La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca fue un cambio de juego para los mercados de renta fija, superando todas las expectativas de lo que sucedería. Las políticas de su administración anticipan un impacto importante, de largo alcance en los mercados de deuda.
Lo que está sucediendo en la renta fija se parece al cuarto ‘taper tantrum’ en el mercado de bonos de los últimos años. El primero fue en 2010, el segundo, el más famoso, ocurrió en 2013, y el ultimo pudimos verlo en 2015, cuando el BCE puso en marcha su programa de expansión cuantitativa. Cuando se implementen las políticas para reactivar el crecimiento que han sido propuestas por Trump, el resultado debería ser una inflación más alta. ¿Pero podrá la administración Trump avanzar con estos planes?
Aunque el Partido Republicano tiene el control de la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes, el propio partido está dividido y podría no ser capaz de conciliar sus diferencias para impulsar las ambiciosas iniciativas fiscales de Trump. El presidente de Estados Unidos definitivamente necesitará usar todas sus habilidades para cerrar negocios de las que ha hecho gala siempre para conseguir que sus planes a favor del crecimiento reúnan el apoyo suficiente dentro de su propio partido.
El segundo foco de las prioridades de la campaña de Trump pasan por la des-globalización y poner límites a la inmigración. Por ejemplo, ha propuesto aranceles a las importaciones de China y México y la represión de la inmigración ilegal hacia Estados Unidos. La implementación de estas ideas daría lugar a precios más altos para los consumidores estadounidenses como resultado de una reducción en el comercio global, así como de mayores costes por trabajador para las empresas estadounidenses. Se espera que esto frene el crecimiento económico y, al mismo tiempo, aumente la inflación.
Espíritus animales
El mejor de los casos sería que las políticas de reducción de impuestos de Trump provoquen «espíritus animales» y alienten un aumento en las inversiones corporativas. Esto a su vez inspiraría confianza en la economía, lo cual es positivo para los activos de riesgo en general. Otras políticas ayudarían a invertir dinero en la construcción de más fábricas en Estados Unidos, ya que disminuiría la subcontratación a favor de la creación de nuevas empresas. Bajo este escenario, anticipamos un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de EE.UU. de entre 3% y 4%.
Sin embargo, existe un gran riesgo de que estas políticas pierdan fuerza cuando pasen por el Congreso. Si es así, no esperamos tanto crecimiento, pero las expectativas de inflación ya habrán aumentado. Si este fuera el caso, podríamos terminar con un contexto de estanflación, donde el escaso crecimiento no es suficiente para compensar la inflación. Otro posible escenario de esta situación sería que la Fed se vería obligada a actuar para combatir la inflación si supera significativamente su meta del 2%. Si la Fed endurece la política monetaria más rápidamente de lo anticipado, podría provocar un peor escenario de estanflación.
Debido al actual entorno de bajos tipos de interés, el endeudamiento de las empresas es alto. Si los tipos suben rápidamente, los costos del servicio de la deuda se dispararán y los perfiles de crédito corporativo se deteriorarán.
Respecto al ciclo de crédito, la victoria de Trump ha reducido el riesgo de recesión y podría ser positiva para la economía si arraigan las políticas favorables al crecimiento. Los fundamentos corporativos tienen una oportunidad de mejorar en estas circunstancias, y el ciclo de crédito podría prorrogarse unos cuantos años más.
Por ahora, en Aberdeen Standard Investments, tenemos una perspectiva positiva sobre el crédito estadounidense. El riesgo a la baja se ha visto mitigado por la agenda llena de medidas a favor del crecimiento de la administración Trump. Sin embargo, tendremos que revisar nuestras perspectivas para ver si el crecimiento sólido se ha mantenido o si sigue siendo lento, pero con la inflación apuntando a niveles más altos. De suceder, esto podría suponer que el ciclo de crédito se de la vuelta rápidamente y pase a ser negativo.
Debido al crecimiento extremadamente bajo y a políticas monetarias acomodaticias en otras partes del mundo desarrollado, es probable que Estados Unidos continúe atrayendo más capital. Los inversores europeos y japoneses querrán invertir allí, y Estados Unidos, que tiene vencimientos más largos, también recibirá flujos de fondos de pensiones y aseguradoras.
Por ahora, la renta fija de Estados Unidos sigue siendo atractiva, pero dependerá de Trump y su capacidad de ejecutar sus promesas de campaña.
Charles Tan es responsable de renta fija de América del Norte.
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