Los últimos días sois muchos los que me preguntáis por el bitcoin. Atraídos por la espectacular subida del 700% en su precio que ha experimentado solo en el último año, ¿estáis valorando si es una buena inversión? El bitcoin es una moneda virtual que quiere conectar a los usuarios directamente sin controles de los bancos centrales. Para adquirir bitcoins, se debe registrar en alguna de las webs que los comercializan y las transferencias para su adquisición se hacen a países como Lituania, Bulgaria o Malta, con una legislación débil en protección y seguridad económica y contra cuentas opacas.
En DiverInvest somos reacios a ver el bitcoin o cualquiera de las otras casi 1.000 criptomonedas que han aparecido estos últimos años, como un avance real y un activo con el que negociar.
Los riesgos de regulación o intervención por los bancos centrales y las posibles consecuencias nefastas que pudiese acarrear sobre los «brokers» de bitcoin y los “mineros” (validadores de las transacciones criptográficas a través de miles de servidores conectados por Internet), podrían llevar a su desaparición casi inmediata. Jamie Damon, CEO de JP Morgan, ha declarado hace escasos días que “el bitcoin es una moneda inventada, basada en nada. Es solo para uso de narcotraficantes o gente que viva en Corea del Norte o Venezuela. Es una burbuja que estallará. Si alguien en JP Morgan invierte en bitcoins será despedido por dos razones: 1) va contra nuestras normas y 2) es alguien demasiado estúpido para trabajar en nuestro banco”.
Nuestra recomendación es clara, por el momento, ni acercarse al bitcoin.
Otra cosa muy diferente es la tecnología disruptiva que se esconde detrás del bitcoin, que es realmente el gran valor subyacente que aporta: el Blockchain o cadena de bloques. Esta tecnología es la que permite la confirmación de identidades y datos, la transmisión y el almacenamiento de éstos, de forma segura, inmutable y permanente en el tiempo. Aquí sí creemos que puede ser una revolución, del modo en el que entendemos las relaciones, especialmente en el sector financiero.
Blockchain permitirá agilizar, asegurar y simplificar las transacciones financieras entre empresas y entre personas de una forma no conocida hasta ahora. Por ejemplo, realizar transferencias seguras entre dos empresas, una en España y otra en China, confirmadas por los bancos de ambas, y abonadas en cuenta, en segundos y no en dos o tres días como ahora. O abrir una carta de crédito en segundos.
Invertir ahora en Blockchain sería como hacerlo en Internet a mediados de los 90. Seguramente también veremos en el futuro cripto-dólares, cripto-euros, cripto-yenes,… pero emitidos y regulados por los bancos centrales, como instrumento transaccional, no sujetos a una especulación descontrolada. Nos encontramos ante una oportunidad, pero de alto riesgo. Encontrar el Apple y Google del futuro, tampoco será tarea fácil.
Carta de David Levy, de la EAFI DiverInvest