Aunque las noticias políticas y macroeconómicas mundiales hicieron mella en los mercados de renta variable en 2018, los fundamentales económicos y de mercado de Japón siguen la senda correcta hacia la normalización. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) ha sido estable en general, la inflación subyacente de los productos al consumo (que excluye los alimentos frescos) permaneció en torno al 1% a finales de octubre y –sobre todo para los inversores en renta variable– la reforma del gobierno corporativo ha progresado de forma sostenida. De cara a 2019, aunque somos conscientes del aumento de las incertidumbres macroeconómicas y de mercado en el exterior, puede que la recuperación sostenida de Japón no se frustre teniendo en cuenta los diversos cambios estructurales en curso.
La ‘Abenómica’ ha dado impulso al crecimiento económico
El pasado mes de septiembre se cumplieron las expectativas y el primer ministro Shinzo Abe ganó las elecciones para seguir presidiendo el Partido Demócrata Liberal japonés. Se convierte así en el primer ministro de Japón con más años en el cargo de la historia, lo que garantiza un avance constante de sus mandatos de política económica. En el plano doméstico, el principal riesgo macroeconómico para 2019 podría ser la subida del impuesto al consumo del 8% al 10% prevista para octubre, cuyo objetivo es restablecer la credibilidad financiera de la nación. Aunque la anterior subida de impuestos del 5% al 8% en 2014 lastró el consumo de los hogares y la inversión privada en bienes de equipo, no se prevé que el incremento de 2019 frustre el crecimiento económico, ya que la administración de Abe tiene previsto poner en marcha paquetes de estímulo para amortiguar el impacto.
El Banco de Japón también sigue mostrando su compromiso con las actuales políticas de relajación monetaria, consciente de las incertidumbres en torno a los efectos del inminente incremento del impuesto al consumo, por ejemplo. Aunque algunos inversores se preocupan por la desaceleración de las compras de activos del banco central, pensamos que esta medida permite a la institución prolongar la duración de las medidas de expansión monetaria. La estabilidad política y la promesa de apoyo mediante estímulos propician un crecimiento estructural saludable de la economía y los beneficios empresariales japoneses, lo que favorece la tan necesaria recuperación de la inversión en bienes de equipo. Las empresas japonesas con abundante efectivo tienen previsto incrementar su inversión en bienes de equipo para modernizar las instalaciones deficitarias en inversiones en los últimos veinte años, así como para agilizar la automatización a fin de afrontar la escasez de mano de obra. Dicha escasez también ha propiciado un incremento de los salarios que a menudo impulsa la confianza de los consumidores. La inversión en bienes de equipo y el gasto de los hogares han sido los motores del reciente crecimiento del PIB, creando finalmente un muy esperado círculo virtuoso en Japón.
La reforma del gobierno corporativo progresa de forma lenta pero segura
El gobierno corporativo se considera el elemento con mayor éxito de la agenda de la Abenómica. En 2018, la Bolsa de Tokio y la Agencia de Servicios Financieros de Japón revisaron el Código de Gobierno Corporativo para abordar temas fundamentales como las participaciones cruzadas entre empresas no financieras (en torno al 20%) y la baja eficiencia del capital. El código revisado ha establecido principios más rigurosos relativos a la información, por parte de las empresas cotizadas, de sus políticas de participaciones cruzadas, así como a la publicación de una evaluación anual que determine si el riesgo y la rentabilidad de cada participación compensan el coste del capital. Las empresas cotizadas ahora deben elaborar y comunicar estrategias de negocio con objetivos de rentabilidad y eficiencia del capital basados en estimaciones de coste del capital razonables. La rentabilidad de los recursos propios de las empresas japonesas ha repuntado, pero todavía hay margen para alcanzar los niveles estándar globales. Se espera que estas directrices más rigurosas provoquen una reestructuración de las carteras de negocios mediante desinversiones y adquisiciones, lo que reduce aún más esa brecha.
Avances en la mejora de la productividad
Las reformas para reducir las famosas largas jornadas de trabajo en Japón, apostar por estilos de trabajo flexibles y cerrar la brecha entre los trabajadores fijos y los temporales son un elemento destacado de la política de Abe que seduce a los electores. Además de la inversión privada en bienes de equipo, el incremento de la productividad ha garantizado una recuperación sostenida del reciente crecimiento del PIB japonés. De hecho, según datos de la OCDE, Japón registró el mayor crecimiento de la productividad total de los factores del G7 desde 2012 hasta 2016. Cabe prever que la reforma del estilo de trabajo contribuya a reforzar esa tendencia al alza. Asimismo, aunque la población de trabajadores inmigrantes en el sector manufacturero sigue siendo baja en términos porcentuales (en torno al 2%), el número total de inmigrantes es el más alto de los últimos años gracias al apoyo de las políticas, concretamente, la introducción de un programa de formación en prácticas para profesiones técnicas. Para abordar ese problema concreto del empleo, el gobierno ha prometido que en abril de 2019 aceptará trabajadores extranjeros en aquellas áreas que han sufrido el mayor déficit de mano de obra, como la construcción, la agricultura y los cuidados.
El aumento de la incertidumbre política y macroeconómica a escala mundial ha supuesto una alteración de los mercados globales, y Japón no es una excepción. De hecho, el crecimiento económico irregular ha moderado su recuperación económica a medio plazo. No obstante, a largo plazo, la economía japonesa mantiene su trayectoria al alza. Estas tendencias positivas, una recuperación de la inversión en bienes de equipo y del gasto en consumo, el avance en la reforma del gobierno corporativo y la mejora de la productividad deben descontarse todavía en las valoraciones de las acciones, pero creemos que podrían generar oportunidades para reconstruir las asignaciones estratégicas en Japón.
Tribuna de Daiji Ozawa, director de inversiones y gestor de carteras en Japanese Value Equity de Invesco