En todos los ciclos hay indicadores contradictorios, pero la tendencia económica subyacente apunta a una aceleración de la recuperación económica mundial impulsada por los países desarrollados. En EE.UU., el consumo y la vivienda continúan mostrando fortaleza y seguimos esperando que el gasto de capital se recupere a medida que la confianza empresarial se afianza y los bienes de capital se van haciendo mayores . Recientemente, han salido a la luz algunos datos decepcionantes como, por ejemplo, los importes de las nóminas y las ventas de automóviles, a los que deberá prestarse especial atención. No obstante, puede que las terribles condiciones meteorológicas hayan influido considerablemente. Las recientes reuniones celebradas con varias empresas radicadas en EE.UU. han confirmado la opinión de que dicho país constituye un lugar cada vez más atractivo para la actividad de fabricación, debido al avance del esquisto, los tiempos de respuesta y el aumento de los costes laborales de Extremo Oriente. Este resultará un factor positivo para la actividad económica. Hemos revisado al alza nuestras previsiones de crecimiento del PIB de EE. UU. para 2014, que se sitúan en el 2,7%.
EE.UU. constituye un lugar cada vez más atractivo para la actividad de fabricación, debido al avance del esquisto, los tiempos de respuesta y el aumento de los costes laborales de Extremo Oriente
El mercado de la vivienda del Reino Unido ha seguido fortaleciéndose y registra mejoras significativas fuera del boyante mercado de Londres. La tasa de desempleo ha descendido de forma sustancial y el consumo da muestras de una mayor confianza. Este último se vio impulsado en 2013 por los enormes pagos de los seguros de crédito (PPI, por sus siglas en inglés), que se tradujeron rápidamente en gasto, especialmente en ventas de automóviles. Tras el aumento de las provisiones del sector bancario, parece probable ahora que en 2014 se paguen niveles de compensación similares. Hemos revisado al alza nuestras previsiones de crecimiento del PIB para este año, que se sitúan en el 2,5%. También hemos incrementado nuestras previsiones sobre el crecimiento de la actividad económica en la zona euro para este año, que se sitúan en el 1,1%, como resultado del fuerte crecimiento de Alemania y la recuperación de España e Irlanda (que ha sido mejor de lo previsto), tras un dolorosísimo ajuste en los peores momentos de la crisis crediticia. Sin embargo, creemos que Francia e Italia siguen manifestando cierta debilidad.
Hemos incrementado nuestras previsiones sobre el crecimiento de la actividad económica en la zona euro para este año, que se sitúan en el 1,1%, como resultado del fuerte crecimiento de Alemania y la recuperación de España e Irlanda
Es probable que Japón registre un crecimiento ligeramente menor este año, debido a la subida largamente esperada del impuesto al consumo. No obstante, el crecimiento subyacente debería ser razonablemente sólido. La subida del impuesto al consumo, la mayor fragilidad del yen y el incremento de la confianza empresarial y del consumo deberían contribuir a un aumento favorable de la inflación.
Al contrario que los países desarrollados, las economías emergentes están encontrando cada vez mayores obstáculos para el crecimiento. La retirada gradual de la expansión cuantitativa por parte de la Reserva Federal está provocando salidas de capital de la región, lo que ejerce presión sobre las divisas, especialmente en aquellas economías que adolecen de una balanza de pagos débil. Por consiguiente, estamos asistiendo a varias subidas de los tipos de interés para defender las divisas, lo que a su vez afectará a la actividad económica. Además, el reposicionamiento de la inversión hacia el consumo de la economía china se está llevando a cabo de forma lenta. La ampliación del sector bancario y los temores a quiebras en el sistema bancario paralelo (shadow banking) suponen motivos de preocupación adicionales. No obstante, en relación con esto último, las autoridades parecen haber adoptado una política temporal basada en poner parches, tras el reciente anuncio de rescate de un trust a punto de quebrar.
Las economías emergentes están encontrando cada vez mayores obstáculos para el crecimiento
Tras los comentarios anteriores, nuestra estrategia de renta variable de los mercados emergentes prefiere actualmente los valores exportadores a los valores de consumo interno. Aparte de esto, los temas de nuestra cartera apenas han variado: buscamos empresas sólidas en crecimiento, empresas que repartan generosos dividendos cada vez mayores, beneficiarias de fusiones y adquisiciones, y empresas bien posicionadas para la recuperación económica mundial.
Seguimos sobreponderados con respecto al índice en renta variable. Las valoraciones son razonables y esperamos que la mejora del entorno económico se traduzca en un decente crecimiento de los beneficios empresariales este año, lo que con el tiempo debería notarse en la rentabilidad. La actividad de fusiones y adquisiciones podría representar un factor de apoyo adicional. No prevemos que los problemas actuales de las economías emergentes den lugar a otra crisis cuyo contagio afecte de forma significativa a las economías desarrolladas. Hay más países con divisas variables y reservas de divisas más elevadas que en anteriores periodos de crisis en las economías emergentes, lo que debería contribuir de forma positiva. Las repentinas devaluaciones de las divisas y las subidas de los tipos de interés ya están dando lugar al necesario ajuste de la reducción del consumo. China no cuenta con una divisa de flotación libre, pero no depende del capital extranjero y dispone de una cierta flexibilidad en su política monetaria para ayudar a gestionar los problemas.
Sin embargo, la volatilidad podría persistir a corto plazo. Tenemos una posición neutral en la renta variable de los mercados emergentes y Asia (excluido Japón). Aunque sus valoraciones son atractivas, creemos que los problemas aún no han terminado y esperamos que la debilidad de las divisas continúe.
Análisis de Mark Burgess, director de Inversiones de Threadneedle