La vieja Europa ha sido víctima de la prima política, pero ha podido resistir a la ola populista y ahora el favor de los inversores ha regresado. Aunque las elecciones en Italia y Austria podrían nublar el horizonte de forma ocasional antes de finales de 2017, la perspectiva es ahora especialmente clara. Las próximas elecciones de Alemania no plantean amenazas en esta etapa y el eje franco-alemán parece decidido a volver a su papel de motor de Europa.
El abandono del riesgo político se ha producido en un momento en el que la recuperación está ganando fuerza: la encuesta IFO de Alemania alcanzó un máximo histórico en junio. Los márgenes de las compañías han comenzado a recuperarse después de sufrir por mucho tiempo y todavía tienen potencial para mejorar. El impulso del crecimiento de los beneficios también ha comenzado a acelerarse por primera vez desde 2010.
Al mismo tiempo, las acciones europeas están cotizando a precios relativamente atractivos en comparación con las acciones de Estados Unidos u otras clases de activos, en particular los bonos o determinados activos inmobiliarios. Por su parte, las compañías de mediana capitalización están especialmente orientadas al crecimiento y por lo tanto podrían beneficiarse de la recuperación europea. A menudo, son empresas con una fuerte innovación y creación de valor. Y ahora que las elecciones presidenciales y parlamentarias de Francia han quedado atrás, las acciones francesas, hasta ahora retrasadas por las dudas sobre las mejoras en curso, son libres para obtener buenos rendimientos. Los bancos, la construcción y el sector retail vuelven a ocupar el primer plano.
Por otra parte, las empresas se enfrentan a enormes desafíos que les obligan a aceptar cambios fundamentales revisando el alcance de su negocio, su masa crítica y su capacidad para fijar los precios. Esto dio lugar a un fuerte aumento en las operaciones de fusiones y adquisiciones en el primer semestre de 2017. El volumen total de operaciones superó los 200.000 millones de euros, el nivel más elevado en 10 años. La tendencia abarca todos los sectores y todos los tamaños de capitalización.
Francia es uno de los mercados más activos actualmente debido a que la reducción del riesgo político ha levantado la nube que sobrevolaba sobre el ciclo europeo de fusiones y adquisiciones. Los bajos tipos de interés también son un estímulo, mientras que la subida de los mercados de renta variable y la reducción de la volatilidad han ayudado a estabilizar las valoraciones hasta cierto punto.
También creemos que los beneficios de las compañías japonesas tienen un potencial de rebote significativo, incluso más que en Europa. Los márgenes podrían recuperarse y ayudar a impulsar el momento de los beneficios. Al mismo tiempo, las valoraciones de las acciones japonesas siguen siendo bastante atractivas. También hay signos de que la recuperación es más profunda, mientras que la tendencia hacia una reflación gradual parece haber tomado fuerza. El gobierno está estudiando medidas presupuestarias que podrían dar lugar a una recuperación más estructural y el mercado de trabajo se ha vuelto tan estrecho que las presiones salariales deberían resurgir finalmente.
En otras regiones, hemos recogido beneficios tácticos en la renta variable de los países emergentes después de que los rendimientos en el año hayan sido muy sólidos. También estamos infraponderados en renta variable estadounidense. Hasta ahora, la administración Trump no ha logrado introducir grandes reformas fiscales, por lo que parece muy improbable que los márgenes de las compañías mejoren en los próximos meses.
Tribuna de Philippe Uzan, director de Inversiones en Edmond de Rothschild AM (France).