A partir de la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares, el INEGI identificó preferencias y patrones de consumo y con base en ello clasificó a los hogares en tres categorías, clase alta, media y baja. A partir de ello estableció el ingreso promedio de cada una de ellas. El análisis es interesante porque en lugar de partir del ingreso de cada clase, lo hace a partir de los comportamientos de los hogares y ello le permite establecer el ingreso. El análisis lo realizó de manera bianual para el periodo de 2010 a 2020.
La participación de la clase media en la sociedad fue aumentando de 42,4% en 2010 a 46,7% en 2018 pero para 2020 había disminuido a los niveles similares a los de la década anterior. Lo mismo sucedió con la clase alta, que había alcanzado a representar hasta el 2,2% de la sociedad en 2018 y disminuyó a 1,2% en 2020. Esto provocó que la participación de la clase baja aumentara de 55,1% en 2010 a 56,6% diez años después. El crecimiento de la clase baja es consistente con los resultados publicados por el CONEVAL. El deterioro de la participación de la clase media en el país es más acentuado cuando se considera a nivel de individuos ya que pasó de 39,2% en 2010 a 37,2% en 2020.
El ingreso promedio mensual de la clase media en 2020 fue de 22,3 mil pesos, el doble de lo que registró la clase baja y alrededor de un tercio de lo que fue el ingreso de la clase alta. Tanto para la clase alta como para la media, la principal actividad laboral es el trabajo en corporaciones o empresas privadas y en segundo lugar para la clase alta es trabajar en el gobierno en tanto que para la clase media es dedicarse a negocios propios. Por su parte, para la clase baja su principal actividad es la de negocios propios, seguida por el trabajo en empresas privadas y su participación trabajando en el gobierno es menor que la de los otros dos grupos sociales. El nivel socioeconómico también se encuentra muy relacionado con el de educación, mientras que la clase baja tiene 8,2 años de estudios la clase alta tiene casi el doble, el porcentaje de adultos con educación superior de la clase alta supera el 90% en tanto que en la clase baja es de 18,6%.
A nivel regional los estados con mayores porcentajes de población de clase baja se encuentran Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala. Mientras entre los estados que tienen mayor nivel de clase media se encuentran Sonora, Baja California, Jalisco, Colima y Ciudad de México. Si bien la mayor participación de la clase media en la sociedad se encuentra muy relacionada con la participación en el PIB de las entidades federativas, hay algunos casos que llaman la atención. A pesar de que el Estado de México y Nuevo León son las siguientes dos entidades federativas que más aportan al PIB, después de la Ciudad de México, la participación de la clase media en ambas es menor a la de Colima, que es uno de los últimos estados que aporta al PIB. Asimismo, la participación de la clase baja en Tabasco es ligeramente inferior a la de Tlaxcala, a pesar de que su participación en el PIB es seis veces superior. Esto lo que nos refleja que no necesariamente mayor producción (mayor participación en el PIB) implica una mejor distribución de los ingresos entre la población.
Es muy probable que la participación de la clase media en 2022 vuelva a disminuir y la de la clase baja aumentar debido a que, a pesar de que el PIB en 2022 crezca a 3%, como la autoridad considera que lo hará, su nivel continuará por debajo del registrado en 2018.
Columna de Francisco Padilla Catalán