En un reciente viaje a Tokio me encontré con un amigo en el edificio en el que trabaja mientras yo acudía a una reunión. «¡Al final conseguí plaza para mi hijo en una guardería cerca de casa!«, exclamó sonriendo y mostrando un gran alivio. Durante nuestro breve encuentro, esta fue la noticia más importante.
Y es que no hay suficientes guarderías en el país. Suena contradictorio porque el número de recién nacidos ha estado cayendo desde hace años. Entonces, ¿cómo puede ser que un país con un índice de natalidad a la baja sufra esa falta de servicios de asistencia?
La primera razón de esto es que cada vez más mujeres optan por carreras a tiempo completo, y la demanda de cuidado infantil ha ido en aumento. Si echamos un vistazo a los niveles de empleo femenino en Japón, observamos que la tasa de participación laboral de las mujeres, entre los 20 y los 30 años, fue la que más aumentó entre todos los grupos de edad. Al mismo tiempo, los bebés inscritos en la guardería superaron esa dato. Y de acuerdo con cifras del gobierno japonés, las guarderías de las zonas urbanas suelen tener largas listas de espera.
Para acabar de agravar el problema, parece que muchas autoridades locales son reacias a destinar fondos púbicos a la creación de nuevas guarderías argumentando que el aumento de las personas mayores ha sido superior al de los recién nacidos. Antes del 2000, las empresas privadas tenían prohibido construir guarderías y como resultado de esto, en la actualidad sólo el 1% del total están gestionadas de forma privada, debido a las dificultades relacionadas con la obtención de permisos.
También hay una escasez de personal cualificado para las guardería con licencia. Los requisitos para obtener el título incluyen una licenciatura en enseñanza infantil y credenciales que se conceden tras superar un examen nacional que sólo se convoca una vez al año. Sin embargo, la remuneración tampoco es atractiva. Los salarios mensuales medios son aproximadamente 2.500 dólares menos que el salario medio de Japón. Es incluso más bajo, por ejemplo, que la paga por atender una tienda a media jornada, por lo que las personas que tienen el título tienden a optar por otros trabajos.
Afortunadamente, la tercera flecha del programa del primer ministro Shinzo Abe incluye planes destinados a mejorar la situación de las familias. Abe ha puesto en marcha ambiciosas iniciativas para impulsar la presencia femenina en el mercado laboral y ha diseñado planes para crear 200.000 plazas de guarderías en todo el país de cara a los próximos tres años. El primer ministro ha animado a los municipios a promover en este ámbito la gestión privada y ha incentivado que las empresas den a sus mujeres un horario más flexible o licencias por maternidad más largas. El ejecutivo de Abe también está trabajando para aumentar la dotación de personal de cuidado diurno. Recientemente, el gobierno también anunció que iba a convocar el examen nacional dos veces al año, en lugar de sólo una, a partir de 2016, al tiempo que planea aumentar los salarios medios de los maestros en un 3%.
Hay muchos elementos de Abenomics y muchas métricas que pueden medir los efectos de las iniciativas. La cuestión de las guarderías para bebés es una de las cosas que las personas tienden a pasar por alto, ya que no está directamente relacionada con las estadísticas económicas a corto plazo. Pero si es verdad que «los niños son el futuro», ¿cómo podemos garantizar un futuro saludable sin hablar de la mejora del sistema de cuidado de niños en Japón? ¿Cómo puede Japón aumentar la fuerza de trabajo femenina sin ayudar a las mujeres a cubrir sus necesidades básicas? Seguiremos vigilando si las iniciativas de Abe abordan suficientemente estos temas clave.