El proceso de urbanización es un factor fundamental. Alrededor del 64% de todos los desplazamientos se producen en las ciudades (1) y, pese a que sólo ocupan el 3% de la superficie mundial, las urbes generan más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (2).
Buena parte de esas emisiones se debe a la ineficiencia, puesto que entre el 30% y el 40% del tráfico en las ciudades en busca de aparcamiento es responsable del 40% del consumo de combustible (3 y 4). Además de lidiar con el creciente aumento de la población, se calcula que en 2050 el 70% de las personas podrían vivir en ciudades, frente al 55% de 2018. Se requieren medios de transporte más eficientes y que generen menos emisiones.
El envejecimiento de la población y los consiguientes accidentes suponen un mayor desafío, especialmente en las ciudades, cuya población se compone cada vez más por personas mayores de 65 años. Los conductores de más de 75 años tienen casi dos veces y media más probabilidades de sufrir un accidente de tráfico mortal (5). En el otro extremo de la brecha de edad, el porcentaje de adolescentes con carné de conducir también está disminuyendo de forma vertiginosa (6). En ambos grupos demográficos, las nuevas soluciones de transporte son fundamentales.
En general, el acceso a un transporte de calidad y asequible constituye un factor determinante para reducir la pobreza y las desigualdades. Con más de un millón de muertes al año en las carreteras de todo el mundo según la OMS, una alta cifra de lesiones y un número aún mayor de delitos de tráfico, es evidente que se requieren nuevas soluciones de para transportar a las personas de forma más segura, asequible y eficiente.
Y lo que es más importante, debemos pensar en la sostenibilidad del transporte en el sentido más amplio de la palabra: la sostenibilidad del planeta, la creación de ciudades sostenibles y el mantenimiento de la vida y su calidad.
La tecnología resuelve problemas
La tecnología es la ciencia de resolver los problemas y su innovación ya está teniendo un impacto positivo en la crisis del transporte. Por suerte, el punto de partida es una situación tan ineficiente que existe enorme margen de mejora. El modelo actual es el del coche en propiedad; activos caros que a menudo se financian pero que pasan el 95% del tiempo desocupados y, cuando están ocupados, solo con una media de 1,7 pasajeros (7 y 8). Además, cuando se conducen, los vehículos dependen de motores de combustión interna (ICE, por sus siglas en inglés) alimentados por combustibles fósiles, a la vez que degradan el aspecto urbano. Por ejemplo, un porcentaje importante del suelo de Los Ángeles es de asfalto u hormigón debido al automóvil: calles, aceras y aparcamientos.
Cita extraída: “La tecnología está aportando diversas soluciones sostenibles, con vehículos con cero emisiones, sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), transporte como servicio (TaaS) y conducción autónoma”.
En el gráfico 1 se comparan las emisiones “depósito a la rueda” (TTW) (el uso de combustible en un vehículo) y de dióxido de carbono (CO2) durante la conducción para los motores de combustión interna frente a varios tipos de vehículos eléctricos. Muestra las ventajas evidentes de los vehículos eléctricos.
Aceleración de la adopción del vehículo eléctrico
En 2020, asistimos a un punto de inflexión espectacular en la adopción del vehículo eléctrico, sobre todo en Europa, con un crecimiento del 137% (9), superando en volumen al mayor mercado, China, según algunas estimaciones. Los objetivos ecológicos fijados por los gobiernos, respaldados por generosas subvenciones, registraron un impulso en países como China, Francia y Alemania, que lanzaron planes de estímulo fiscal por la covid-19 para impulsar sus economías tras la crisis. Esto ha acelerado la evolución hacia la paridad de precios con los coches de combustión interna. La mayor selección de modelos de marcas conocidas, cada vez más en la gama de coste medio, y una infraestructura de recarga superior han logrado acelerar la adopción del vehículo eléctrico durante la crisis de la covid-19. A pesar de ello, la penetración sigue siendo baja, de menos del 5% en China y Europa, con EE. UU. a la zaga con menos del 3%. Según las previsiones de IHS Markit, en 2023 se producirá una fuerte inflexión al llegar al 25% de penetración mundial vehículo eléctrico, superándose el 50% en 2027 (véase el gráfico 2). La rumoreada entrada de Apple en el mercado probablemente acelerará esta tendencia, mientras que empresas como la start-up de transporte sostenible Rivian está ayudando a Amazon a desplegar una flota comercial totalmente eléctrica.
Avanzando con la tecnología autónoma y los ADAS
Conforme los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) se vuelven más sofisticados, empiezan a llegar al mercado de masas y cada vez son más obligatorios de acuerdo con las normas de seguridad. El frenado de emergencia, el cambio de carril automatizado, un control de velocidad automática más sofisticado y el aparcamiento automático son cada vez más frecuentes. Los pronósticos prevén un punto de inflexión importante en la adopción de ADAS a lo largo de la próxima década: los ADAS más sencillos de nivel 1 han alcanzado una penetración del 40% en 2020, pero los ADAS más avanzados de nivel 2 apenas lograron el 7% y los de nivel 3 (preautónomos) el 0%. Sin embargo, las previsiones indican que la adopción conjunta crecerá hasta el 87% en 2030 (gráfico 3).
