Ahora que la Reserva Federal de Estados Unidos ha elevado los tipos de interés por primera vez en nueve años, los inversores quieren saber cómo va a ser el ritmo de alzas y, más importante aún, cómo van a reaccionar los mercados. Pero esta vez, la búsqueda de pistas en otros momentos de la historia similares es como buscar unas llaves perdidas en la oscuridad. Es normal que los inversores intenten bucear en lugares familiares y convenientes, pero aun así es probable que lo hagan en el lugar equivocado. Los ciclos de ajuste de la Fed en los últimos 30 años más o menos, simplemente no son una buena guía para lo que viene. Esta vez, las circunstancias a las que se enfrenta la Fed son demasiado diferentes de las que presentaban los ciclos económicos anteriores como para que represente un marco cómodo de referencia.
Quizás la mayor diferencia entre este ciclo económico y los pasado es que la Reserva Federal acaba de iniciar un ciclo de subidas mientras tanto el crecimiento real como la inflación son muy bajas. Históricamente, las tasas de crecimiento anuales del PIB han estado año tras año por encima del 5% al comienzo de un ciclo de ajustes. En la actualidad, el crecimiento nominal se sitúa en el 3%. Durante los últimos ciclos de alzas, la inflación general se situaba por lo general alrededor de 3%, con un gasto básico de consumo personal por encima del 2%. Dos cifras que se sitúan muy por encima de los niveles actuales. Y por último, las subidas de tipos generalmente llegan en medio de períodos de aumento de los beneficios empresariales, no durante una recesión de los ingresos como la que estamos viendo ahora.
Otro indicio de las diferencias de este ciclo con cualquier otro es que la Fed ha logrado poner el marcha el despegue en medio de un colapso de los precios de las materias primas, uno de los principales catalizadores de la caída de los ingresos.
Y mientras que el contexto mundial ha respaldado en ocasiones pasadas una subida de tipos, este claramente no es el caso ahora. El crecimiento y las presiones inflacionistas siguen siendo bajas tanto en el mundo desarrollado como en desarrollo, por lo que no es ninguna sorpresa que gran parte del mundo mantenga una política monetaria acomodaticia. En días pasados, las expectativas de un endurecimiento de la Fed han alimentado las fuertes ganancias del dólares, que van en contra de una mentalidad de cambio de ciclo, ya que ambos factores estrechan las condiciones financieras en Estados Unidos.
Por otra parte, ¿cuándo fue la última vez que la Fed subió los tipos después de que estos hayan estado a cero durante los últimos siete años o mientras el organismo tenía un balance de 4,5 billones de dólares? La respuesta, por supuesto, es nunca. Esta es la primera vez. Así que ¿por qué estamos tan hambrientos por echar la vista atrás para encontrar alguna pista? Tal vez porque es más fácil, pero sería mejor centrarse en este episodio como un momento único, en lugar de aplicar la sabiduría contenida en los polvorientos libros de historia económica.
Sin duda, hay grandes áreas de la economía estadounidense que están teniendo una buena evolución. Entre ellos destaca el sector servicios, las ventas de vehículos y la generación de ingresos de un mercado laboral en buen estado. Pero lo que es muy diferente aquí, es que muchas zonas de la economía nacional y mundial están evolucionando inusualmente mal o se enfrentan a importantes desafíos a medida que la Fed avance en su ciclo de subidas.
La Fed por un lado y el mundo por otro
¿Qué significa todo esto para las subidas de tipos que seguirán a esta? Pues que transitarán por un camino muy diferente. ¿Será la Fed capaz de endurecer los tipos hasta finales de 2019, tal y como recogen ahora sus proyecciones? Eso parece dudoso, dado que este ciclo económico ha estado vigente ya siete años.
También vemos riesgo en que la Fed haya decidido tomar un camino, mientras que el resto del mundo opta por otro. Como nota de advertencia, recordamos que el Banco Central Europeo y los bancos centrales de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suecia y Noruega ya subieron los tipos en este ciclo, sólo para tener que bajarlos de nuevo en poco tiempo. Dada la débil perspectiva global, la Fed podría terminar haciendo lo mismo.
Tras la reunión del FOMC, ya sabemos que los tipos van a empezar a subir, pero si esperamos que esto arroje algo de luz sobre el ritmo de las próximas subidas, podríamos quedarnos en la oscuridad durante mucho tiempo.
Columna de opinión de Erik Weisman, gestor de renta fija en MFS Investments.