Si hace unos años nos hubieran dicho que podríamos consultar el estado de nuestras inversiones a través de la voz, no nos lo habríamos creído. La revolución tecnológica ha cambiado el modelo de negocio de muchas compañías, e indirectamente ha marginado a aquellas que no han acometido el cambio y la digitalización, y es que solo algunas tienen la capacidad de ofrecer un servicio de extrema calidad basado en el uso de la inteligencia artificial que cubra de forma satisfactoria las necesidades actuales de los inversores.
Liderar el cambio trae consigo unas oportunidades únicas y dotará a las firmas de referencia una propuesta de valor imbatible. Aliarse de la más apta inteligencia artificial es una estrategia que responde la demanda requerida por los nuevos servicios, que directamente se fortalecen y multiplican. En el caso del sector financiero, la tendencia es clara: cada vez más inversores están interesados en gestionar su patrimonio mediante algoritmos e inteligencia artificial a través de gestoras independientes y sin conflictos de interés para potenciar sus resultados.
El cambio de modelo propiciado por los nuevos actores Wealthtech está permitiendo poder convertir un sector tradicional y obsoleto incapaz de hacer frente a las nuevas necesidades de los inversores, en uno adaptado a la era de la tecnología, a la superior conveniencia y rentabilidad que ella trae.