Deje que Taurus (el toro), una constelación visible en el cielo invernal del norte dirija los principios de nuestra previsión para las materias primas en 2019. Nuestra visión taurina se mueve en torno al petróleo. La OPEP ha acordado un recorte de la producción y tanto China como Estados Unidos han dejado de golpearse en el ring comercial. Estos dos factores apoyan la evolución del precio del petróleo. Además, también hay esperanzas de que Donald Trump -la impredecible estrella oscura- pudiera abandonar sus impulsos de mencionar al petróleo durante un tiempo evitando así que caiga su precio.
En la reunión de los días 6 y 7 de diciembre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), junto a algunos países no miembros como Rusia decidieron recortar la producción en 1,2 millones de barriles al día frente a los niveles de octubre. En total, hablaríamos de una reducción de 1,4 o 1,5 millones de barriles si se tiene en cuenta la menor producción anunciada por Canadá. Esta medida es importante por dos razones. Por un lado, la dimensión de los recortes es mayor de lo que esperaba el mercado y, por otro, frustra a los escépticos que habían dudado de la capacidad de la organización para llegar a un acuerdo que incluyera a los no miembros. Esos temores habían hecho caer los precios del petróleo antes de la reunión y todo eso ya ha pasado.
De cara a la posible reacción alcista del precio del petróleo habría varias estrategias de cara a 2019: oportunidades de arbitraje con los precios de los contratos del WTI y del Brent y oportunidades de arbitraje fruto de las divergencias entre los desequilibrios de oferta y demanda de crudo light y heavy.
El enigma de la relación EE.UU. – Golfo Pérsico
En la evolución del precio del petróleo es muy importante la relación entre Arabia Saudí y Estados Unidos. El país norteamericano ha superado a la monarquía del Golfo en términos de producción convirtiéndose en un rival formidable para su principal aliado en el mundo árabe. La monarquía del Golfo tiene un gran interés en vender petróleo más caro pero, al mismo tiempo, Riad puede tener que prestar atención a las nuevas exigencias de un petróleo más barato que hace Donald Trump, ya que en estos momentos está bajo presión.
Para 2019 esperamos que las sorpresas aparezcan en cualquier momento, como ocurre con los asteroides. Piense, por ejemplo, en el papel de Arabia Saudí como productor provisional para Irán, que se ha visto obstaculizado por las sanciones, o en la inesperada mejora de la producción petrolera libia. Además, las tensiones en el Golfo Pérsico están aumentando. Irán, ante la perspectiva de tener que cerrar los grifos de petróleo, ha planteado la posibilidad de cerrar el Estrecho de Ormuz a todos los petroleros que navegan desde los puertos del Golfo. Mientras tanto, la reciente decisión de la administración Trump de permitir temporalmente las exportaciones de petróleo iraní a ciertos países ha sorprendido a la mayoría de los observadores del mercado.
Rastro de los fuegos artificiales de Estados Unidos y China
Los astros también están en movimiento más allá del sector energético. Al igual que el humo de los fuegos artificiales chinos, la nube que envuelve a la relación comercial entre Estados Unidos y China está desapareciendo lentamente tras la tregua alcanzada a principios de diciembre.
Un posible beneficiario de este acuerdo entre las dos potencias son los metales básicos, la base de toda la actividad industrial a nivel global. Este panorama favorable está respaldado por unos inventarios de metales ajustados y unas perspectivas de suministro relativamente moderadas.
Por si fuera poco, el sector agrícola también parece estar cerca de un nuevo amanecer. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los precios se negocian alrededor de mínimos de diez años, por lo que el potencial de crecimiento desde este nivel es considerable. Según el acuerdo entre Xi Jinping y Trump, China debería comprar cantidades sustanciales de carne de cerdo y soja a los EE.UU. El acuerdo genera esperanzas de una mayor relajación de las tensiones entre los dos rivales.
Pero en este entorno hay una fuerza que no hay que dejar de tener en cuenta, la Reserva Federal de los Estados Unidos. La reciente declaración del presidente de la Fed, Jerome Powell, de que los tipos están cerca de un nivel «neutral», que no obstaculiza ni impulsa el crecimiento económico, puso en duda las perspectivas de un ajuste estable de la política monetaria de EE. UU. en 2019. Esto debería ser un buen augurio para las materias primas denominadas en dólares estadounidenses, algo que impactaría a todas ellas en forma general y al oro en particular.
Tribuna de Jon Andersson, responsable de materias primas en Vontobel AM