Las medidas extraordinarias de política monetaria van a mantenerse aún durante un tiempo. Los bajos tipos de interés, destinados a impulsar el crecimiento de la economía real, son por otro lado de poca ayuda para los inversores. Tras casi una década de rentabilidades “cero”, la subida de rendimiento de los bonos será por fin bienvenida cuando llegue. Pero, mientras los inversores saben que un endurecimiento monetario eventualmente llegará, se enfrentan a dos problemas interrelacionados: el incremento del riesgo y el coste de oportunidad.
En primer lugar, la asignación en renta fija se supone relativamente libre de riesgo; pero ya no es tan segura como lo era anteriormente. Los inversores de mayor duración se enfrentan a la amenaza real de pérdidas cuando los bancos centrales inicien la normalización de sus tipos, mientras que su potencial alcista se mantiene limitado.
En segundo lugar, mientras que los inversores esperan el inevitable endurecimiento, el rendimiento de los bonos soberanos sigue siendo bajo o incluso negativo. Así que mantenerse invertido supone un coste de oportunidad, al ofrecer otras clases de activos un mayor potencial. Entre ellos, la renta variable europea ofrece la mayor rentabilidad por dividendo del mercado global de acciones, pero implica también características no deseadas.
En la asignación de activos, al inversor le gustaría alejarse de la renta fija, al menos parcialmente, pero teme incrementar su presupuesto de riesgo al cambiar hacia soluciones estándar de renta variable que prometen rentabilidad pero no ofrece la protección a la baja que el inversor necesita. Desde la crisis financiera, las bolsas han sufrido importantes caídas; las preocupaciones sobre la zona euro, la política de la Fed, Grecia y China han pesado sobre la confianza del inversor. Y sin duda habrá más crisis en los próximos años.
En tal contexto, los inversores podrían considerar mover parte de su asignación en renta fija, que les expone a un perfil de retribución muy asimétrico, hacia estrategias de renta variable de baja volatilidad. Es posible reequilibrar las carteras a favor de la renta variable manteniendo al mismo tiempo la volatilidad bajo control. Amundi Funds Equity Europe Conservative tiene como objetivo ofrecer lo mejor de ambos mundos: la rentabilidad de una selección de acciones, con un menor nivel de volatilidad mediante la aplicación de un proceso de optimización.
El fondo permite a los inversores participar del potencial alcista de la renta variable europea, con un menor potencial bajista, con el objetivo de batir al índice en un horizonte a cinco años. Desde 2009 la estrategia ha superado al MSCI Europe con un menor nivel de volatilidad. Lo hace mediante la inversión en acciones de calidad, con una alta eficiencia operativa, un bajo endeudamiento y con fuertes flujos de caja, construyendo una cartera resistente y bien diversificada. Nuestra estrategia de baja volatilidad nos permite una mayor exposición a renta variable europea y acceso a su rentabilidad potencial, pero sin incrementar la volatilidad global del inversor por encima de sus niveles de confort.
Melchior Dechelette es director de Soluciones Eficientes en Riesgo de Amundi.
Amundi Funds Equity Europe Conservative es un subfondo de Amundi Funds, sicav luxembuguesa autorizada por la Commission de surveillance du Secteur Financier e inscrita en el Registro Mercantil de Luxemburgo con el nº RCS B 68.806. Está registrada en CNMV n° 61.Amundi Iberia SGIIC, SA, registrada en CNMV con el nº 31 es la entidad comercializadora principal en España.
Amundi Funds Equity Europe Conservative es un fondo de renta variable europea sin garantía de capital ni de rentabilidad; el horizonte de inversión mínimo recomendado es de 5 años. Rentabilidades pasadas no son garantía de resultados futuros. Consulte el Folleto y DFI del fondo en www.amundi.es. Invertir implica riesgos, debe asegurarse de que comprende si el fondo es adecuado a su perfil inversor. Consulte a su asesor financiero