Los bancos están luchando contra las empresas de tecnología financiera adoptando la innovación, captando a los mejores talentos tecnológicos y cambiando su forma de trabajar.
2021 ha sido testigo de la explosión de los tokens no fungibles (NFT) y de la adopción generalizada de las criptomonedas. Se trata de una tendencia que no hará más que reforzarse en 2022, a medida que los grandes bancos adopten la innovación y luchen contra las empresas Fintech en la próxima revolución digital.
Vivimos en un mundo que evoluciona aún más rápido que el que habitábamos antes de la pandemia del COVID-19. Esto puede ejemplificarse con un reciente titular de prensa: Ocado y Homebase han anunciado recientemente que ofrecerán reembolsos en bitcoin a sus clientes, facilitados por Mode, la empresa de banca abierta. Dentro de poco, los consumidores podrán obtener bitcoin como opción de devolución de dinero en efectivo, lo que demuestra hasta qué punto la criptodivisa se está convirtiendo en algo habitual dentro de la conciencia pública.
Estos cambios estructurales que se están produciendo en la sociedad y el ritmo de innovación que los acompaña presentan un abanico de oportunidades en el sector financiero mundial.
Uno de los temas más interesantes que se están desarrollando, es la tecnología financiera. En los últimos años, el mundo tradicional de las finanzas se ha visto sacudido por una oleada de empresas de tecnología financiera que han aprovechado la digitalización para perturbar a las empresas financieras tradicionales.
Sin embargo, de cara a 2022, esta tendencia puede incluir represalias, ya que las grandes instituciones tradicionales contraatacan contratando a los mejores talentos tecnológicos, uniéndose a la forma de trabajar «ágil» e innovando, para recuperar su cuota de mercado y servir mejor a sus clientes.
La pandemia ha acelerado enormemente la tendencia a la banca y los sistemas de pago online que ya habíamos empezado a ver antes de la pandemia. El ritmo de la innovación financiera ha alcanzado una velocidad vertiginosa, ya que la mayor parte del gasto de los consumidores se realiza ahora online y las criptomonedas están empezando a calar en el comportamiento de los consumidores.
Dentro de la tecnología financiera, veo uno de los mayores potenciales en los pagos digitales y sin efectivo. Todavía queda mucho camino por recorrer en la transición del dinero en efectivo a las tarjetas y del comercio minorista en las tiendas al comercio electrónico, y existe la oportunidad de crear grandes ecosistemas de tecnología financiera o «Super Apps» al estilo de Ant Financial y WeChat Pay.
Más allá de los pagos, un número mucho más amplio de segmentos como InsurTech, PropTech, neobanks, gestión de la riqueza digital y criptomonedas están «cruzando el abismo», pasando de la etapa de adopción temprana a la siguiente fase de crecimiento: las masas. En 2020, 66 millones de participantes en el mercado habían operado con una criptomoneda o utilizado una aplicación de blockchain. Esta cifra se ha triplicado hasta los 260 millones este año, y espero que se multiplique de nuevo en 2022, a medida que continúe la integración de las criptodivisas en el comportamiento del consumidor general.
Creo que el cambio en el comportamiento de los consumidores y la aceleración del ritmo de la innovación financiera tras la pandemia es estructural, y no transitoria. Dado que la digitalización del sector de los servicios financieros está aún en pañales, espero un gran potencial alcista para los inversores.