No hay una sola respuesta cuando se trata de los mercados emergentes. Sin embargo, la retórica pesimista probablemente sea exagerada. Un análisis detallado del caso de inversión presenta una historia de revalorizaciones, reformas y posibles oportunidades para los inversores selectivos.
Para los mercados emergentes, el proceso de tapering (reducción de las medidas de estímulo en Estados Unidos) ha demostrado ser la insignia de los 20.000 millones de dólares. El 22 de mayo, la Reserva Federal de EE. UU. dijo que pronto podría empezar a frenar su nivel actual de compras de bonos de 85.000 millones por mes, con la intención de terminar definitivamente el programa a mediados de 2014. El anuncio provocó un impacto inmediato y devastador en los bonos, los valores y las divisas de los mercados emergentes.
El diferencial de rendimiento entre la deuda de los mercados emergentes, medido por el JP Morgan Emerging Markets Bond Index (EMBI), y los bonos del Tesoro de Estados Unidos se amplió en 120 puntos básicos en su máximo nivel el mes siguiente al que Bernanke se refirió al tapering, según los datos de Bloomberg. El índice de referencia de las acciones de los mercados emergentes de MSCI cayó en más del 15% en términos de dólares estadounidenses entre el 22 de mayo y el 22 de junio, aunque ya ha recuperado una buena parte de esa pérdida.
Como resultado, algunos están reconsiderando sus asignaciones en los mercados emergentes.
Los fondos de los mercados emergentes que se beneficiaron de los enormes ingresos en la última década ahora parecen estar perdiendo su encanto. En este contexto, la pregunta de si todavía hay una inversión convincente para los bonos de los mercados emergentes es importante. Pioneer Investments confía en que sí hay una inversión convincente, pero cree que los eventos recientes demuestran que los inversores deben enfocarse en los aspectos básicos y en las diferencias significativas que existen entre las economías de los mercados emergentes. Abordar los activos de los mercados emergentes como si fueran una clase homogénea puede ser un enfoque equivocado.
Por qué no estamos en los 90
Creemos que es erróneo pensar que la corrección de los mercados emergentes de este año es la primera etapa de una vuelta al tipo de eventos que caracterizaron la década de los 90, como la «crisis del tequila» de 1994 en México, la crisis asiática de 1997-1998 y el default ruso de 1998. Esta visión demuestra que hay una idea errónea en lo que respecta a cuánto ha cambiado el mundo emergente en los años que pasaron desde esa década.
Por ejemplo, la mayoría de los bancos centrales de los mercados emergentes ya no buscan fijar rígidamente su tasa de cambio con respecto al dólar estadounidense. En la década de los 90, los ajustes inflexibles de la moneda provocaron desequilibrios, y luego, cuando la devaluación se hizo inevitable, se produjo el caos. En cambio, en los regímenes de moneda más flexibles de la actualidad, la depreciación puede ser un amortiguador útil. Además, muchos bancos centrales de los mercados emergentes también aprendieron, a partir de la crisis asiática, sobre la importancia de desarrollar sus reservas de divisas extranjeras. Esto los dejaría mejor parados para defender sus monedas si desean hacerlo.
Sin embargo, aunque creamos que los mercados emergentes son mucho menos vulnerables que durante la década de los 90, reconocemos que aún existen algunas debilidades. Esto fue evidente en las respuestas que se dieron ante las perspectivas de tapering, en las que ciertas economías recibieron golpes más duros que otras. La visión de Pioneer Investments es que la habilidad de identificar estas debilidades anticipadamente y de invertir en consecuencia puede ser crucial para crear valor a través de una gestión activa.