Si bien grandes segmentos de los mercados mundiales de bonos siguen arrojando rentabilidades muy bajas o incluso negativas, parece que el prolongado periodo de política monetaria expansiva ha llegado a su fin, con el ciclo de subidas de tipos ya bastante avanzado en el caso de EE.UU. En este entorno, puede resultar difícil generar rentabilidad en renta fija.
Desde febrero, los mercados de bonos han vivido un periodo turbulento con bruscos repuntes del riesgo que han provocado pérdidas entre los inversores más expuestos y han dejado muy pocos segmentos en los que ganar dinero.
No obstante, incluso en mercados turbulentos, los inversores en renta fija que deseen obtener rentabilidades absolutas en términos globales pueden intentar varias cosas:
- Moverse con la curva de tipos. Cuando aumentan los tipos de efectivo, invertir en activos con cupones variables puede ayudar a los inversores a capear las subidas. Hablamos, por ejemplo, de los bonos a tipo de interés variable.
- Aprovechar la inflación. El aumento de la inflación es uno de los motivos que suelen justificar las subidas de tipos. Por eso, invertir en bonos cuyos cupones están referenciados a la inflación –como los títulos del tesoro estadounidense protegidos contra la inflación (TIPS) o los gilts británicos ligados a la inflación– en el momento adecuado puede contribuir a la rentabilidad.
- Ser muy selectivos en crédito. Cuando la economía crece y los bancos centrales responden con aumentos de tipos, los inversores deberían ser muy selectivos con sus títulos de crédito. Inevitablemente, las empresas más expuestas a costes de empréstito más altos se resentirán mientras que es probable que aquellas con modelos de negocio más robustos que se vean respaldadas por ciertas temáticas registren un mejor comportamiento. Por ejemplo, el aumento del gasto público en infraestructuras probablemente beneficiará a las empresas del sector de la construcción.
- Explotar las divergencias. Se ha hablado mucho de las subidas de tipos en EE.UU. pero hay otros países en la misma situación, lo que significa que, ya solo en términos de tipos de interés, existen divergencias geográficas entre los distintos mercados de bonos y sus correspondientes divisas. Un inversor puede explotar estas divergencias invirtiendo en mercados con tipos de interés bajos o estables y poniéndose corto en aquellos en los que los tipos de interés estén aumentado. Por ejemplo, poniéndose largo en bonos del gobierno australiano y corto en treasuries estadounidenses.
Tribuna de Paul Brain, jefe de renta fija en Newton (BNY Mellon).