Los riesgos comerciales EE.UU.-China estallaron de nuevo en el último mes. La paradoja es que ambas partes habían mostrado su deseo de alcanzar un acuerdo tras el debilitamiento de las perspectivas económicas y la venta masiva de finales de 2018. Sin embargo, la mejora del momentum de crecimiento y la fortaleza del mercado bursátil en Estados Unidos y China han hecho que ambos países vuelvan a adoptar una postura más dura en torno al comercio.
¿Volvemos al punto de partida?
Las perspectivas de un acuerdo de comercio bilateral significativo se han deteriorado en los últimos días, causando una venta masiva de activos de riesgo y provocando que los mercados emergentes se desempeñen por debajo de sus pares desarrollados.
El hecho de que EE.UU. subiera los aranceles del 10% al 25% sobre 200.000 millones de dólares de bienes chinos y que el país asiático respondiera con aranceles más altos ha hecho que las negociaciones para solucionar el conflicto se retrasen hasta la segunda mitad del año.
Lo que hace un tuit
En las semanas previas a que el presidente Trump anunciara los nuevos aranceles, la economía global justo estaba comenzando a mostrar ciertas señales de recuperación del crecimiento. Había datos alentadores para China –mejor crecimiento crediticio, inversiones inmobiliarias e importaciones- y avances en otros países de Asia y Europa, en comparación a los datos tan débiles de finales de 2018 y principios de año.
La reducción de la incertidumbre en forma de acuerdo comercial antes del verano habría ayudado a los exportadores chinos, las empresas manufactureras y los productores europeos de bienes de capital y habría estabilizado el crecimiento del comercio global, generando margen para una recuperación económica tanto en Asia como en Europa.
Ahora, la volatilidad de las conversaciones posiblemente haga que la mayoría de los datos relacionados con el comercio y la producción en China y sus proveedores asiáticos se mantenga débil durante los próximos meses. Esto complicará la recuperación del momentum de crecimiento de los mercados emergentes.
Estas consideraciones han sido fundamentales a la hora de tomar decisiones para reducir el riesgo en nuestra asignación táctica de activos. En concreto, bajando de sobreponderada a neutral la exposición a los bonos locales y la renta variable de los mercados emergentes.
EE.UU. sigue buscando un acuerdo…
Aun así, detrás de la retórica de ambos gobiernos, seguimos percibiendo cierto deseo de alcanzar un acuerdo por parte de Estados Unidos. Esta actitud se refleja en comentarios recientes del presidente Trump, que insiste en que es posible llegar a un entendimiento en las próximas semanas.
Dada la fortaleza relativa de la economía estadounidense, uno podría pensar que tiene tiempo de negociar para alcanzar un mejor acuerdo. Pero una corrección del mercado menos de 18 meses antes de las elecciones presidenciales de 2020 incrementaría la posibilidad de una crisis económica justo antes de que los votantes emitan su voto.
… y China se mantiene pragmática
Por otro lado, China mantiene una visión más pragmática y ha tomado pequeñas represalias, que claramente no buscaban provocar una escalada del conflicto. Los chinos también necesitan un acuerdo para detener la caída de la producción, que está complicando sus esfuerzos a largo plazo para llevar el ritmo de crecimiento de la demanda nacional a un nivel más sostenible.
No quieren implementar estímulos más agresivos porque perjudicaría el progreso de su campaña de desapalancamiento. Todo esto refleja que ambas partes tienen buenos motivos para continuar trabajando en busca de un acuerdo.
La incertidumbre comercial
Nuestro escenario base contempla un periodo más largo de incertidumbre comercial que posiblemente afecte a la confianza empresarial y a las inversiones y, por ende, al crecimiento global. Las negociaciones continuarán y deberíamos estar preparados para un proceso más largo y, quizás, más volátil, lo que explica la venta masiva de activos de riesgo. En este contexto, la recuperación del crecimiento global que esperamos podría materializarse algo más tarde.
Un escenario macro benigno
La parte positiva es que, si disminuye la probabilidad de alcanzar un acuerdo, posiblemente China aumente la política de estímulos y no se debería subestimar el impacto de esto. Ya se ha comenzado a ver en los datos del país y debería potenciar tanto el consumo como las inversiones en renta fija durante los próximos trimestres.
En un escenario de incertidumbre comercial, es poco probable que las autoridades chinas reduzcan estas medidas. Tampoco se espera que la Fed y el BCE abandonen su postura conciliadora, lo que deja la puerta abierta a la flexibilización de políticas fiscales y monetarias en numerosas regiones, lo que debería evitar una recesión global.
Tribuna de Ewout van Schaick, jefe de multiactivos de NN Investment Partners