Según Francesco La Camera, director general de la International Renewable Energy Agency (IRENA), “las energías renovables han demostrado ser la fuente de energía más resistente en la actual crisis”. En el marco de los planes actuales de recuperación de los gobiernos, IRENA utiliza su mandato mundial sobre transición energética para la toma de decisiones informadas en este momento crítico, de forma que se mantengan los planes de transición hacia un sistema totalmente descarbonizado para 2050.
A corto plazo (2021-2023) será necesario activar un estímulo inmediato, así como medidas de recuperación a medio plazo (2030) para la próxima década. Según un informe de IRENA, la ampliación del gasto energético, público y privado, hasta los a 4.500 millones de dólares al año aumentaría un 1,3% el crecimiento de la economía mundial, creando 19 millones de empleos adicionales, relacionados con la transición energética, para 2030. Sólo en energías renovables los puestos de trabajo podrían triplicarse, alcanzado los 30 millones en 2030. Cada millón de dólares invertido en energías renovables crearía tres veces más puestos de trabajo que en combustibles fósiles.
Un futuro prometedor para un sector apoyado por la necesidad de proteger y gestionar los recursos naturales disponibles, impulsado por los gobiernos, y que por tanto muestra un gran atractivo para los inversores. De los fondos de la categoría sectorial VDOS de energía, que invierten en energías sostenibles, la clase C en euros del Guinness Sustainable Energy Fund presenta uno de los mejores comportamientos en el año, con una revalorización del 16,39% (frente a un retroceso del 11,52% de media de la categoría).
El Guinness Sustainable Energy Fund es un fondo alineado con los nueve principios del Banco Mundial sobre inversión de impacto. Está diseñado para conseguir cuatro de los objetivos de desarrollo sostenible: Energía libre y sostenible, Innovación en la industria e infraestructuras, Ciudades y comunidades sostenibles y Acción contra el cambio climático.
La transición energética hacia un sistema sostenible se apoya en cinco factores: crecimiento de la población y PIB, economías derivadas de fuentes más baratas de energía que las tradicionales, la necesidad de reducir las emisiones para frenar el cambio climático, la contaminación y la seguridad energética que reduzca la dependencia de la importación.
El estilo de inversión es value ya que las compañías tienen menores valoraciones y balances más sólidos que el mercado (medido por su índice de referencia, el MSCI World) pero también tienen perfiles de crecimiento superior, con mayor retorno sobre capital.
La filosofía de inversión de todas las carteras de Guinness se apoya en el pilar de la convicción. Como resultado, la cartera de este fondo incluye 30 valores equiponderados (todos pesan aproximadamente un 3,33%), que son las mejores ideas en el sector. Esta configuración de la cartera exige una disciplina de compra y venta según la cual, para comprar un valor nuevo hay que vender uno de los que hay en cartera.
Las ponderaciones por sector son el resultado de un proceso top-down, de asignación a los distintos subsectores, aunque la selección de valores es un proceso de análisis bottom-up. Cada subsector (electrificación, generación, desplazamiento e instalación) es clasificado en base a sus perspectivas de crecimiento a cinco años y sus barreras de entrada, sirviendo de guía para el proceso de asignación.
El fondo existe desde el 2006 pero está gestionado por un equipo especializado en energía, que lleva invirtiendo en estrategias globales en este sector desde 1998. Los gestores son Jonathan Waghorn y Will Riley. Jonatahn Waghorn se incorporó a Guinness AM en 2013. Con anterioridad, fue cogestor del fondo Investec Global Energy Funds, codirector de análisis del sector de energía con Goldman Sachs e ingeniero de Perforación en el Mar del Norte holandés con Shell. Will Riley se incorporó a la gestora en 2007, tras haber sido experto en valoración de compañías en PricewaterhouseCoopers. Es contable colegiado y máster en Geografía por la Universidad de Cambridge.
La temática concreta de este fondo facilita la descarbonización global y proporciona a las carteras un impacto positivo en el medioambiente. Desde 2014, Guinness interactúa además con las compañías que tienen baja puntuación ESG y la política de ESG de la gestora excluye compañías de su universo de inversión basándose en esos criterios.
