Aunque al final del segundo trimestre podría pensarse que la diferencia en los retornos del mercado de renta variable de Estados Unidos con el resto de los mercados se reduciría en el tercer trimestre, el comportamiento fue el opuesto. El índice S&P500 alcanzó nuevos máximos, mientras que la renta variable del resto de regiones luchaba por mantener su posición, con los mercados emergentes mostrándose especialmente débiles.
El largo dominio del estilo growth sobre el value continuaba también manifestándose en los mercados de renta variable globales, con los inversores mostrando especial preferencia por las compañías de tecnología y comercio eléctrico. Un comportamiento apoyado por la sostenida fortaleza de la economía estadounidense y sus beneficios empresariales y por la presión que esa fortaleza está ejerciendo sobre el resto del mundo a través de tipos de interés al alza y un dólar más fuerte. Pero también por una lista creciente de temas políticos que preocupan a los inversores y que les animan a canalizar su capital hacia líderes de mercado, con perspectivas de crecimiento de beneficios aparentemente imbatibles.
Un entorno en el que los fondos de la categoría VDOS de renta variable internacional USA crecimiento se posicionan entre los más rentables en lo que llevamos de año, sólo por detrás de las categorías sectoriales de tecnología, salud y biotecnología. De este grupo de fondos, Edgewood L Select US Select Growth es el segundo fondo más rentable de la categoría con una revalorización de 16,11%, en su clase Z en dólares.
El fondo tiene como objetivo el crecimiento del capital a largo plazo, a partir de una cartera de 22 compañías, predominantemente de gran tamaño, que se distinguen por su fortaleza financiera, nivel de beneficios, calidad del equipo directivo y habilidad para obtener crecimiento de beneficios a largo plazo. Selecciona empresas que cotizan con un descuento sustancial respecto a su valor razonable, apoyándose en la creencia de que, con el tiempo, sus precios acabarán subiendo para reflejar su verdadero valor. Su referencia es el índice S&P 500, que utiliza sólo a efectos comparativos, pero no está limitado por él.
Edgewood utiliza un proceso de inversión multifactor diseñado para identificar oportunidades que no han sido correctamente reflejadas en la valoración de los mercados. Combina análisis propietario y una selección de fuentes externas para identificar compañías que muestran una historia consistente de potencial de beneficios, con un crecimiento de beneficios superior al del S&P 500, una posición de mercado dominante o de probada fortaleza, valoraciones financieras fundamentales atractivas, equipo directivo superior, con participación en el accionariado de la compañía, y que estén encuadradas en un sector con una tasa de crecimiento superior al del Producto Interior Bruto (PIB).
De acuerdo con los resultados de ese completo análisis, la gestora toma posiciones significativas en valores que representan sus mejores ideas y las mantienen a largo plazo. Sus mayores posiciones representan frecuentemente los mayores descuentos al valor actual, con el mayor potencial de subida. Son extremadamente sensibles a las valoraciones, manteniendo los activos en cartera durante periodos de tres a cinco años.
El gestor principal del fondo es Alan W. Breed, pesidente de Edgewwod. Se incorporó a la compañía en 1994 como asociado y miembro del Comité de Inversiones, procedente de First Boston Corporation, donde fue vicepresidente del Departamento Institucional de Renta Variable y miembro del Comité de Selección de Valores. Alan completó su programa de formación en Brown Brothers Harriman &Co, donde formó parte de su Departamento de Renta Variable. Obtuvo un MBA cum laude por la Escuela de Negocios Kellog de la Universidad Northwestern y se graduó en Económicas por la Universidad Emory. Alan forma parte también del Consejo del Hospital Greenwich, donde preside el Comité de Inversiones, y del Comité de Inversiones del Consejo de la Universidad de Richmond.