Aunque ahora se reconocen mejor los desafíos prácticos de la conducción autónoma, ha habido avances con la comercialización de taxis sin conductor en Phoenix por parte de Waymo, filial de Alphabet. También hemos visto a Motional, joint venture entre Hyundai y el proveedor de tecnología automovilística Aptiv, realizando viajes autónomos para Lyft, el rival de Uber, en Las Vegas. La tecnología autónoma parece ser una tendencia a largo plazo y probablemente estará georreferenciada o reservada para usos de flotas comerciales o de reparto en un futuro inmediato. Y ello a pesar de los esfuerzos de Tesla por llevar su función de piloto automático a un nivel verdaderamente autónomo.
El impulso de la tecnología autónoma también tiene importantes repercusiones a largo plazo para el transporte por carretera. Será un factor clave para reducir el coste hasta alcanzar la paridad con el del coche en propiedad, lo que abriría un mercado objetivo de transporte como servicio (TaaS) mucho mayor, sobre todo si tenemos en cuenta que el 46% de todos los viajes en vehículos de EE. UU. tienen una distancia inferior a cinco kilómetros (10). Waymo, Motional/Lyft y Aurora/Uber trabajan para lograr ese objetivo. Mientras tanto, el servicio de alquiler de vehículos ya influye en la predisposición de los jóvenes para aprender a conducir. Pese a la omnipresencia percibida de Uber cuando se lanzó en bolsa en 2019, la compañía habló de apenas un 1% de penetración de su mercado objetivo. Desde entonces, Uber se ha comprometido a ser una plataforma con cero emisiones de carbono en EE. UU., Canadá y Europa para 2030 y ya en 2025 en Londres.
Factores de inversión
El sector tecnológico ofrece incontables oportunidades para beneficiarse de estas potentes tendencias a largo plazo en el transporte sostenible. En vez de intentar identificar cuál será la empresa dominante en el sector del vehículo eléctrico, podría ser mejor tener en cuenta a los principales proveedores de tecnologías a los que les sea indiferente quién se haga liderazgo en el sector del vehículo eléctrico, como las empresas especializadas en plataformas de electrificación y ADAS, en el transporte por carretera y en la visión por ordenador necesaria para unos ADAS más avanzados y, en definitiva, para la conducción autónoma. Aunque estos valores se han beneficiado en general de la tendencia secular hacia el transporte sostenible, la convicción de invertir en cada empresa requiere un amplio análisis y debate, un conocimiento profundo de sus franquicias y una valoración de las soluciones que pueden aportar para resolver los desafíos globales.
Columna de Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores del fondo Global Technology Leaders de Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
(1) Arthur D Little: The Future of Urban Mobility.
(2) Foro Económico Mundial, Davos 2020: Climate emergency: how our cities can inspire change.
(3 y 4) DC Shoup, Cruising for parking, 2006; Casualty Actuarial Society.
(5) Agencia de la Policía Nacional de Japón, junio de 2019.
(6) Sivak, M; datos de EE. UU.
(7 y 8) US National Household Travel Survey, 2017.
(9) EV-volumes.com, enero de 2021.
(10) US National Household Travel Survey, 2017.
Glosario de términos
Sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS): sistemas electrónicos de un vehículo que utilizan tecnologías avanzadas para ayudar al conductor. Los ADAS utilizan sensores en el vehículo, como radares y cámaras para percibir todo lo que le rodea y, a continuación, proporcionan información al conductor o toman medidas automáticas en función de lo que perciben.
Política/estímulo fiscal: política de un gobierno relacionada con la fijación de los tipos impositivos y los niveles de gastos. Es independiente de la política monetaria, que normalmente corre a cargo de un banco central. La expansión fiscal (o «estímulo») consiste en aumentar el gasto fiscal y/o reducir los impuestos. La austeridad fiscal consiste en subir impuestos y/o recortar el gasto para tratar de reducir la deuda pública.
Geofencing: función de un programa informático que utiliza el sistema de posicionamiento global (GPS) o la identificación por radiofrecuencia (RFID) para definir los límites geográficos.
Niveles de conducción automática: definidos por la Sociedad de Ingenieros de Automoción (SAE). Nivel 0: sin automatización; Nivel 1: asistencia al conductor (los sistemas automáticos empiezan a tomar el control del vehículo en situaciones específicas); Nivel 2: automatización parcial (funciones más complejas que combinan la dirección con la aceleración y el frenado, gracias al mayor conocimiento del entorno); Nivel 3: automatización condicional (el conductor se desentiende totalmente de la conducción, que se limita a situaciones específicas); Nivel 4: alta automatización (totalmente capaz de supervisar el entorno de conducción y manejar todas las funciones de conducción para rutas y condiciones rutinarias); Nivel 5: automatización total, sin necesidad de conductor al volante.
Política monetaria/estímulo monetario: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de los tipos de interés y la oferta monetaria. Estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costes de endeudamiento. La restricción monetaria se da cuando el banco central actúa para frenar la inflación y desacelerar el crecimiento de la economía, elevando los tipos de interés y reduciendo la oferta de dinero. Véase también la política fiscal.
Transporte como servicio (TaaS): el TaaS se está viendo impulsado por cuatro macrotendencias: los vehículos autónomos, los vehículos eléctricos, la conectividad y la economía colaborativa. Implica un cambio de la propiedad del modo de transporte por soluciones de movilidad que se consumen como un servicio.
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