«No controles mi forma de vestir porque es total». Salvando las distancias, esa conocida letra del pop español podría ser la respuesta de algunas gestoras actuales, que empiezan a prescindir de comparaciones con índices de referencia en su gestión activa de fondos de inversión. Un ejemplo cercano lo encontramos en el nuevo fondo que lanza Renta 4: el Renta 4 Gesinver Global, que se presenta con los calificativos de global, flexible y activo y prescinde de esa comparativa en su ficha.
Para una inversión global y multiactivos, donde la flexibilidad es absoluta y se puede estar entre un 0 y un 100% en liquidez, el índice de referencia se puede convertir en un corsé psicológico incómodo porque el «tallaje» de la distribución de las inversiones va variando en la gestión diaria. Habrá momentos en que sí seamos comparables a ese índice y otros en los que de ninguna manera. ¿Por qué constreñirnos entonces a tal o cual referencia? ¿No será una distorsión excesiva en el mensaje que se traslada al cliente, teniendo en cuenta la volatilidad de los índices que hemos visto esta semanas? ¿No será preferible que el cliente compare los resultados de nuestra gestión con lo que le venga en gana en cada momento o con sus propios objetivos de rentabilidad a medio y largo plazo?
Sin duda, son preguntas que conviene hacerse porque la lógica de que sea tal o cual referencia es altamente discutible. Si comparamos, por ejemplo, dos fondos equivalentes como el Santander Select Decidido y el BBVA Multiactivo Decidido, encontramos que el primero toma como referencia la rentabilidades del índice MSCI AC World (50%), el BofA ML Euro Government Index (EG00) (20%), el BofA ML Euro Corporate Index (ER00) (15%) y el Euribor Semana (15%) y el segundo selecciona en un 85% al MSCI World en moneda local (NDDLWI) + 15% Emu Direct Gov. 1-3 años Total Return (EG01), que no tendrían por qué parecerse.
Habría otra fórmula simplificada, que se acercaría más a los objetivos personales que pueda tener el cliente y es la referencia que usa, por ejemplo, el Franklin Diversified Conservative Fund A(acc) EUR –también en el mismo segmento multiactivos de los del Santander y BBVA antes mencionados–, que sería Euribor 3-meses + 2%. En el caso de que se busque más riesgo, existiría la posibilidad de pasar a la clase Dynamic que añadiría un 5% al Euribor a tres meses en la comparativa.
En cualquier caso, se aprecia que la tendencia puede ser la de prescindir de índices y así distanciar la gestión activa pura de la indexada a través de ETFs. Una solución interesante en el uso de los índices podría ser la que sigue, por ejemplo, el Global Multi-Asset Conservative de Pioneer Funds que prescinde de benchmarks pero establece una comisión de éxito que sería un porcentaje sobre el exceso de rentabilidad del fondo frente al umbral de rentabilidad de un 80% BarCap Global Aggregate Bond Index + 20% MSCI World, hasta un máximo del 15%. Interesante forma de hacer uso de los índices: la comparación tiene una trascendencia económica para el gestor.
En el plano teórico –y quizá también en el práctico–, podríamos decir que «a quién le importa» lo que haga el S&P 500 o qué sentido tiene la regla de oro del 60/40 de la Teoría Moderna de Gestión de Carteras. El índice de referencia perfecto es el que recoge los objetivos de rentabilidad personalísimos de cada cliente y, en segundo lugar, el que refleja el asset mix elegido en la distribución de activos.
Columna de opinión de Fernando González Ortega, responsable de Desarrollo de Negocio de PBI Gestión AV.