El proceso de inversión combina los enfoques top-down y bottom-up. El enfoque top-down parte de una base de datos interna sobre energía sostenible, para guiar la asignación por subsectores. Se analizan el crecimiento, la escasez y las barreras de entrada, junto con las economías de cada uno de esos subsectores, para distribuir la cartera entre electrificación, generación, desplazamiento e instalación.
La selección bottom-up se realiza en dos fases: una de filtrado de las 230 compañías del universo de inversión, con capitalización bursátil superior a 500 millones de dólares según su valoración relativa, calidad (alto retorno sobre capital), earnings momentum (revisiones al alza de sus beneficios) y price momentum (movimientos del valor frente a otros competidores). La otra fase consiste en el análisis detallado de cada compañía, siguiendo un modelo financiero propio creado para establecer la convicción a la hora de comprar o vender un valor. En la fase de filtrado se puntúan las compañías del 1 al 10, de acuerdo con cada uno de los cuatro criterios, para priorizar valores de cara a la fase dos de due diligence.
La cartera se construye con las 30 mejores ideas resultantes de ese proceso, sin restricciones respecto al índice de referencia. Incluye acciones de compañías como Ameresco Inc, Daqo New Energy, Nibe Industrier, Iberdrola y Tianneng Power. Los subsectores por los que apuesta este fondo son en primer lugar equipos de generación, en segundo lugar, productores de energía independiente dentro de generación, en tercer lugar vehículos eléctricos, en cuarto lugar baterías y por último, eficiencia energética.
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2017, 2019 y 2020. A tres años, su controlado dato de volatilidad es del 24,66% y del 26,36% a un año, posicionándose en ambos periodos entre los mejores de su categoría por este concepto, en el quintil cinco. En este último periodo, su Sharpe es de 0,75 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 11,45%. La suscripción de la clase C de acumulación en euros de Guinness Sustainable Energy Fund requiere una aportación mínima inicial de 1.000 euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija del 1,50%.
El equipo gestor mantiene exposición a equipos solares y eólicos y a las cadenas de valor en la fabricación, como fabricación de células solares, el vidrio utilizado en los módulos de células solares y convertidores para energía solar. Vestas y Siemens Gamesa son proveedores bien posicionados de turbinas eólicas en el mundo que brindan una amplia exposición al fuerte crecimiento que esperan en los mercados eólicos terrestres y marinos, mientras que TPI Composites ofrece una exposición nicho al negocio altamente calificado de fabricación de palas de turbinas eólicas. La exposición restante del fondo a la instalación (Itron y Schneider Electric) supone invertir en empresas que proporcionan equipos y servicios para mejorar la eficiencia y la medición de la transmisión y el consumo de electricidad.
La demanda de energías renovables se ha mantenido mejor que la de combustibles a base de hidrocarburos, y las perspectivas de inversión para la eficiencia energética han mejorado potencialmente como resultado de los paquetes de estímulo económico posteriores al COVID. Como consecuencia, la evolución del sector de energía sostenible superó materialmente al de energía convencional (un 35,20%, en dólares, medido por el índice MSCI World Energy) durante la primera mitad del año.
La energía generada a partir de fuentes renovables actualmente representa solo el 11% del consumo total de energía global, siendo la energía hidroeléctrica la tecnología renovable de mayor tamaño (suministra el 7% de la demanda total) y la energía eólica y solar combinadas están muy por detrás (menos del 5%). Para 2050, el equipo gestor espera que las energías renovables totales puedan suponer más del 50% de la demanda total, ya que una combinación de mejores economías, conciencia sobre el cambio climático y lucha contra la contaminación perfilan una trayectoria de crecimiento de 30 años.
En la actualización más reciente de su informe de seguimiento del progreso de la energía limpia, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) revisó 46 sectores y tecnologías de energía limpia y concluyó que sólo seis están en camino de cumplir los objetivos globales consistentes con el Acuerdo de París. Estos sectores son la energía solar fotovoltaica, bioenergía, vehículos eléctricos, ferrocarriles, iluminación, centros de datos y redes. Sobre almacenamiento de energía, la AIE ahora considera que el sector está rezagado. Todavía queda mucho trabajo por hacer en la transición hacia un futuro energético sostenible.
La rentabilidad de Guinness Sustainable Energy Fund a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS