El Acuerdo de París de 2015 parecía haber resuelto el nudo gordiano que suponía dar continuidad al Protocolo de Kioto pese a los intereses enfrentados de grandes potencias, por un lado, y de economías en desarrollo, por otro. El éxito de la 21ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que dio a luz a este acuerdo se vio cuestionado el año pasado tras la retirada de Estados Unidos. Estas dudas persisten hoy ante la COP 24, que tiene lugar durante la primera mitad del mes de diciembre en Katowice (Polonia).
La comunidad internacional acude a esta cita con la demanda de medidas significativas para avanzar en la lucha contra el que ha sido definido como uno de los retos globales de nuestro tiempo. Sin embargo, la posición de EE.UU. socava la posibilidad de llegar a compromisos reales y efectivos. Para dar solución a este reto, Naciones Unidas y la comunidad internacional llevan tiempo apelando a la implicación de actores infra nacionales, como pueden ser las administraciones públicas municipales o el sector financiero.
De hecho, este contexto configura un panorama de oportunidades para el sector privado como catalizador del cambio y de la transformación del tejido económico, de forma que ofrezca rentabilidad a la vez que dé solución a las necesidades de las sociedades del presente y el futuro.
Muchas entidades, tanto del sector privado como ONGs y corporaciones municipales, se han sumado ya a esta llamada. Por ejemplo, a 31 de diciembre de 2017, unos 6.200 millones de euros de los activos gestionados por Oddo BHF AM, un 15% del total, han incorporado criterios de sostenibilidad medioambiental, social y gubernamental (ESG, por sus siglas en inglés) a su proceso de inversión. Esto se ha reflejado en los fondos de capital variable y en soluciones personalizadas para la gestión, como listas de exclusión, exclusiones sectoriales, política de votación, etc.
La integración de factores ESG en la construcción de la cartera se basa en el compromiso con la superación de los desafíos a largo plazo del desarrollo sostenible, a la vez que se proporciona una rentabilidad financiera. En el caso de Oddo BHF AM, la estrategia se basa en dos pilares: adoptar un enfoque absoluto (best-in-universe) y conseguir avances entablando un diálogo con las empresas.
Asimismo, esta estrategia busca la consecución de un doble objetivo. Primero, generar un análisis lo más competente e integral posible de los riesgos y oportunidades a largo plazo. En segundo lugar, proporciona una rentabilidad financiera sostenible en función de las preferencias de inversión (best-in-universe, best effort, exclusiones, etc.), pero también de las clases de activos y pericias desarrolladas (renta variable; deuda corporativa; pequeña, mediana y gran capitalización).
El análisis ESG de empresas se basa en diez temáticas (tres medioambientales, cuatro sociales y tres de gobierno corporativo) incluidas en el Pacto Mundial de Naciones Unidas. Los activos intangibles (recursos humanos, innovación y relaciones con las partes interesadas) ocupan un papel destacado en el modelo de análisis, que combina tanto criterios cuantitativos como cualitativos con el fin de evitar sesgos de tamaño o país.
Cabe añadir que el peso de cada uno de los bloques -medioambiental, social y de gobierno corporativo- viene determinado a nivel sectorial por una matriz de materialidad en función de las oportunidades y los riesgos a largo plazo. De esta forma, la naturaleza de la actividad de las empresas analizadas puede tener un mayor impacto a nivel social si nos referimos al sector servicios, mientras que el impacto puede ser mayor a nivel medioambiental en el sector energético.
Más concretamente, el posicionamiento en el bloque medioambiental se determina en relación con los riesgos y oportunidades medioambientales resultantes de la matriz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas con un horizonte a 2030. Dentro de esta matriz, se identifican cinco medioambientales: energías limpias, eficacia energética, biodiversidad, economía circular y movilidad sostenible, a partir de las cuales se asignan puntuaciones sectoriales que van del riesgo elevado a las oportunidades fuertes.
Con respecto al pilar del diálogo, Oddo BHF AM se unió a la iniciativa de participación colaborativa «Climate Action 100+» en marzo de 2018, que tiene como objetivo entablar el diálogo con las 100 empresas que son las mayores emisoras de gases de efecto invernadero del mundo. Como muestra de la efectividad del enfoque, uno de los dos grupos con los que Oddo BHF AM mantiene diálogo, A.P. Moller-Maersk, acaba de anunciar un objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
La integración de los criterios ESG en la construcción de carteras de inversión favorece el desarrollo de un tejido empresarial global y sostenible, cuya aportación es imprescindible para conseguir los objetivos del Acuerdo de París de 2015. De esta forma, las estrategias de inversión sirven como red de trapecista para los esfuerzos de la COP 24 y los esfuerzos internacionales en la lucha contra el calentamiento global.
Tribuna de Nicolas Jacob, jefe de análisis ESG en Oddo BHF Asset Management SAS