Los avances logrados en lo que a potencia informática se refiere, el volumen de datos disponibles y la velocidad y coste decreciente del análisis de datos han propulsado la inteligencia artificial (IA) hasta posibilitar el próximo cambio de paradigma en tecnología. La arraigada tesis de inversión sostenida por el equipo de Tecnología Global de Henderson es que la tecnología continuará siendo disruptiva y arrebatará cuota de mercado en la economía mundial.
Esta evolución la hemos observado con el advenimiento del ordenador personal, la era de internet, los smartphones y, más recientemente, la migración hacia la nube (cloud computing). A juicio del equipo, la inteligencia artificial supondrá el próximo cambio de paradigma en la evolución de la tecnología.
¿Qué es la inteligencia artificial?
La IA, en términos generales, se define como la capacidad de las máquinas para «pensar». Esta definición abarca desde el reconocimiento de patrones más básicos que imitan respuestas humanas hasta el aprendizaje de máquina usando el razonamiento humano como guía, pasando por el pensamiento más independiente. Esto es posible gracias a profundas redes neurales de aprendizaje que permiten a las máquinas escribir su propio código y ser autodidactas con menos intervención humana.
Ahora nos encontramos en una fase en que la IA se aplica más extensamente en algoritmos de búsqueda, traducción de idiomas y robótica, conducción autónoma, así como en reconocimiento de voz e imágenes. La IA no sólo consiste en robots que derrotan a humanos en juegos sofisticados como «Jeopardy» y «Go», sino en cómo se utiliza y se extiende la informática y los datos (democratizados) para que puedan crearse algoritmos generando aumentos de eficiencia y avances en una gran variedad de campos como la sanidad, los servicios bancarios, la agricultura, la venta minorista y el transporte.
Actuales impulsores de la IA
Hace tiempo que se debaten las oportunidades y los retos que presenta la IA, desde las novelas de ciencia ficción de Isaac Asimov (década de 1940) hasta las películas seminales de Hollywood como Blade Runner (1982) y The Terminator (1984). Aunque la tecnología lleva rodando desde hace mucho tiempo, no ha sido hasta hace poco cuando hemos visto un punto de inflexión tanto en prestaciones como en inversión en IA. A pesar de que la televisión tardó más de 60 años en ser adoptada por el 80% de los hogares, internet tardó algo más de diez años en implantarse. El ritmo de adopción de la tecnología se está acelerando y en el caso concreto de la IA creemos que esto sucede debido a la confluencia de dos factores principales.
En primer lugar, existe una ingente cantidad de datos disponibles originados por la era de internet y los omnipresentes smartphones. En segundo lugar, el ritmo al que se analizan datos nunca ha sido tan barato y rápido como ahora gracias al constante desplome del coste de los ordenadores. IBM estima que el 90% de los datos del mundo se crearon en los dos últimos años, mientras que un gigaflop de cálculo (una medida del rendimiento de los ordenadores, mediante p.ej. un algoritmo o hardware informático) cuesta actualmente apenas 8 céntimos, frente a 1,4 billón de dólares que costaba en 1961.
La IA alberga un fuerte potencial
Todavía estamos en los albores de evolución de la tecnología aplicada a IA. El ritmo de adopción se está acelerando con la aplicación de la infraestructura en la nube, y la Ley de Moore. A pesar del punto de inflexión que hemos visto en el aprendizaje profundo, los casos de utilización de la IA actualmente siguen siendo aislados y se limitan a la resolución de problemas específicos estrechos.
Sin embargo, la continuación de la curva exponencial de la Ley de Moore y el desarrollo de la tecnología de infraestructura en la nube están reduciendo los costes; de este modo, mientras que en 2016 la cantidad de 1.000 dólares permitió comprar la capacidad intelectual de un ratón, para 2023 los mismos 1.000 dólares permitirán comprar la capacidad intelectual de un humano, y hacia 2045 la capacidad intelectual de la raza humana en su totalidad (gráfico 2). Esto, combinado con el mayor número de datos disponibles de los que aprender, crea un fuerte potencial para las futuras prestaciones de IA.
Oportunidades de inversión en IA
Al igual que ocurrió con los teléfonos móviles en los primeros años del milenio, la IA ahora es un mercado incipiente, pero la infraestructura y la facilidad de esta tecnología está en constante evolución.Vemos oportunidades en una gran variedad de áreas, por ejemplo, en software de análisis, en potencia de computación rápida y barata, en generación de datos, en herramientas de automatización y en diversos nuevos usos.
A pesar del enorme interés prestado a la robótica, consideramos que esto es solo una de las aplicaciones de la IA. El servicio de atención al cliente se está viendo transformado por robots de chat y software de reconocimiento de voz y predictivo, mientras que el transporte se está replanteando a raíz de la conducción autónoma (aprendizaje profundo que permite formarse para saber conducir en lugar de basarse en algoritmos manualmente codificados), a lo que se unen los trayectos compartidos.
La necesidad de que se almacenen más datos y se analicen a mayor velocidad está creando muchas oportunidades para la aplicación de IA en programas de software diseñados por empresas como Adobe, ServiceNow y Saleforce, así como para compañías de semiconductores especializadas en centros de datos como Broadcom, Cavium y Xilinx. Alphabet (Google) lo consideramos una plataforma clave habilitadora de IA, dado que la compañía ya está integrando la tecnología de IA en todos sus servicios.
Resumen
La omnipresencia potencial de la IA para trastocar una gama más amplia de sectores lo convierte en una oportunidad de inversión verdaderamente convincente.Creemos que esto seguirá brindando oportunidades a la Estrategia de Tecnología Global para invertir en los beneficiarios permanentes de la tendencia hacia la IA; a nuestro juicio existen múltiples áreas con potencial de inversión. Con el tiempo, conforme se amplía el desarrollo de la IA y su utilización, cabe esperar que el universo invertible siga expandiéndose mientras que las inversiones actuales en capital riesgo se convertirán en las salidas a Bolsa del futuro.
Alison Porter y Graeme Clark son portfolio managers en el equipo de Tecnología Global y es co gestores de un fondo offshore Henderson Global Technology.