus carteras estarían de hecho excluyendo a esas empresas de su universo de inversión. A la inversa, cabe considerar que los bonos convertibles aportan a la diversificación una dimensión adicional.
Filosofía de inversión
NN Investment Partners basa su filosofía de inversión en dos convicciones. La primera es que los convertibles ofrecen rentabilidades asimétricas, así como rentabilidades similares a la ofrecida por las acciones con una menor volatilidad que éstas para el conjunto del ciclo económico. La segunda es que podemos potenciar sus ventajas y batir en rentabilidad a la propia clase de activo constituida por los bonos convertibles. Esto lo logramos invirtiendo selectivamente en bonos convertibles siguiendo un proceso claro y riguroso que implica cuatro pasos: identificar convertibles que ofrecen exposición al capital, escoger entre una selección de valores basada en una investigación orientada a la preservación del capital, la construcción disciplinada de la cartera y un control estricto del riesgo.
Nuestro universo de inversión tiene alcance global. El objetivo de nuestro proceso inversor es detectar los mejores vehículos de inversión emitidos por las empresas más atractivas relacionadas con los temas de inversión definidos, seleccionadas con independencia de su región o sector. Utilizar temas en lugar de sectores nos permite recurrir a clasificaciones de valores dinámicas en lugar de fijas, lo que aporta claridad sobre los factores impulsores de las valoraciones de las empresas de cara al futuro. Nuestro propósito es construir una cartera de bonos convertibles equilibrados que esté bien diversificada en términos de emisor, sector y temas. En un mundo ideal, la rentabilidad a lo largo del ciclo procederia de un amplio conjunto de temas. En el pasado depararon resultados particularmente satisfactorios los temas «ciclos de módulos de memoria», «gasto del consumidor estadounidense», «exposición al sector inmobiliario» y «gasto sanitario». En estos momentos, nuestros cinco temas principales son «computación en la nube», «racionalización empresarial», «gasto sanitario», «desapalancamiento bancario» y «componentes electrónicos».
NN Investment Partners no se limita a invertir en bonos convertibles. Lo que hacemos es invertir en empresas, utilizando los bonos convertibles como el vehículo a través del cual acceder a ellas. Esta distinción debería servir para reflejar la disciplina que nuestro equipo trata de aportar a todo el proceso inversor y que finalmente conduce a una cartera concentrada en una treintena de valores.