A raíz de los nuevos “Paradise Papers” nos proponemos escribir unas líneas en pos de otorgar mayor claridad al lector e intentar entender este asunto en forma cabal sin citar buenos ni malos, ni lindos ni feos ni tampoco víctimas ni victimarios.
Con estos hechos pretendemos que exista un debate serio sobre este asunto ya que resulta conveniente para ambas partes (contribuyentes y gobiernos) que se deje la retórica de lado y existan certezas y reglas claras para todas las partes.
A los efectos anteriores, intentaremos mostrar la otra cara de la moneda de la historia “oficial” a los efectos de mostrar los aspectos faltantes para entender este asunto en forma integral y desde todos sus ángulos.
La historia oficial es la siguiente: Los ricos esconden su dinero en paraísos fiscales y no contribuyen al pago de impuestos de los países, por esto existen personas que no pueden recibir todas las prestaciones del Estado.
Los ricos esconden su dinero
Cada persona es libre de depositar el dinero en donde les parezca conveniente y esto no es un crimen. Sumado a lo anterior, la localización del dinero en jurisdicciones offshore se puede justificar tanto por motivos tributarios como por razones de resguardo patrimonial y cuestiones sucesorias.
Asimismo, en algunos países los ricos “esconden” su dinero por un tema de su seguridad personal, ya que la información no siempre es bien manejada por las autoridades fiscales y esto genera riesgos para los individuos.
Por su parte, las personas tienen derecho a tener privacidad e intimidad. En ese sentido, el ideal es un equilibrio entre la necesidad de información requerida por las autoridades fiscales y el derecho a la intimidad de las personas.
Quizás a modo de reflexión podrían preguntarse los gobiernos de los países desarrollados porque sus habitantes con mayores ingresos prefieren depositar su dinero a través de sociedades en alguna isla del Caribe que dejarlas en sus países.
Paraísos fiscales
Los países en base al principio de soberanía son libres de decidir su sistema tributario. Absolutamente TODOS los países del mundo compiten y otorgan beneficios tributarios en pos de obtener mayores inversiones y generar externalidades positivas en la economía.
El verdadero problema radica en que estas pequeñas islas que en su mayoría son categorizados como paraísos fiscales, otorgan beneficios a los grandes capitales de las principales potencias que dirigen el mundo y esto genera inconvenientes recaudatorios a los países desarrollados que sufren de crisis fiscales luego del año 2008. De allí su demonización a través del uso de la buena semántica y marketing por parte de la OCDE y de sus listados con distintos colores.
La existencia de beneficios fiscales trae aparejado lo que se conoce como un “race to the bottom “( carrera al precipicio) porque existe una baja generalizada de tasas impositivas. Sin embargo, esta competencia también es justificada por otros actores en el sentido que permite que los países no se abusen en sus cargas tributarias.
A los efectos anteriores debe existir una discusión a nivel internacional y un consenso que hasta la fecha no ha existido.
Sin perjuicio de esto, la OCDE está intentando imponer nuevas medidas en el plano internacional (CRS , BEPS) ,de cualquier manera el tiempo será quien nos determine si esto es un nuevo paradigma tributario , un sueño imposible de alcanzar o un chivo expiatorio para justificar déficits fiscales por parte de los países desarrollados.
No contribuyen al pago de impuestos de los países
En primer lugar, entendemos conveniente que los asuntos del pago o no pago de impuestos deban discutirse desde el ámbito de la legalidad a los efectos de preservar el verdadero Estado de derecho.
En la medida de que un contribuyente no cumpla con sus deberes tributarios, existen (y cada vez más) recursos por parte del estado para su lograr su cumplimiento.
Por su parte, es menester recordar que los regímenes jurídicos de los países desarrollados permitieron realizar estrategias fiscales a las multinacionales y personas de altos patrimonio y no fueron derogados por temor a que dichas empresas y capitales se vayan a otras jurisdicciones .
Existen personas que no pueden recibir todas las prestaciones del Estado
Existe una tendencia a aumentar el gasto público ya sea por abrazarse a la idea del Estado del Bienestar o para cubrir ineficiencias gubernamentales, implicando esto un aumento de la carga tributaria. Esta tendencia es insostenible en el largo plazo lo que conlleva a que los estados también deban “sincerarse” en su rol y funciones ya que todo lo que el estado da, primero lo quita de algún lado (impuestos).
No cabe duda de que, ante una mayor recaudación de impuestos, habría mayores recursos para utilizar para los fines estatales. Sin embargo, aun si existiese esta recaudación, no estaríamos en una situación plena ya que muchos gobiernos sufren déficits , endeudamientos excesivos , ineficiencias y en otros casos corrupción.
A nuestro entender, el fin no justifica los medios y los Paradise Papers son un robo ilegal de información que no muestra hechos nuevos ni desconocidos. De cualquier manera, si a partir de estos hechos se pretende corregir situaciones, el análisis debe realizarse desde todos los ángulos y no apuntando únicamente al contribuyente.
Fabian Birnbaum es managing director de Innovation Tax & Trust