Aunque los mercados emergentes no están pasando por su mejor momento, una alternativa interesante para el inversor, en el entorno actual de mercado, podrían ser los bonos chinos. Los bonos chinos sobrevivieron muy bien a la volatilidad inducida por el COVID-19 a principios de 2020, mostrando una evolución de su precio más en línea con los bonos del Tesoro de Estados Unidos que con la deuda emergente en general. Podría considerarse que los bonos chinos pueden servir más como un refugio que como una exposición a mayor riesgo.
Puesto que el mercado chino es accesible para inversores extranjeros y los bonos denominados en RMB (renminbi) ofrecen mayores rendimientos nominales y reales que otros mercados desarrollados, la gestora Eurizon ha delegado la gestión de su fondo Eurizon Fund-Bond Aggregate RMB en el equipo de gestión chino Eurizon SLJ Capital. Con perspectiva global, el equipo gestor tiene acceso a las redes locales chinas y está respaldado por la gestora china Penghua Fund Management. El fondo se revaloriza un 17,77% en el año, en su clase Z en euros.
El equipo inversor cree que la inversión en bonos onshore chinos, en divisa local, puede mejorar tanto la ratio de Sharpe como el rendimiento de las carteras globales de renta fija. La cartera del fondo invierte en instrumentos de deuda pública y semi-pública denominados en renminbi onshore (CNY) principalmente y también en renminbi offshore (CNH).
Cumple dos objetivos, el primero, lograr una rentabilidad superior a la de una cartera de instrumentos de deuda denominados en renminbi y negociados en el mercado interbancario de bonos de China y/o en otros mercados regulados de la República Popular China y Hong Kong. Y en segundo lugar, ofrecer la beta del mercado con menor riesgo, centrándose en los bonos más líquidos y seguros.
El equipo gestor está compuesto por cuatro gestores senior y dos junior, todos chinos. El fondo lo gestiona una boutique (Eurizon SLJ Capital) especializada en macro, divisas y renta fija emergente. El gestor principal es Stephen Li Jen, con 30 años de experiencia en análisis y gestión de divisas. Stephen Li Jen es el director general y co-CIO de la empresa. Doctorado en Economía, Stephen tiene la responsabilidad de tomar la decisión final en cuanto la gestión del fondo.
Antes de fundar SLJ Macro Partners en abril de 2011, Stephen fue director general en BlueGold Capital, encargándose de los riesgos en divisas, así como de su estrategia macro. Con anterioridad fue director general en Morgan Stanley, tras haber servido cuatro años como economista en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, D.C., cubriendo las economías de Europa del Este y Asia. Además, participó activamente en el diseño del marco del FMI para proporcionar alivio de la deuda a los países altamente endeudados. Stephen es doctor en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), con especialización en Economía Internacional y Economía Monetaria. También es licenciado en Ingeniería Eléctrica (summa cum laude) por la Universidad de California en Irvine. Nació en Taipei, Taiwán, y ahora vive en Londres, con su mujer y sus dos hijos.
El equipo gestor adopta un enfoque de inversión discrecional macroeconómica descendente (top-down), basado en su comprensión de las peculiaridades de la economía china y su creciente relevancia en la determinación de las tendencias económicas/políticas mundiales. Este enfoque se realiza en el contexto de la opinión de Eurizon SLJ Capital sobre la economía y las políticas mundiales, ya que China, aunque sus mercados siguen siendo relativamente cerrados, se verá cada vez más influenciada por el resto del mundo.
El análisis macroeconómico constituye una parte central del proceso de inversión, que se apoya en tres importantes pilares: la macroeconomía, las políticas y los mercados. Este enfoque se complementa con análisis ascendentes (bottom-up), basado en análisis discrecionales y modelos cuantitativos que examinan los distintos sectores de China.
En el caso de China, en la práctica, esto significa no sólo controlar los datos oficiales, sino también cruzarlos constantemente con los indicadores de crecimiento para formarse una opinión sobre la veracidad de los datos oficiales. En particular, significa comprender las características estructurales de la economía china (por ejemplo, el equilibrio entre la inversión y el consumo, el énfasis en el gasto en infraestructuras, la comprensión del perfil demográfico, la apreciación de los controles de mercado existentes) y el pensamiento de Pekín respecto a reformas estructurales, estímulo fiscal y estímulo monetario. Significa entender la estrategia de Pekín sobre las reformas del sector financiero, los controles de capital y la apertura de los mercados de acciones y bonos a los inversores extranjeros. Significa también conocer la estrategia de los bancos estatales en cuanto a la posesión de ciertos tipos de bonos y comprender los verdaderos riesgos crediticios de algunos emisores estatales.
Las mayores posiciones en la cartera del fondo corresponden a emisiones de los tres bancos públicos institucionales: China Development Bank, Agricultural Development Bank of China y Export-Import Bank of China. El fondo invierte principalmente en deuda pública y agencias. Hay un porcentaje (30%) en empresas públicas estratégicas nacionales. Por tipo de emisor, las mayores ponderaciones corresponden a bancos públicos (53%), corporaciones (30%) y gobierno central (16%). A diferencia de su índice de referencia, Bloomberg Barclays China Aggregate Total Return Bond Index Unhedged EUR, la cartera no tiene exposición a deuda pública local o a empresas públicas locales (de provincias) por ser poco líquidas y de mayor riesgo.
Por rentabilidad, la clase Z en euros de Eurizon Fund-Bond Aggregate RMB se posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2021, batiendo al índice de su categoría durante 2020. A tres años, su dato de volatilidad es del 5,84% y de 4,50% en el último año, posicionándose en ambos periodos en el segundo mejor grupo (quintil 4) de su categoría VDOS de Renta Variable Fija Asia/Oceanía por este concepto. También a un año, su ratio Sharpe es de 3,87 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 3,12%. La suscripción de la clase Z en euros requiere una aportación mínima de 3 millones de euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija del 0,40% y variable de 20% sobre resultados positivos del fondo respecto a su ‘Marca de Agua’ (High Watermark) que representa el valor más alto alcanzado por su cartera. Dispone también de una clase R en euros (más adecuada para inversores retail), con un requerimiento de inversión mínimo de 500 euros y una comisión fija de 1,30%, además de la variable de 20%, igual a la de la clase Z en euros.
La clase Z en euros es elegible para inversores profesionales y contraparte elegible; para asesoramiento independiente profesional y contraparte elegible; para asesoramiento no independiente sin acuerdo de honorarios, profesional y contraparte elegible y para asesoramiento no independiente con acuerdo de honorarios, profesional y contraparte elegible.
En noviembre, se redujeron los rendimientos de los bonos, reflejando las expectativas de flexibilización de las políticas y la debilidad de los datos económicos en China. De cara al futuro, aunque tanto el consumo como la inversión se han estabilizado, es probable que la debilidad del sector inmobiliario suponga un lastre para el crecimiento económico y que sean necesarias políticas de apoyo. En lo que respecta al crédito, mantienen sus perspectivas cautelosas. Siguen creyendo que el euro ha tocado techo y que los riesgos se inclinan a la baja frente al dólar y al yuan. Por último, se proponen mantener la puntuación ASG por encima del índice de referencia.
Por su excelente evolución por rentabilidad, respecto a su volatilidad, en el último periodo de tres años, el fondo obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de análisis de VDOS.