Fases
El proceso inversor consta de cinco fases principales. La primera fase es la generación de ideas y se apoya en la regla de cuestionarse a sí mismos si ‘adquirirían toda la compañía si pudieran’. A través de un minucioso proceso de análisis, el equipo inversor busca compañías que, de acuerdo con su metodología de inversión, estén bien posicionadas para generar crecimiento a largo plazo a partir de la demanda de sus productos y servicios, que cotice a un descuento sustancial respecto a su valor de mercado y que se encuentre en la fase inicial de su ciclo de beneficio potencial. A continuación, en la segunda fase se encuentra el due dilligence. El equipo evalúa las compañías que, cumpliendo con las características requeridas, tengan un posicionamiento óptimo. Normalmente hay entre 50 y 75 compañías growth que se adaptan a los criterios de negocio requeridos: bajo nivel de endeudamiento, crecimiento por unidad de volumen de negocio, fortaleza de flujos de caja y crecimiento de beneficios.
La tercera fase es la toma de decisiones, que se hace de manera consensuada entre gestores y analistas, que hacen sus recomendaciones al Comité de Inversión, de forma que las decisiones sean siempre unánimes. El equipo de Edgewood evalúa cada posición a diario, lo que supone un reto permanente a la continuidad de los valores existentes en cartera. La construcción de la cartera se define estrictamente como de 22 compañías, con el requerimiento de que ha de venderse una posición al adquirir una nueva. La estrategia de Edgewood L Select US Select Growth sigue por tanto un proceso de inversión bottom-up donde la exposición de cada una de las empresas se limita a un máximo del 8% y a un 25% ciento por cada sector. El equipo se focaliza en dos áreas principales para la cuarta fase llamada gestión de la cartera: la selección de valores y la asignación de capital.
Puesto que la filosofía de Edgewood es actuar como un inversor consciente a largo plazo, la cartera tiene típicamente una rotación moderada y mantiene los activos durante largos periodos. El equipo mantiene una estricta disciplina (quinta fase) en la que la cobertura primaria de una compañía se asigna rotativamente a diferentes miembros del Comité de Inversiones cuando, o bien un valor baja respecto a sus competidores del mismo sector o informa de beneficios decepcionantes durante dos trimestres seguidos o se produce un cambio importante en los fundamentales del sector o de la compañía.
El resultado de todo este proceso es una cartera de convicción cuyas mayores posiciones corresponden a acciones de Visa Incorporated (7,37%), Amazon.com, Incorporated (6,4%), Alphabet Incorporated (6,22%), Illumina Incorporated (5,63%) y Cognizant Technology Solutions Corp. (5,48%). Por sectores, financiero (20,23%), tecnologías de la información (13,60%), Internet (12,7%), consumo discrecional (12,22%) y tecnología médica (5,48%) representan las mayores ponderaciones en la cartera del fondo.
Por rentabilidad, el fondo se posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2014, 2015 y 2018, batiendo al índice de su categoría durante 2016 y 2017. A tres años, su dato de volatilidad es del 11,97% y de 14,08% en el último año, en línea con el aumento de volatilidad del mercado. En este último periodo, su Sharpe es de 1,15 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 3,52%.
La suscripción de la clase institucional requiere una aportación mínima de 100.000 dólares (aproximadamente 87.600 euros) y de 3.000 dólares (aproximadamente 2.628 euros) en el caso de la clase retail, aplicando una comisión fija del 1% y de depósito de hasta el 0,15%. Tal como expresa el propio Alan Breed, su enfoque asegura la profundidad tanto de su estilo de inversión como de sus relaciones. Utilizan un proceso de inversión concienzudo y repetible antes de tomar la decisión de invertir, aportando cuidado personal y dedicación para adaptarse a las necesidades de sus clientes.
Las compañías growth han disfrutado de un largo periodo de bonanza hasta el reciente brote de debilidad en octubre. Las valoraciones han subido y han comenzado a aparecer algunas de las señales de precaución clásicas, tales como el aumento de Ofertas Públicas de Venta (OPVs) sin beneficios corrientes, el dominio del momentum de precios como factor en el mercado y, por supuesto, algunas valoraciones muy atractivas.
Aunque están surgiendo comparaciones algo extremas de la actual situación con la burbuja de valores growth de 1999, hay que tener en cuenta que los negocios de estas compañías son hoy mucho más fuertes y están menos sobrevalorados. Pero es también cierto que la evolución de las compañías de crecimiento puede estar terminando su ciclo, por lo que es recomendable cierta cautela en cuanto a los valores growth más populares.
Por su excelente evolución por rentabilidad, especialmente en el último periodo de tres años, el fondo obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS y quefondos.com