En lo que respecta a la inflación, la Reserva Federal de Estados Unidos es partidaria de la visión del “vaso medio lleno”: La tendencia este año de un aumento de inflación lento no está deteniendo su marcha hacia la normalización monetaria.
Ese parece ser el mensaje de la Fed que surgió luego de su reunión en septiembre, dado que sus proyecciones aún incluyen un alza de tasas en diciembre y tres más en el 2018. El gráfico muestra que la Fed solo modificó modestamente su expectativa “neutral” de largo plazo para la tasa de los fondos federales, en comparación con su pronóstico de junio de 2017 de 2,74 %, comparado con 2,92%.
La Fed no se inmutó por el hecho de que su indicador de inflación preferido – los gastos de consumo personal básicos (“Core PCE”, por sus siglas en inglés) – ha estado cayendo durante los últimos 12 meses y ahora se sitúa en el 1,4 %, es decir, aproximadamente medio punto por debajo del objetivo. La Reserva Federal ha afirmado que tanto las ganancias en el mercado laboral como el aumento en la inversión comercial, y un dólar más débil, están contribuyendo a mantener la economía estadounidense en una trayectoria de crecimiento ligeramente por encima de la tendencia.
Además, como dijo la presidenta de la Fed, Janet Yellen, en un discurso reciente: “Algunos factores del reciente descenso en la inflación, aunque no todos, reflejan cambios idiosincráticos en los precios de algunos artículos, como por ejemplo la gran reducción en los precios de los servicios de telecomunicaciones que presenciamos a principios de año, que es improbable que se repita”. El segundo gráfico muestra que las proyecciones de la Fed para la inflación están en línea con su objetivo del 2 % en los próximos dos años.
Evidencia de fortaleza económica
La fortaleza económica referida por la Fed se hace evidente en los sólidos niveles de manufactura en todo el mundo. Los índices de los gerentes de compras en los EE. UU. y en la eurozona están alrededor de 58 y en China está en 52 – índices superiores a 50 son considerados signos de expansión. Además, el estímulo generado por los esfuerzos de reconstrucción a raíz de los recientes huracanes, refuerza la convicción de la Fed.
La Fed también reconoció que un cambio significativo en su pronóstico de inflación podría provocar una reacción no deseada en los inversionistas. En palabras de Yellen: “Declarar que estaríamos por debajo de nuestra meta anunciada del 2 % [en la inflación] podría socavar la credibilidad del FOMC, haciendo que las expectativas de inflación se desviasen [hacia la baja] y tanto la inflación real como la actividad económica se tornasen más volátiles”.
Endurecimiento compensado
La otra cara de esa moneda, señaló, es que la Fed necesita espacio para poder aliviar la política de tasas durante la siguiente recesión, y para lograrlo, dichas tasas tienen primero que incrementarse.
La Fed también puede estar considerando que tiene posibilidad de seguir apretando en el corto plazo de la curva, ya que es probable que los aumentos en el largo plazo de dicha curva sean modestos y graduales. La Fed ha anunciado planes para reducir su balance general de $ 4,5 billones en aproximadamente $ 300 mil millones por año. El sacar dichas reservas del sistema, manteniéndose todo lo demás igual, es una fuerza de presión al alza sobre las tasas de largo plazo.
Sin embargo, las reservas que la Fed planea retirar del sistema serían más que compensadas por las políticas de los bancos centrales en China, Europa y Japón, los cuales aún están inyectando dinero en sus propios sistemas. Dada la demanda de rendimiento por parte de los inversionistas a nivel mundial, las tasas minúsculas, disponibles en la mayoría de los países desarrollados, ayudarán a dirigirlos hacia los Estados Unidos y poner un límite o generar un incremento moderado de las tasas en el largo plazo de la curva de rendimiento en los EE.UU.
Hemos dicho en el pasado que el mercado puede estar subestimando la probabilidad de que suban las tasas, y aún sostenemos esa opinión. Ciertamente, la reacción del mercado a nales de septiembre con relación al plan de revisión de impuestos, anunciado por el presidente Trump, fue un movimiento en dicha dirección.
Payson F. Swaffield, CFA, es CIO de renta fija de Eaton Vance Management.