Cuando viajo alrededor del mundo visitando clientes, me suelen preguntar, “¿Qué es lo que te quita el sueño por las noches?” La respuesta: tratar de acertar cuándo se producirá la siguiente recesión. Mientras el crecimiento económico global continua en una expansión sincronizada, existen varias señales preocupantes que me han impedido pegar ojo. ¿Por qué encuentro las recesiones tan preocupantes? Porque causan estragos en los precios de los activos con riesgo.
Según un estudio realizado por Ned Davis Research, la caída media de en el índice S&P 500 durante la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, desde el pico anterior a la recesión hasta el punto mínimo de recesión, es cercano al 28%. Por supuesto, los activos con riesgo como las acciones y los bonos high yield han tendido a proporcionar unos retornos positivos en exceso de la tasa de crecimiento económico en el largo plazo, pero el inversor típico suele fracasar a la hora de cosechar esos beneficios a largo plazo. ¿Por qué? Porque debido a los antojos de la naturaleza humana, las recesiones pueden ser ruinosas para su cartera. Los inversores suelen abandonar sus inversiones una vez los mercados han caído, el peor momento de todos; y, suelen ser lentos en su reincorporación, solo regresando cuando los mercados han comenzado ha recuperarse.
Según mi experiencia, una vez que los inversores se asustan, tienden a permanecer asustados. En otras palabras, puede que a los inversores les lleve más tiempo curarse psicológicamente de lo que lleva a los mercados a curarse desde una perspectiva de precios. Por lo que claramente, tener en mente una potencial recesión es muy útil para que los inversores posicionen sus carteras.
Ya que nadie posee una bola de cristal, es importante disponer de un marco en el que ver los riesgos que pueden venirse encima. Para mí, este marco es una lista de control de indicadores de recesión que he utilizado durante décadas. Mientras que esta lista no está prediciendo una recesión inminente, existen tres señales preocupantes que creo que merece la pena explorar con mayor detalle.
Demasiada deuda
Los mercados se encuentran en sus máximos. Los inversores están confiados. Las condiciones financieras son laxas. Los tipos de interés son bajos. ¿Por qué deberían las empresas y los inversores aumentar su endeudamiento? Hacer frente a los pagos de la deuda debería ser fácil teniendo en cuenta este telón de fondo, ¿verdad? No debería suponer una sorpresa que la cantidad de deuda tanto en los balances corporativos como en los hogares ha aumentado a niveles que superan los de los últimos dos picos del ciclo.
En mi experiencia, demasiado endeudamiento es una señal de una confianza excesiva, y una confianza excesiva no es nunca algo bueno. Y, mientras el servicio de la deuda es bastante gestionable en el momento actual, la Reserva Federal está preparada para subir tasas de interés de nuevo en diciembre y probablemente, según mi punto de vista, habrá un mayor número de subidas de tasas de las que el mercado espera en 2018. En la última fase del ciclo, las tasas de interés tienden a subir, y este ciclo es uno de los más largos registrados.
Una actividad de trivial de fusiones y adquisiciones, y la deuda en margen
Un repunte en el flujo de acuerdos y precios más altos pagados por las fusiones y adquisiciones son un fenómeno clásico en las etapas tardías del ciclo, y estamos viendo ciertos excesos en este campo, según mi opinión. Frecuentemente, en la última parte del ciclo, las empresas dudan de su capacidad para conseguir que los beneficios y las ventas crezcan a un ritmo suficientemente rápido para complacer a los inversores, por lo que compran alguna otra empresa para crear unos ahorros y para exprimir los beneficios por acción. A menudo, pagarán un precio elevado en este proceso. En mi opinión, la actividad en materia de adquisiciones se está incrementando y la prima pagada está creciendo con respecto a los picos de los ciclos anteriores. El endeudamiento marginal representa una preocupación similar. Para muchos, el incremento de la deuda en margen es una señal de confianza. Algunos pueden llamarlo una señal de sobreconfianza. Contra este telón de fondo merece la pena señalar que, a finales de octubre, el margen de la deuda tocó un nuevo máximo de 561.000 millones de dólares. Algunos inversores toman prestados contra sus carteras para comprar más acciones, con las que poder ampliar los resultados si las acciones continúan creciendo en precio o magnificar las pérdidas si las acciones caen en precio. Otros inversores utilizan la deuda en margen como una fuente barata de financiación a corto plazo para otras prioridades. Esto puede ser preocupante si los inversores comienzan a utilizar la deuda en margen del mismo modo que se solía utilizar los prestamos sobre el equity de los hogares durante la fase previa a la crisis financiera global. Endeudarse contra una cartera de valores puede eliminar una protección en la caída si los mercados vuelven a caer y los prestatarios se ven obligados a vender acciones para cumplir con los requerimientos del margen.
La cuota de beneficios con respecto al PIB
Según mi punto de vista, uno de los mejores indicadores que señalan dónde se encuentra la economía de Estados Unidos dentro del ciclo de negocio, es la cuota de beneficios con respecto al PIB. Utilizando los datos de la cuenta de producto e ingreso nacional (NIPA), con los datos producidos por la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos (BEA), es posible comparar todos los beneficios producidos por la economía de Estados Unidos -desde el restaurante local de pizza y el salón de belleza hasta Apple y Netflix- y dividir estos beneficios entre el producto interior bruto, lo que mide el valor de todos los bienes y servicios producidos por la economía. Este cociente es la cuota de beneficio con respecto al PIB. Cuando la cuota de beneficios crece, suele sugerir que esperan mejores tiempos para los precios de las acciones, basándose en la asunción de que las empresas tienen una mayor probabilidad de invertir y contratar cuando los beneficios están creciendo que cuando están cayendo. Cuando los beneficios caen, las empresas tienden a restringir en contratación e inversión. Históricamente, cuando la cuota de beneficio con respecto al PIB cae durante un año o más, sugiere que se avecinan problemas. Durante este ciclo la cuota de beneficios con respecto al PIB se encuentra en máximos históricos. Pero por el momento, la cuota de beneficios por PIB es menor de lo que era hace un año. Este indicador suele caer entorno a unos 12 – 18 meses antes del comienzo de una recesión, y estamos aproximándonos al año de que la cuota de beneficios del PIB haya caído lentamente, -aunque el porcentaje total permanece relativamente alto, con relación a su historia.
Pisen el freno
Mientras la economía y los mercados parecen estar poniendo en marcha todo el cilindraje, para mi estos indicadores son las luces de aviso en el tablero de mandos de un coche. Algunos ven la luz de “compruebe el motor”, pero piensan, “bueno, parece que el coche está funcionando correctamente”. Pero yo pienso que las luces de aviso se encuentran allí por alguna razón. Cumplen la intención de mantenerte alejado de un problema mayor. Por lo que creo que los inversores deben querer considerar que las estrategias de preservación de capital son una opción para poner sus pies en el suelo en este punto del ciclo.
Opinión de James Swanson, estratega jefe de MFS Investment Management