La deuda de mercados emergentes se suele considerar como una clase de activo adecuada para los buenos tiempos, cuando el crecimiento mundial es sólido. Sin embargo, a nosotros nos gusta este activo por su buen comportamiento durante periodos de estrés, como el caracterizado por la crisis financiera mundial de 2008.
Ese año, la deuda de los mercados emergentes en divisas fuertes se recobró de sus pérdidas solo en nueve meses, lo que contrasta con los 19 meses que tardó en recuperarse el S&P. A pesar de registrar una rentabilidad anual del 10%, como el S&P en los últimos 25 años, la deuda de los mercados emergentes en divisas fuertes solo sufrió la mitad de volatilidad que el S&P. Al contrario de lo que se cree comúnmente en el mercado, esta sólida rentabilidad y baja volatilidad coincidieron con periodos tanto de recortes como de subidas de tipos de la Fed, así como con la depreciación de las divisas en algunos países de los mercados emergentes.
¿Por qué se comporta tan bien la deuda de mercados emergentes?
En primer lugar, abarca un universo diversificado compuesto por 83 países, con calificación desde AAA a CCC y vencimientos de hasta 100 años que cubren el 85% de la población mundial.
Este universo de 3 billones de dólares ofrece diversificación y suficientes oportunidades en cualquier momento del ciclo económico. Cada uno de los países que conforman la región conlleva un conjunto único de oportunidades y riesgos; de ahí que sea más fácil plasmar en una cartera la opinión macroeconómica global que se tenga en cada momento.
En segundo lugar, esta clase de activo puede ofrecer rentabilidades más altas que sus homólogas comparables de mercados desarrollados. En un mundo de 15 billones de dólares en bonos con rentabilidades negativas, la deuda de los mercados emergentes ofrece una rentabilidad atractiva y, por tanto, posee una base de inversores habituales y fieles.
Ante un segundo semestre del año posiblemente volátil para la coyuntura mundial, creemos que la deuda de los mercados emergentes es una clase de activo interesante con potencial para proporcionar una buena rentabilidad/riesgo.
Columna de Alejandro Arévalo, gestor de las estrategias Jupiter Global Emerging Market Corporate Bond y Jupiter Global Emerging Market Short Duration Bond de Jupiter Asset Management.