Las negociaciones sobre la deuda griega, que parecían prolongarse tanto como el tortuoso periplo de Ulises desde Troya hasta su tierra natal, siguieron haciendo mella en los mercados mundiales de renta variable y el desenlace mantendrá alta la volatilidad en las próximas semanas. Los débiles datos económicos también sembraron el nerviosismo entre los inversores en el mes de mayo. Las perturbaciones experimentadas por los mercados chinos en los últimos compases del mes supusieron una razón más para extremar la prudencia. Por el contrario, la renta variable japonesa registró otro mes excelente, gracias a que la depreciación del yen avivó la confianza en los exportadores nipones, al tiempo que moderó las rentabilidades en libras esterlinas y dólares. La esperanza de una mayor actividad de recompras de acciones por parte de las compañías japonesas y unos beneficios empresariales mejores de lo previsto también resultaron favorables, al igual que el dato del crecimiento del PIB del país en el primer trimestre, que resultó ser superior al 0,6% previsto (posteriormente revisado hasta el 1%), lo que aupó al índice Nikkei hasta su nivel máximo de 15 años.
No hubo movimientos significativos en los mercados de renta fija durante el mes. El rendimiento de los bunds alemanes a 10 años se disparó a principios de mayo para luego situarse en el 0,49% a finales de mes, lo que supone un repunte de 12 puntos básicos en términos intermensuales. En un principio, el temor a que se produjera una burbuja en la deuda pública, junto con el encarecimiento del petróleo, ejercieron presión sobre los precios de los bonos. No obstante, la incertidumbre sobre el caso griego y la declaración del BCE de que emprendería «de inmediato» su programa de compra de activos impulsaron al alza los rendimientos.
Mientras tanto, los rendimientos de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años cerraron el mes sin apenas variación en el 2,12%. Los rendimientos de los bonos británicos a 10 años acusaron un descenso, debido a que el país registró su primer dato de inflación negativo en más de 50 años. El dólar estadounidense reanudó su trayectoria ascendente frente a las principales divisas, y se revalorizó un 0,7% con respecto a la libra esterlina, un 2,2% con respecto al euro y un 3,7% con respecto al yen.
Como ya comentamos en nuestro reciente boletín sobre asignación de activos, hemos reducido el tamaño de nuestras posiciones sobreponderadas en renta variable en el seno de nuestras carteras de asignación de activos. En concreto, hemos recortado medio punto porcentual de nuestras inversiones en renta variable europea (excluido el Reino Unido) y otro medio punto porcentual de nuestras posiciones en renta variable británica, si bien seguimos sobreponderados en ambas regiones. El producto resultante se ha asignado al componente de efectivo. Las demás posiciones permanecen invariables, y se mantiene la sobreponderación global en renta variable. Este movimiento refleja nuestra opinión de que las perspectivas de crecimiento de los beneficios a escala mundial se revelan menos positivas que antes.
Más concretamente, creemos que, tras la extraordinaria rentabilidad cosechada este año por la renta variable europea, las valoraciones y los beneficios en Europa en su conjunto resultan ahora menos interesantes. También hemos asistido a un vuelco radical de algunas tendencias, entre las que se incluyen los ínfimos precios del petróleo y el posicionamiento de los inversores profesionales, lo que nos alentó en un primer momento a adoptar posiciones sobreponderadas en el Viejo Continente. El tipo de cambio tampoco constituye un factor muy favorable.
Mientras tanto, el Reino Unido ha mostrado un comportamiento inferior al de Europa en 2015, si bien, a diferencia de esta última, las expectativas de beneficios para el Reino Unido se han ido deteriorando a lo largo del año pasado. En los últimos 12 meses, hemos sido testigos de un aumento de las valoraciones en el Reino Unido, aunque este movimiento no puede continuar indefinidamente si no viene acompañado de un crecimiento de los beneficios. Asimismo, los obstáculos para el Reino Unido derivados de la desaceleración económica china, que también han repercutido negativamente en las perspectivas de beneficios para las empresas mineras y de commodities, muestran algunos indicios de relajación.
Mark Burgess se unió a Threadneedle en noviembre de 2010 y es su director de inversiones desde enero de 2011.