La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) se fijó la meta de cerrar la presente administración con una tasa inferior del 1% en el promedio de cobro de comisiones de las Afores, para ello solamente quedan dos procesos para la determinación de la cuota: el de este año, que ya está en marcha, y el del siguiente, cuando se determinarán los cobros que harán las Afores a sus clientes durante 2018.
Como sabemos, en 2016 el promedio inicial de la tasa de comisión quedó en un 1,07%, desde un previo del 1,11%, con la salvedad de que por primera ocasión en la historia fue denegada una propuesta de comisión, la de Afore XXI Banorte, la institución más grande del mercado, que pretendía realizar un cobro del 1,03% sobre el saldo de las cuentas de sus afiliados.
El 18 de diciembre de 2015 la Junta de Gobierno de Consar aprobó una nueva propuesta de Banorte, ahora del 1,01%. De esta manera, la tasa promedio de cobro de las Afores pasó del 1,11 al 1,06%, lo que significó una contracción del 4,5% de un año a otro, algo así como 5 puntos base.
Recordemos que el propio agente regulador ha reconocido que conforme más se acercan las tasas de cobro de comisiones al umbral de uno por ciento, más resistencia se registra para que bajen, sin olvidar que actualmente dos instituciones cobren menos de uno por ciento: Inbursa con el 0,98% y PensionISSSTE con el 0,89%.
La industria se ha defendido señalando que los esfuerzos realizados son relevantes, incluso a costa de una menor rentabilidad, lo que tiene sus matices. Pero el contexto actual, los meses de volatilidad e incertidumbre, o quizás años, que le esperan a las finanzas nacionales, mismos que se profundizaron a partir del pasado 9 de noviembre tras la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, podrían ser motivo suficiente para cambiar el escenario de una negociación de la que poco se conoce en sus entretelones, pero todos sabemos que es áspera, con estira y afloja, y con posturas férreas de cada bando, ambos en su papel.
Cierto es que en la parte alta del cobro de comisiones existen muchas instituciones que pueden sacrificar unos puntos más, de hecho, existe una diferencial de 25 puntos base, un cuarto de punto porcentual, entre la comisión más barata y la más cara.
Pero los argumentos para no reducir tanto las comisiones crecen día con día; si las cosas siguen así en los mercados financieros seguramente vendrán días de minusvalías en los saldos de los inversionistas-trabajadores-afiliados, ese podría ser un excelente argumento para bajar las comisiones y no castigar más los dueños del dinero.
Sin embargo, también crecen los riesgos para los gestores de las inversiones, las afores pues y su brazo financiero las siefores; la posibilidad de que enfrenten escenarios de compleja volatilidad que impacte los bolsillos de los clientes y por lo tanto de las Afores mismas, está latente.
El escenario de negociación 2015 no fue tan complejo, ello permitió una reducción inicial del 4,2% y de hasta el 4,5% en el saldo final, pero ahora es diferente, sin ser amarillistas enfrentamos un escenario muy similar al de 2008, y con tendencia a empeorar.
La Consar tiene herramientas para propiciar una mayor reducción de las comisiones entre las Afores, pero también sabe que “el horno no está para bollos”, por eso, en Camino a Santa Teresa se viven días de agitación, el escenario se modificó en unos cuantos días. Posiblemente, veamos que el proceso de negociación para fijar las comisiones hacia 2017 pase por una pausa, con ajustes moderados a la baja de entre 2 y máximo tres puntos base, que llevaría el promedio de la tasa de comisión en el sistema a niveles del 1,03%, y a la espera de que en 2017 soplen mejores vientos. El objetivo sexenal está cerca, pero enfrenta escenarios demasiado violentos, por lo tanto, también está en riesgo.
Columna de Antonio Sandoval