El mercado actual de bonos verdes soberanos era una quimera no hace demasiado tiempo, pero la iniciativa del gobierno francés de emitir bonos verdes soberanos lo cambió todo. La Agence France Trésor (la agencia responsable de la gestión de la deuda y la tesorería de Francia) salió al mercado de forma estudiada y cuidadosa, y Francia tiene ahora, con diferencia, el mayor mercado soberano verde mundial, con unos 40.000 millones de euros de emisión.
Todo comienza con el papel de los bonos verdes en una cartera de inversión. Los bonos soberanos representan alrededor del 54% de un índice global típico. Sin embargo, hasta 2016, no había absolutamente nada en términos de bonos soberanos verdes para la asignación de carteras. Esa era la brecha, el eslabón perdido que ahora se ha reparado. Y se ha producido un rápido crecimiento del mercado, especialmente en los dos últimos años. Ya no hablamos solo de Francia, sino de un mercado en el que este año se ha emitido el 30% de los bonos soberanos verdes en circulación.
El mercado de bonos verdes está en plena expansión. De acuerdo con Sean Kidney, co-fundador de la Climate Bonds Initiative, sólo este año crecerá un 80% y pronto tendrá dos billones de dólares en circulación. Dos billones parecen mucho, pero el tamaño total del mercado de bonos, de acuerdo con la SIFMA, es de más de 119 billones de dólares, así que aún queda mucho camino por recorrer. El espacio en el que realmente tenemos que crecer es el de los bonos soberanos, que de acuerdo con el ICMA corresponde al 68% del total del mercado mundial de bonos. Pero sólo unos 120.000 millones de esa cifra son bonos verdes. Eso significa que la oportunidad de crecimiento está en el espacio soberano. Hace unos años fue un comienzo tardío, pero ahora estamos viendo emisiones en todo el mundo.
Las emisiones de bonos verdes soberanos permiten también que los gobiernos sean más transparentes y comuniquen mejor con sus ciudadanos: por ejemplo, el gobierno holandés emitió un bono verde, en el que la mayor parte de la recaudación se destinó a la protección de las costas marítimas, lo que sirvió para llamar la atención sobre el trabajo que están haciendo y la problemática subyacente.
Una estrategia en bonos verdes soberanos, cada vez más necesaria
La mentalidad de los inversores está cambiando y el enfoque no está exclusivamente en la rentabilidad. Ahora, también preocupa a los inversores el uso e impacto de sus inversiones. El cambio proviene de dos ámbitos: en primer lugar, los objetivos de las carteras están cambiando. Además de los objetivos de búsqueda de rentabilidad y de los criterios ESG, los inversores buscan cada vez más alinear sus carteras, comprometiéndose con un determinado escenario de calentamiento. Cada vez son más los inversores que se comprometen con la alianza Net Zero y demuestran que están reestructurando las carteras para cumplir este objetivo de alineación. El segundo cambio de actitud es que cada vez se pide mayor detalle en la trazabilidad de las inversiones. Los bonos verdes que proporcionan información sobre el uso de los ingresos, pero también informan sobre el impacto, son esenciales, porque los inversores quieren saber no sólo cómo afecta el cambio climático a la cartera, sino cómo la cartera afecta al cambio climático. Ahora buscan métricas de impacto, y la normativa también les empuja en esa dirección.
La normativa SFDR pretende ayudar al inversor en este cambio, ya que obliga a los gestores a informar de manera veraz sobre la «cuota verde» de todas nuestras carteras, y de la propia sociedad gestora de inversiones, y se exige mayor detalle en la información comunicada, como por ejemplo el porcentaje de electricidad de la cartera que tiene un origen renovable. La normativa dirige a los inversores hacia conocer la trazabilidad y el impacto de sus inversiones, lo que hace que la opinión pública pueda involucrarse en la lucha por el cambio climático de manera más tangible.
Opciones para bonos verdes soberanos
Lyxor cuenta con una gama con tres opciones diferentes para posicionarse en bonos verdes. En primer lugar, CLIM, el primer ETF de bonos verdes lanzado en 2017, que ahora suma más de 570 millones de euros en activos bajo gestión. Se trata de un producto agregado porque combina la exposición a soberanos, cuasi-soberanos y empresas. En segundo lugar, otro ETF de bonos verdes agregados, esta vez con una selección ESG adicional, XCO2, que también excluye algunas actividades controvertidas. Y, en tercer lugar, el nuevo producto que lanzamos a principios de julio. Se negocia con el ticker ERTH y está específicamente dedicado a los emisores soberanos de la eurozona, para ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos de emisiones de carbono cero netas.
Tribuna de Pedro Coelho, responsable para Société Générale de Lyxor ETF para España, Portugal y Latinoamérica.