En medio de un escenario global marcado por el aumento de las tasas de los bonos del Tesoro de EE.UU. a diez años, hemos visto caídas en la renta fija para Latinoamérica. Aunque la política monetaria en esta región se encuentra en un momento más maduro, la volatilidad externa afectó negativamente las tasas locales durante la mayor parte del 2023.
Sin embargo, en el mes de noviembre vimos un cambio positivo en el desempeño de la renta fija y esperamos que se mantenga una visión positiva para los siguientes meses.
Los indicadores de crecimiento económico indican una desaceleración para las economías de Latinoamérica, las trayectorias inflacionarias tienen una tendencia marcada a la baja y es muy probable que, para el 2024, los recortes de política monetaria inicien en los países donde aún no han ocurrido.
Las tasas hacia los siguientes meses y, de cara al próximo año, brindan un atractivo importante, considerando los niveles actuales y la potencial disminución que habría para el siguiente año. Si se prevé una caída en las tasas de interés, los beneficios de las tasas de corto plazo no compensarán ni generarán un rendimiento superior al que ofrecen las de más largo plazo.
El peligro de aumentos en las tasas es menor que las potenciales caídas de rendimiento proyectadas para el próximo año. Por lo tanto, a pesar de que las tasas a largo plazo actualmente son más bajas, una estrategia de mayor duración puede ofrecer un rendimiento superior.
La estrategia de favorecer plazos de renta fija más largos se orienta, principalmente, a inversionistas con un mayor apetito por el riesgo y un horizonte de inversión más prolongado, pero aquellos con perfiles más conservadores y horizontes a corto plazo pueden optar por soluciones de menor duración.
México y Chile muestran un apetito por la mayor duración, mientras que, en Perú y Uruguay, la demanda se mantiene en el corto y mediano plazo.
Columna de SURA Investments firmada por Joaquín Barrera