Este jueves esperamos que el Banco de México incremente su tasa de referencia en 50 puntos base, al 6,25%. La Junta de Gobierno estaría buscando evitar que el reciente incremento a los precios de las gasolinas no derive en efectos de segundo orden, es decir que otros precios de la economía se incrementen más allá de lo que justifica el aumento en los precios de sus insumos, en este caso, los costos de la energía. Igualmente, las alzas de la tasa de referencia a lo largo de 2016, a nuestro juicio, no han logrado revertir la tendencia de depreciación de la moneda nacional (relativa a otras monedas emergentes), que se suma a los incrementos de precios de los energéticos presionando los costos de las empresas, en particular de insumos importados. Así, claramente el trabajo de Banxico difícilmente terminará en esta reunión.
El peso mexicano sigue al final de la tabla de retorno total comparado con otras monedas emergentes. A pesar de las alzas de tasas de Banxico a lo largo de 2016, el peso mexicano se encuentra casi empatado con la lira turca al final de la tabla de retorno total para el plazo del fin de 2015 a la fecha.
Destaca del cuadro, que las monedas que han dado mejores retornos (con apreciación de sus monedas), real brasileño, rublo ruso, rand sudafricano y peso colombiano, son monedas que ofrecieron mayores niveles de tasas de interés locales que México. El retorno total de cada moneda se obtiene de sumar la ganancia o pérdida cambiaria en el periodo, al rendimiento o retorno por la tasa de interés local en el lapso señalado. En este sentido, es que consideramos que todavía el nivel de la tasa de interés de México es bajo en relación con el balance de riesgos del país.
La inflación de servicios, comenzó una tendencia de alza a partir del cuarto trimestre del año pasado. La inflación de servicios es la que precisamente Banxico quiere evitar que sufra un contagio de la inflación de mercancías.
Con respecto a esta última, la política monetaria no puede evitar que aumenten de precio para reflejar las alzas de sus costos de producción por el tipo de cambio y la energía, entre otros. Sin embargo, un aumento de la inflación de servicios señalaría una pérdida de confianza de los agentes económicos que venden servicios en el poder adquisitivo de la moneda nacional. Es decir, si dichos agentes aumentan sus precios, en realidad lo que están señalando es que perdieron confianza en el valor de la moneda nacional, en su poder de compra, y eso precisamente, es lo que el Banco de México quiere evitar, además de ser su mandato constitucional. Una inflación baja y estable es precisamente la mejor contribución del Banco Central al crecimiento y bienestar de la economía.
Columna de FINAMEX por Guillermo Aboumrad