Al más puro estilo de los analistas de los mercados, con sus previsiones para el año siguiente y que resulta enormemente divertido observar posteriormente, como fallan en su inmensa generalidad, año tras año, me ha parecido oportuno explicar cuales es mi visión sobre los 10 catalizadores que transformarán radicalmente la industria de gestión de activos en 2018. Solo espero tener un poco más de acierto en mis predicciones.
- MiFIDII: Aunque el lobby bancario, comandado entusiásticamente por la patronal de fondos (que recordemos representan a todas las gestoras y no solo a las dependientes de los bancos) estén haciendo lo imposible para que nada cambie, todo apunta a que la barra libre en la distribución de fondos va a terminar y que el ejercicio de transparencia que va a imponer la transposición de esa directiva europea, va a hacer que a más de uno se le caiga la venda de los ojo y contribuya a erradicar el síndrome de Estocolmo bancario. Eso sí, conociendo el percal todo apunta a que los reguladores dejaran manga ancha durante unos meses hasta su efectiva aplicación.
- La revolución digital: Tal y como ha sucedido en otras industrias, el tsunami digital va a sacudir de arriba abajo el orden establecido en los servicios de inversión. Muchos siguen sin querer verlo y seguramente tarde un poco más, por las especiales características de este sector, con muchos requisitos regulatorios, con altas barreras de entrada y donde la confianza en la marca es primordial. Esta revolución tiene dos nombres que arrasaran las murallas de mordor, las fintech y la amenaza de las GAFA.
- Gestores automatizados: Dentro del mundo de las fintech y en el vertical de asesoramiento y gestión y aunque aún suponen una gota en la inmensidad del océano patrio, las cifras de crecimiento y la tracción que están consiguiendo, pueden suponer un auténtico aldabonazo a la industria y que empiecen a suponer un pequeño dolor de cabeza para la distribución bancaria. Las iniciativas bancarias que estamos conociendo en este sentido, muy respetables por supuesto, no son más que la digitalización de los servicios de gestión de carteras y/o fondos de fondos que ya tenían, con la misma inclusión de fondos propios y ajenos y la consiguiente cascada de comisiones. Conseguir “branding” y no disparar los costes de adquisición, es el gran reto de estos nuevos jugadores en la industria.
- Desintermediación bancaria: Lenta, pero inexorablemente, las cifras de venta de fondos de inversión y planes de pensiones que actualmente rondan cifras cercanas al 80% en el canal bancario, irán disminuyendo, las nuevas plataformas de contratación de fondos, así como la posibilidad de operar directamente en las páginas web de determinadas gestoras, abren un camino con un potencial inmenso.
- Aumento de los volúmenes gestionados en instrumentos de gestión pasiva: Como consecuencia del obligatorio ejercicio de transparencia que MiFIDII II va a imponer y del crecimiento de los gestores automatizados con subyacentes en fondos índices, la cifra de volumen en este tipo de gestión solo tiene un camino que es aproximarse a lo que sucede en el resto del mundo civilizado, recordemos que en USA este estilo de gestión ronda cifras cercanas al 40% y que en Europa están en el 20%, cuando aquí no pasamos del 1%. En este sentido la equiparación de la fiscalidad de los ETFs a los fondos de inversión, ayudara a este despegue sin ninguna duda.
- Aumento de los activos de las gestoras no dependientes de una red bancaria: Por muchos de los factores ya comentados, es indudable que las gestoras que consistentemente sigan añadiendo valor y apoyándose en las facilidades que la revolución digital les va a seguir prestando y en su marca, van a seguir ganando cuota de mercado.
- Las nuevas generaciones: Por no llamarles millennials, por que como cada semana sale una nueva denominación de nueva generación, es indudable que estas nuevas generaciones adolecen, afortunadamente de ese sentido de lealtad que tenían sus padres con el “amigo” de la sucursal de turno y van a estar mucho más dispuestos a ahorrar e invertir de una manera muy diferente. Conforme vayan adquiriendo poder adquisitivo y/o vayan heredando va a hacer que muchas de las cosas que parecían inmutables en la industria cambien radicalmente.
- Irrupción de nuevos jugadores: A pesar de las fuertes barreras de entrada que tiene el sector, estamos asistiendo a la irrupción de nuevas gestoras independientes y seguirá el goteo de gestoras internacionales que quieren tener una parte del inmenso pastel bancario. También observaremos y cada vez más, fusiones de EAF y/o conversión de las misma. Una industria con un “cuasi” oligopolio y férreo control bancario en toda la cadena de valor, y encima aportando muy poco, solo tiene un camino que es de la irrupción de nuevos jugadores que quieran ir arañando cuota, con propuestas diferentes al sota, caballo y rey que ha sido moneda corriente hasta ahora.
- La urgente reforma de las pensiones: Creemos que la reforma de las pensiones en sus tres pilares, público, de empleo e individual tiene que ir un paso más allá de reducir las comisiones máximas y dar liquidez a los 10 años en el sistema individual, la adopción de un sistema mixto para las pensiones públicas, el cambio normativo para el sistema de empleo y la necesaria adopción de cuentas similares a las 401K americanas para el sistema individual se antojan no solo necesarias, sino ya de una urgencia pavorosa
- Contracción de márgenes:Muchos de los factores ya comentados va a desembocar en una bajada gradual de comisiones y por ende en una contracción de márgenes en general en la industria, lo que provocara nuevas operaciones corporativas, la necesidad de incorporar nuevos perfiles y la desaparición de muchos actores que no sepan adaptarse a este nuevo entorno.
Tribuna de Martín Huete, especialista en gestión de activos y fondos de inversión. Matin Huete Investment Services Analyst.