Aunque la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha socavado la confianza del mercado temporalmente, mi confianza en la renta variable ya había ido cayendo antes del referéndum. Así que tomemos un descanso de Brexit durante unos minutos y miremos algunos de los fundamentales a largo plazo.
Estoy desencantado con la renta variable y necesito ver una mejoría en cinco indicadores clave antes de cambiar mi punto de vista:
- Una mejora del poder de fijación de precios de las compañías multinacionales estadounidenses
- Mayor gasto en bienes y servicios
- Un dólar más débil en relación a otras divisas
- Un aumento del gasto de capital, especialmente en tecnología de la información
- Una moderación en los costes laborales y de salud
Estoy centrado en el comportamiento del sector privado y su capacidad de generar flujos de caja libre. Durante este ciclo económico, que se inició en julio de 2009, el mercado estadounidense y muchos otros mercados desarrollados experimentaron márgenes de beneficio récord, los mejores flujos de caja libre de la historia en relación al tamaño de la economía global y una alta rentabilidad de la renta variable. Esto sorprendió a muchos inversores que mantenían la cautela dado que tanto las tasas de crecimiento a nivel mundial como las de Estados Unidos habían caído por debajo de la tendencia. Las razones de la elevada –y compleja- generación de beneficios, incluyen las ganancias de eficiencia en el sector manufacturero, el uso productivo de la tecnología, la rotación rápida de activos, las estrategias con una menor intensidad de capital, el empleo de mano de obra global, el uso de apalancamiento operativo en lugar de apalancamiento financiero y los bajos costes energéticos .
Durante los últimos tres trimestres la mayoría de estos vientos favorables para los mercados de riesgo comenzaron a fallar. Los márgenes se estrecharon no sólo en el sector de las materias primas y la minería, también en gran parte del S&P 500, contrarrestando las tendencias bien establecidas que se remontaban a 2009. Ahora, los gastos en generales, en ventas y administrativos han ido en aumento como un porcentaje de los ingresos. El apalancamiento financiero está reemplazando el apalancamiento operativo, y tanto el retorno sobre el capital como los márgenes continúan debilitándose a mitad de año.
Todas estas medidas se mezclan en una métrica muy importante para mí, la proporción del PIB que repercute en los dueños del capital. Cuando esta proporción, que va a los propietarios en forma de beneficios, comienza a disminuir, la víctima más directa es el gasto de capital y el gasto de bienes duraderos.
Ahora ambas se están debilitando. Los grandes gastos, como la compra de maquinaria por parte de empresas de fabricación y los gastos en tecnología de la información de la mayoría de las empresas, son la clave para el crecimiento futuro de los puestos de trabajo y de los beneficios empresariales y tienden a perpetuar el ciclo. Estas grandes inversiones por parte de empresas se han ido debilitando y la tendencia es bajista.
El consumidor estadounidense está gastando más, pero han ahorrado los ingresos adicionales que proporciona la disminución del precio del petróleo. Y ahora, de forma preocupante, los precios de la energía se están recuperando. El dólar ha permanecido débil durante gran parte de este ciclo, pero ahora debido a los diferenciales de los tipos de interés y la huida hacia la seguridad, el dólar se ha estado apreciando. Los fuertes fundamentales de las empresas que fueron característicos de este ciclo más largo de lo habitual, se han debilitado en casi todas las categorías.
En general tiendo a infraponderar la renta variable. Dentro de ella, estaría más a favor de la renta variable estadounidense que de la de Reino Unido, la zona euro o Japón. Algunos mercados emergentes resultan atractivos, particularmente los de América Latina y Europa del Este, pero como siempre es muy importante ser selectivos. En renta fija prefiero la deuda high yield debido a que los fundamentos en Estados Unidos siguen siendo sólidos, lo que hace probable que la primera economía del mundo pueda evitar la recesión a corto plazo.
La historia nos dice que un debilitamiento del ciclo de ganancias puede anunciar una recesión. Por lo general, una recesión en los beneficios empresariales llega con el aumento de los tipos de interés y un menor gasto de los consumidores y las empresas. Los riesgos de recesión de Estados Unidos están aumentando, pero el riesgo de que haya una subida de tipos ahora parece remoto. Creo que en lugar de una recesión veremos como continúan los decepcionantes datos de beneficios empresariales, pero sin colapso económico. Una especie de limbo para los inversores, si se quiere ver así. Espero que los cinco puntos nombrados anteriormente se den la vuelta, pero si no lo hacen, la aparición de señales de final de ciclo deberían ser una advertencia para los inversores.
James Swanson, estratega jefe de MFS Investment Management.